El nacimiento de la civilización egipcia
Por Carlos Blanco
29 marzo, 2005
Modificación: 19 mayo, 2020
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53.- En las siguientes líneas haremos un esbozo de la prehistoria de Nubia hasta la conquista faraónica del Reino Medio, comenzando por su contextualización geográfica, aspecto indispensable para cualquier estudio de los orígenes de toda civilización. En las últimas décadas se ha incrementado nuestro conocimiento sobre las etapas paleolíticas y neolíticas en el que han participado tanto egiptólogos, antropólogos, prehistoriadores y etnólogos, percatándose sus correspondientes disciplinas de las ineludibles aportaciones que su completo entendimiento basado en una íntegra investigación de sus numerosos yacimientos puede ofrecer a nuestra deseada comprensión de la génesis de la civilización egipcia. Autores como W. Y. Adams han analizado la importancia que Nubia ostentó como enclave comercial entre Egipto y el África negra, siempre desde la perspectiva de las sociedades pastoriles nubias anteriores a la ocupación egipcia[147]. Los enormes recursos naturales de Nubia, cuyo propio nombre significa “Tierra del oro”, despertaron el interés de los monarcas de la duodécima dinastía y con posterioridad de la dinastía XVIII, además de su importante situación estratégica para la penetración hacia el África central. Por ello los vestigios de la cultura egipcia en esa zona del Sudán son muy abundantes, y no hay que olvidar que los monarcas faraónicos se refugiaron durante las invasiones del primer milenio a.C. en Cush, Meroe y Napata, fundando allí un estado con las mismas concepciones y costumbres egipcias, sobre todo las relacionadas con la religión y la realeza divina. Sin embargo, estas asimilaciones culturales no deben ser interpretadas desde un marco difusionista, pues como señala Cervelló: “Una civilización es un sistema demasiado complejo como para que pueda tener su causa primera en unos pocos elementos probadamente exógenos. Recepción de puntuales rasgos culturales no es aculturación. Así pues, los paralelismos entre el antiguo Egipto y el África negra actual deberán explicarse por otra vía [la autoctonista]”[147bis].

54.- Geografía de Nubia, recursos naturales y las relaciones egipcias hasta el Reino Medio:

En Nubia la importancia del Nilo es si cabe mayor que en Egipto. La estrecha franja de unos 300 km. de longitud por 8 km. de ancho, en la que el desierto llega en ocasiones hasta la propia rivera del río dificulta un total desarrollo de la agricultura, lo que provocaba que los nubios tuviesen que emigrar frecuentemente a Egipto para proveerse de alimentos o con suerte afincarse allí. Ello creaba continuos conflictos militares en la frontera sur para intentar evitar una afluencia masiva de nubios y un excesivo incremento demográfico.

Hemos visto oportuno hacer un esbozo general de la geografía nilótica, comenzando desde sus fuentes en el África central hasta la frontera natural de la Primera Catarata, prestando gran atención a las tierras de Nubia.

Las fuentes del Nilo, objetivo de la famosa expecidión de Burton y Speke, se hallan en los llamados “Montes de la Luna”, en la cordillera centroafricana de Ruwenzori. Los numerosos arroyuelos y canales naturales que de allí parten vierten sus abundantes aguas al lago Victoria, en donde se forman las fuentes de lo que actualmente conocemos como Nilo Blanco. Estas aguas, tras abandonar el mencionado lago y atravesar el lago Kyoga, se dirigen hasta el lago Alberto; pasando a llamarse Nilo Victoria. El río, ya en Uganda, toma el nombre de Nilo Alberto, y habiendo superado el obstáculo planteado por las cataratas Murtchison, se dirige hasta la inmensa planicie sudanesa, en donde se le conoce por Bahr el Gebel (“río de la montaña”). Tras unas considerables pérdidas del caudal por los numerosos rápidos que jalonan el recorrido, reduciendo su potencial inicial, el Nilo recibe una ineludible ayuda del Bahr el-Gazal (“río de la gacela”), proveniente de la República centroafricana y el Sudán occidental. A la altura de Malakal, el Nilo recibe también como afluente al Sobat, que viene desde los macizos etíopes. La construcción del canal Jonglei, actualmente en proyecto, evitará la curva innecesaria que forma el Nilo antes de llegar a la ciudad de Malakal. Esta nueva confluencia de ríos aporta un mayor caudal, y nos encontramos ahora ante el verdadero Nilo Blanco (Bahr el Abiyad).

Más al norte, a la altura de Jartum, la capital sudanesa, es en donde se produce la más importante de las confluencias, dando origen al auténtico Nilo. El Nilo Azul, que llega desde los macizos centrales etíopes y el lago Tana, constituye la propia esencia del Nilo tan requerido en Egipto y Nubia: durante los monzones estivales de Etiopía, el río crece desmesuradamente, arrancando consigo el limo y el barro de la altplanicie volcánica etíope, todos ellos de una fertilidad grandiosa, haciendo óptima la tierra egipcia para la agricultura y su poblamiento. Ligeramente más al norte, el Nilo se encuentra con otro río proveniente de los macizos etíopes, el Atbara. A partir de Jartum, el Nilo se encuentra en una planicie llana sin apenas obstáculos naturales. Pero en Sabaloqa, los basamentos cristalinos y la actividad tectónica condicionan el curso del Nilo, determiando así la formación de cataratas para que el Nilo pueda superar esas dificultades geológicas, en ocasiones mediante espectaculares meandros. Tras seis cataratas de corta altura, el Nilo llega ya a Assuán, habiendo atravesado Nubia, lugar en el cual las aportaciones de fertilizantes como el limo que el Nilo realiza en época estival no logran crear un depósito de tierras cultivables, determinando así una azarosa vida para los nubios, quienes se ven obligados a emigrar constantemente hacia el norte. Dos son los puntos verdaderamente fértiles del recorrido del río: Kerma, a la altura de Dongola, en la Tercera Catarata; y la cuenca de Tebas, en donde el Nilo puede alcanzar 15 km. de longitud hasta el límite del desierto[148].

55.- Retomando el análisis geográfico de Nubia, comencemos por describir las localidades existentes en el área comprendida entre la Quinta Catarata y Assuán. La zona en la cual está emplazada e l-Kenisa, en la Alta Nubia, posee una elevación no superior a los 200 metros, y en sus alrededores se sitúa el desierto de Nubia.

Tras esta región empiezan a producirse una serie de meandros que alteran el, a primera vista, recto trayecto del Nilo; alteraciones formadas por los constantes movimientos tectónicos que obligan al río a modificar su curso.

Después de traspasar la Cuarta Catarata se atraviesa una de las regiones más fértiles de Nubia, la de Dongola, en la que la extensión de la planicie verde se prolonga varios kilómetros en ambas direcciones, posibilitando un desarrollo práctico de la agricultura. En este restringido territorio se ubican importantes e históricas ciudades, tales como Napata, capital del antiguo reino de Meroe o la aglomeración rocosa de Jebel Barkal, en cuyas inmediaciones se halló una estela fronteriza de Thutmose III que delimitaba la expansión hacia el sur de su poderoso reino[149]. Dejando atrás el imprevisto meandro, el Nilo se adentra en el área de Kerma, importante enclave arqueológico en donde se desarrolló una cultura entre el 2.800 y el 1.500 a.C. con ricas tumbas bellamente edificadas, a las que ya hicimos mención cuando hablábamos de los atributos cefálicos (cf. 42).

Más al norte, al otro lado de la Tercera Catarata, se encuentran las ciudades de Tombos, Nauri, Sesebi, Sai, Amara y Kumma; parajes éstos de extrema aridez en donde la desolación alcanza unas proporciones desmesuradas, hecho que provoca una casi total ausencia de cultivos. El implacable desierto de Nubia impide un normal asentamiento, y sus escasos pobladores se veían obligados a desplazarse a lugares más húmedos. El emplazamiento de Semna, muy cerca de la Segunda Catarata, fue el sitio escogido por Senusert III para erigir una de sus más imponentes fortalezas defensivas (cf. 57). Habiendo traspasado la Segunda Catarata el Nilo abandona la región de la Alta Nubia, también denominada, según la etimología original egipcia usada a partir del Reino Nuevo, k3s, la cual se corresponde con la Cush bíblica de la Antigua Alianza[150], pero en un sentido mucho más amplio, ya que al parecer designaba la Ethiopia de los griegos[151], al mismo tiempo que a un reino con capital en Napata. A partir del Reino Nuevo y la reconquista de Nubia la zona era administrada por un virrey, cuya principal función era la de mantener el buen funcionamiento de las transacciones comerciales procedentes de Nubia, especialmente el oro, además de organizar inspecciones militares temporales para velar por el total sometimiento de las tribus nubias[152] y el cumplimiento del tributo impuesto.

Así pues, desde Buhen en adelante el territorio se denomina Baja Nubia, y el topónimo egipcio w3w3t sería su correspondiente original, de una antigüedad mayor que K3s, pues esta zona ya fue colonizada durante las primeras dinastías, y se tiene noticia de una expedición hasta Wadi Halfa en el reinado de Dyer (I dinastía) gracias a un relieve tallado en una roca de las inmediaciones de Buhen, en Jebel Sheik Suleimán. Este documento rupestre muestra la imagen de un prisionero nubio- hecho conocido por el arco que tiene atando sus manos el cual es abreviatura de conjunto etimológico “las gentes del arco”, denominación que designaba a los habitantes de Nubia- a quien le precede la figura de Horus en el serej del rey Dyer, el segundo rey de la I dinastía. El círculo con dos aspas en su interior y un ave sobre él situado delante del cautivo significaría “la ciudad del Halcón”, es decir, Hierakómpolis. En el extremo derecho, un prisionero nubio atado a un barco de la flota egipcia y otros varios caídos debajo de éste. Todo ello prueba para Vercoutter que “desde la I dinastía, si no desde la Dinastía 0, la armada egipcia era capaz de llevar a acabo incursiones en profundidad hasta las puertas de la Alta Nubia”. Sea como fuere, lo cierto es que hubo tentativas egipcias de dominio de la región que posiblemente acabaron con el llamado Grupo A (cf. 66)[153]. En la orilla opuesta a la mencionada localidad se encuentra Wadi Halfa, uno de los principales yacimientos neolíticos de Nubia. Ya en la República Árabe Egipcia, el lugar más importante es Abu Simbel, a 36 km. de la frontera, y en donde el monarca Ramsés II construyó los famosos speos de su persona y la de su esposa Nefertari. En este paraje, actualmente bañado por las aguas del lago Nasser, las arenas del desierto alcanzan las orillas del propio río, imposibilitando toda expectativa de desarrollo agrícola o pastoril, e inclusive la creación de poblados.Más al norte de Wadi Kubaniya, importante enclave arqueológico, tras recorrer los emplazamientos de Bet-el-Wali, Abisko, Bigga y Filas el Nilo llega a Assuán, ciudad erigida en las cercanías de la Primera Catarata, y que marca el límite de la Baja Nubia. La isla de Elefantina, en el centro de la mencionada localidad, constituía el nomo más meridional del Alto Egipto.

56.- El obstáculo que representaba la Primera Catarata para la navegación fluvial hubo de ser solventado mediante la construcción de un canal que realizó Senusert III, de la XII dinastía. Este evento nos ha llegado a través de una inscripción grabada en una roca de la isla de Sehel, cuya transliteración y traducción a continuación presentamos:

h3t-sp 50 tpy (n) smw sw 22 hr hm n nsw-bit Mn-hpr-Rc di(w) cnh wd hm.f s3d mr pn m-ht gmt.f sw db3w m inrw n skd.n dpt hr.f hd.n.f hr.f ib.f 3w sm3.n.f hft(yw).f rn n mr pn wn t3 w3t m nfrt Mn-hpr-Rc cnh(w)dt in n3 n whcw-rmw 3bw sd.sn mr pn tnw rnpt

Año 50, primer mes del verano, día 22, bajo la Majestad del rey del Alto y Bajo Egipto Menjeperre, dotado de vida. Su Majestad ordenó excavar este canal, después de que lo había encontrado bloqueado con piedras, y ninguna nave viajaba por él. Él viajó por él, su corazón contento, [cuando] había matado a sus enemigos. El nombre de este canal: Menjeperre, vivo por siempre,es abridor del camino como (algo) bueno. Los pescadores de Elefantina limpiarán este canal cada año[154].

El canal fue nuevamente limpiado y acondicionado por Thutmose III, ya que los numerosos sedimentos estancados en su cauce impedían su normal tránsito.

57.– Volviendo a la historia de la exploración y consecuente colonización de Nubia, hemos señalado ya la temprana presencia egipcia desde la I dinastía (la tablilla de Aha, predecesor de Dyer, conmemora una temprana victoria sobre los nubios)[155] y prácticamente todo el Reino Antiguo hasta la Segunda Catarata, la cual estaba facilitada por la desaparición del Grupo A y un despoblamiento temporal de la Baja Nubia. Durante el Primer Período Intermedio la presión ejercida por los nuevos pobladores procedentes del sur, el denominado Grupo C, expulsaría a los egipcios de la región, para volver durante el Reino Medio.

La temprana presencia egipcia en Nubia con fines meramente comerciales no excluye un intento coetáneo de colonización de las regiones más accesibles de la Baja Nubia. A estas conclusiones se ha llegado tras la excavación de Buhen Norte, donde un primitivo asentamiento egipcio fortificado poseía un taller de fundición de cobre, el material más usado por los egipcios del Reino Antiguo. Los sellos de barro impresos pertenecían a monarcas; de la IV dinastía, tales como Jafra y Menkaura, o de la V dinastía, como Userkaf, Sahura, Neferikara y Djedkara Isesipero antes de ellos tenemos constancia (anales de la piedra de Palermo) de una exitosa expedición del rey Senefru a Nubia que le reportó 7.000 hombres y 20.000 cabezas de ganado según sus crónicas[155bis]. Estos reyes se beneficiaron de la falta de habitantes en la Baja Nubia antes citada, por lo que se juzgó innecesario edificar una cadena defensiva de fortalezas como las del Reino Medio.

La aparición de la cultura del llamado Grupo C frustró las posibles ansias de conquista desarrolladas durante las tres últimas dinastías del Reino Antiguo, expulsando a las escasas tropas que operasen en la región y en los desiertos circundantes. Pero en esta capitulación egipcia no sólo actuó la llegada del Grupo C: las dificultades políticas que desembocaron en la desaparición del Reino Antiguo provocaron un ambiente de inestabilidad en todo el territorio egipcio, además de un encarecimiento económico, que imposibilitó la presencia de milicias en la Baja Nubia.

58.- De obligada mención es el texto de la biografía de Harjuf, príncipe de Elefantina, en cuya tumba de Kubbet el Haua, frente a Assuán, nos narra su autobiografía y nos enumera sus numerosos títulos: Gobernador del Alto Egipto, Canciller del Rey del Bajo Egipto, Compañero Único, Sacerdote-Lector, Jefe de los Intérpretes; que trae para su señor los productos de todos los países extranjeros, que trae para el Ornamento Real los tributos de todos los países extranjeros, Superior de los países extranjeros del Extremo Sur. Por tanto, podemos señalar que era el encargado de las relaciones comerciales con Nubia y el África negra, función que desempeñó sucesivamente durante los reinados de Merenra I y Neferikara Pepi II, de la VI dinastía. Al parecer, su importancia radica en el hecho de haber abierto nuevas rutas de importación de productos desde Nubia, por las que realizó numerosos viajes y trajo a la corte artículos exóticos del sur, como un famoso pigmeo que llamó la atención del entonces niño y a la vez rey Pepi II, quien le envió instrucciones precisas acerca de la seguridad del enano, ya que su interés era máximo y las recompensas serían gratas.

(En el lateral derecho de la entrada de su tumba en Assuán)

La Majestad de Merenre, [mi] señor, me envió junto con [mi] padre, el Compañero Único y Sacerdote lector Iri, a Yam (para los nombres geográficos cf. infra), para abrir la ruta hasta esta tierra. Lo hice en siete meses, y traje de allí todo tipo de bellos e insólitos presentes, y fui muy elogiado por ello. Su Majestad me envió por segunda vez, solo. Partí por el camino de Elefantina y volví de Irtye, Mejer, Tereros e Irtyetyal cabo de ocho meses. Volví y traje regalos de ese país en grandísima cantidad, y nada semejante se había traído antes a esta tierra. Descendí hasta la proximidad de la mansión del príncipe de Zatu e Irtye, y exploré esas tierras extranjeras. Nunca se había visto hacer esto a ningún amigo y Jefe de los Intérpretes que hubiese ido a Yam. Su Majestad me envió a Yam por tercera vez. Salí desde el nomo de Tinis por la ruta de los Oasis. Encontré que el príncipe de Yam había marchado hacia el país de Temehu (Libia) para golpear a los Temehu hasta la esquina occidental del cielo. Salí tras él hacia las tierras de Temehu y los apacigüé, de forma que él adoró a todos los dioses para [mí] señor. “[Envié a…] con un [hombre] de Yam al Séquito de [Horus], para hacer que la Majestad de Merenre, mi señor, supiera [que yo había ido a la tierra de Temehu] y había apaciguado a ese príncipe de Yam. [Volví] al extremo sur de Irtye y el extremo norte de Zatu, y encontré al príncipe de Irtye, Zatu y Wawat, [esos tres países] unidos en uno y volví con trescientos asnos cargados de incienso, ébano, aceite-hekenu, sat, pieles de pantera, colmillos de elefante y boomerangs, así como todo tipo de buenos presentes. Cuando el príncipe de Irtye, Zatu y Wawat vio lo fuerte y numerosa que era la tropa de Yam que volvía conmigo, entonces ese príncipe me escoltó y me dio bueyes y carneros y me guió por las montañas de Irtye, en virtud de la vigilancia que yo había ejercido por encima de cualquier amigo o Jefe de Intérpretes que hubiera sido enviado antes a Yam. Cuando este humilde servidor se dirigía corriente abajo hacia la Residencia, se hizo que viniese a mí el Amigo Único y Supervisor de la doble Cámara de Libaciones, Juni, encontrándome con barcos cargados de vino de dátil, pastel, pan y cerveza. El Príncipe, Canciller del Rey del Bajo Egipto, Compañero Único, Sacerdote Lector, Canciller del Dios, Jefe de los Secretos de los Decretos, el venerado Harjuf[156].

Posteriormente, el joven monarca Neferikara, a quien le habían llegado noticias de la presencia de un enano entre la mercancía exótica que llevaba Harjuf, escribió ansiosamente a su explorador con instrucciones acerca de la seguridad del pigmeo negroafricano:

Sello del mismo rey: Año II, día 15 del mes tercero de la inundación. Decreto real para el Compañero único, Sacerdote Lector, Jefe de los Intérpretes Harjuf. Se ha tenido conocimiento de esta tu carta que has dirigido al rey, al Palacio, para hacer que se sepa que has regresado felizmente de Yam, junto con la tropa que estaba contigo. Dices en esta tu carta que has traído todo tipo de productos grandes y buenos, que Hathor, señora de Imaau, ha dado para el Ka del rey Neferikara, vivo eternamente. Has dicho [también] en esta tu carta que has traído un pigmeo para las “danzas del dios” del país de los habitantes del Horizonte, igual al pigmeo que el Canciller del dios Bawerdjed trajo del país de] Punt en tiempos del [rey] Isesi. Has dicho a Mi Majestad que no se había traído nada igual a él por ningún otro que haya ido a Yam previamente. Tú sabes ciertamente hacer lo que tu señor quiere y aprecia. Verdaderamente pasas día y noche pensando en hacer lo que tu señor gusta, aprecia y ordena. Su Majestad proveerá tus múltiples y honorables dignidades para el beneficio del hijo de tu hijo eternamente, de forma que toda la gente dirá, cuando oigan lo que Mi Majestad hizo para ti: “¿Hay algo similar a lo que fue hecho para el Compañero Único Harjuf cuando regresó de Yam, a causa del cuidado que mostró en hacer lo que su señor gustaba, alababa y mandaba?” Ven hacia el norte, hacia la Residencia, inmediatamente. Apresúrate y lleva contigo a este pigmeo que tú has traído del país de los Habitantes del Horizonte vivo, sano y salvo, para las “danzas deldios”, para alegrar el corazón, para deleitar el corazón del rey Neferikara, vivo eternamente. Cuando suba contigo al barco, haz que haya hombres capaces que estén alrededor de él en la cubierta, para evitar que caiga al agua.Cuando duerma por la noche, haz que hombres capaces duerman alrededor de él en su tienda. Ve a controlarlo diez veces por la noche. Mi Majestad desea ver este pigmeo más que los productos de las minas y del Punt. Cuando llegues a la Residencia y si este pigmeo está vivo, sano y salvo contigo, Mi Majestad hará para ti grandes cosas, más que lo que fue hecho para el Canciller del dios Bawerdjed en tiempos del rey Isesi, de acuerdo con el deseo de Mi Majestad de ver este pigmeo. Han sido enviadas órdenes al “Jefe de las ciudades nuevas”, Compañero y Superior de los Sacerdotes, para mandar que se proporcionen suministros de lo que está a cargo de cada uno, de cada almacén, de cada depósito y cada templo que no disfrute de exenciones”.[157].

Harjuf fue sustituido por Pepinajt llamado Heqaib (“el regente de su corazón”), quien dirigió dos expediciones a Nubia y otra a Biblos para obtener la madera necesaria en la construcción de un navío de comercio en Punt, y fue por ello divinizado tras su muerte. Las expediciones de Harjuf gozaron de la benevolencia del contexto ecológico-climático, cuyas condiciones en la época en la que se desarrollaron los mencionados viajes eran mucho menos severas que en la actualidad (cf. nota 112), y permitían encontrar pozos de agua gracias a una capa freática próxima a la superficie, así como la vegetación necesaria para la alimentación de los asnos[158].

Los enanos denominados nmyw eran los criados personales de los monarcas, a quienes servían también como elemento de distracción y diversión, y eran egipcios nativos con malformaciones genéticas y desproporciones notorias. Por el contrario, los dng, pigmeos del África negra, estaban en la mayoría de los casos corporalmente proporcionados a pesar de su corta estatura, y eran importados por los reyes egipcios con fines únicamente exóticos, por lo llamativo que resultaba la compensación física a pesar de sus escasas magnitudes. Estos últimos trabajaban como danzantes, bailarines o cómicos. Las inscripciones presentes en la base de las estatuas que representan a estos personajes confirman esas funciones: “El que complace a Su Majestad cada día en el Gran Palacio.

En lo referente a los numerosos topónimos citados en el texto, su localización geográfica en contextos actuales ha conllevado mucha controversia, pero actualmente podemos establecer con relativa exactitud su situación aproximada. En primer lugar, la tierra de Yam, objetivo de la primera expedición del explorador Harjuf, se cree está situada ligeramente al sur de la Segunda Catarata, en la Alta Nubia. Algunos autores han identificado el nombre de Yam con la denominación geográfica jeroglífica Irem, el cual designa un país cuya situación es muy similar a la de Yam[159] En cuanto a Irtye, se ha especulado sobre su posible ubicación en Tomas, cerca de Wadi Halfa[160]. Wawat, como ya hemos dicho, era la región actualmente conocida como Baja Nubia.

59.- Gran parte del interés egipcio por Nubia radicaba en las rutas de acceso a los desiertos occidental y oriental y sus importantes enclaves mineros, los cuales constituían un bastión esencial de la economía egipcia, y fue frecuentada por expediciones temporales enviadas por el propio monarca para obtener los minerales preciosos imprescindibles para la elaboración de muchos de los objetos que componían su ajuar o eran material básico de muchas edificaciones, ya que muchos de los minerales con los que se construían las estatuas regias del gobernante o con las que se adornaban los templos procedían en parte de las minas nubias. Las principales son las que a continuación señalamos[161]:

-1. Wadi el-Allaqui-Uadi Gabgaba, lugares de donde se extraía oro y cobre a escasa profundidad, accesibles desde el puesto fronterizo de Kubban[162] y emplazados en pleno desierto oriental. La importancia de esta región nos ha sido expresada por los dos grafitos de la VI dinastía[163] y otros tres del Reino Medio[164], muestras que confirman la trascendentalidad que poseía para las expediciones mineras.

-2. Wadi el-Hudi, muy importante para la obtención de amatista y en menor medida oro. Fue un destacado foco minero durante el Reino Medio, en razón de las diversas inscripciones allí halladas que se remontan a esa época, además de los restos de una pequeña aldea fortificada contemporánea que podría haber servido de hospedaje para los expedicionarios o los militares destinados a la zona.

-3. En el desierto occidental abundan las canteras de diorita, cornalina y jaspe, entre Amaba y Aniba, explotadas principalmente durante los Reinos Antiguo y Medio, y cuya documentación sitúa el comienzo de su aprovechamiento en los tiempos del monarca Jufu, y su probable abandono en la época de Amenemhat III, de la XII dinastía.

-4. Por otra parte, el comercio con las regiones más meridionales de Nubia, en la mayoría de los casos inaccesibles a los egipcios por las vías de transporte convencionales, constituía una parte importantede las transacciones con productos exóticos. Para obtenerlos, los delegados egipcios, diplomáticos o expedicionarios como los ya mencionados Harjuf y Pepinajt llamado Heqaib, que debían conocer a la perfección las lenguas habladas en Nubia, negociaban mediante acuerdos con los jefes indígenas que las tribus locales hiciesen de intermediarios en la obtención de productos sureños con Egipto, siempre remunerados con una recompensa material, ya que, según tenemos constancia, los egipcios no descendieron más allá de los paralelos 18/ 20 y los meridianos 27/28. La ruta seguida es, casi con total seguridad, la descrita por Cervelló: “el lugar de salida era el Alto Egipto a la altura de Abidos, Dióspolis Parva o Assyut, y se dirigía hacia el oeste, al oasis de Dajla, donde existía un importante centro urbano egipcio; tomaba después las pistas saharianas hacia el sur, cruzaba el área de Bir Sahara y alcanzaba finalmente el país de Yam de los textos contemporáneos (…). Esta vía sahariana tenía la ventaja, sobre una posible vía nilótica, terrestre o navegada, de ser directa y de obviar los meandros del río en la región nubia (que no hacen sino alargar el camino), y/o los rápidos que lo jalonan (que hacen la navegación muy peligrosa o aun imposible en algunas épocas del año, y que son muchos más que las 6 cataratas canónicas). El regreso, sin embargo, sí podía hacerse por vía fluvial, aprovechando la inundación, que haría más fácil y expeditiva la superación de los rápidos”.

-5. El país de Punt, a falta de un consenso en lo referente a su localización geográfica, podemos indicar en general que se encontraba en Somalia y Eritrea. Es la región más meridional de la que se tiene noticia llegaron los antiguos egipcios. Su acceso no presentaba los mismos inconvenientes que las regiones más sureñas de la Alta Nubia, no navegables en la mayoría de los tramos y siempre bajo la amenaza de un ataque o bloqueo de las tribus negras de la zona, pues a Punt se podía acceder por barco desde los puertos del Mar Rojo y no presentaba ningún problema político o militar a largo tiempo, pues su lejanía impedía ataques mutuos. Así pues, Punt representaba el enclave comercial ideal deseado por los egipcios, exento de los peligros que podía presentar Nubia[165].

60.- En el Reino Medio, como ya hemos adelantado, el interés por Nubia se basa fundamentalmente en fines expansionistas, y en una reconquista tras la expulsión acaecida en el final del Reino Antiguo. Durante el reinado de Mentuhotep II (aprx. 2.010-1.998 a.C.) comenzó una activa política de anexión territorial en la Baja Nubia, cuyo primer objetivo era la recuperación de los principales puestos defensivos edificados durante las dinastías anteriores y que en la mayoría de las ocasiones constituían focos de aprovisionamiento de las rutas caravaneras de las minas y canteras de la zona. La información a este respecto proviene de una inscripción fragmentaria procedente de El-Ballas, en el Alto Egipto, cuya datación proporcionada por los análisis epigráficos se remontaría al reinado de este monarca.

El contenido de la misma es concluyente: “Wawat y el oasis, los anexioné al Alto Egipto”. De aquí se deduce que la Baja Nubia y los oasis circundantes del desierto occidental, refiriéndose al de Kharga, se convirtieron en provincia egipcia con las mismas condiciones administrativas[166]. A partir de este reinado, los sucesores desarrollaron esa misma política expansionista en la zona fijando su atención principalmente en las regiones más ricas en recursos mineros de la Alta Nubia, área muy apreciada y ansiada ya desde el Reino Antiguo, ya que era en realidad el foco comercial de Nubia, de la cual se obtenían la mayoría de los productos exóticos y mercancías deseados; la Baja Nubia sólo constituía un lugar estratégico de obligado paso, y sus suelos son muy poco fértiles y cubiertos casi por completo por el desierto (de este territorio los egipcios únicamente podían extraer diorita y otras piedras preciosas de las canteras de los desiertos cercanos). En el relato de los viajes de Harjuf podemos ver que no se menciona Wawat (la Baja Nubia) como lugar objeto de la expedición, por lo tanto quedaría desestimada la propuesta que señalaría el destino del viaje en la Baja Nubia. Por tanto, sólo nos quedaría como posibilidad el que Harjuf hubiese llegado a la Alta Nubia, regiones más meridionales y que conformaban en sí el interés egipcio por la zona.

Es en los restantes reinados de la XII dinastía cuando se produce un asentamiento más sólido en Nubia. Senusert I construye un fuerte con fines defensivos y comerciales en Buhen, en la parte más meridional de la Baja Nubia.

Senusert III fue un gran precursor del asentamiento de tropas egipcias en Nubia, y para ello edificó inmensas fortalezas de adobe en diversos lugares estratégicos en la orilla del Nilo, tales como Mirgissa (Iqen), Uronarti, Kumma o Semna (la Hh de los egipios). La amenaza que constituían las poblaciones del Grupo C en la Baja Nubia y la cultura de Kerma, algo más al sur,provocó una intervención intensa del ejército egipcio en la zona. Se cuidaba mucho el aprovisionamiento de agua, indispensable en estas regiones, y la situación estratégica de las fortalezas, siempre ubicadas en gargantas estrechas y en mutua intercomunicación. Además, se erigían pequeñas torres vigía en elevaciones y colinas de las riveras nilóticas a fin de acelerar la transmisión de información referente a los movimientos tribales o aproximaciones caravaneras.

Estos fuertes poseían un foso a su alrededor, en cuyos bordes había un parapeto bajo aspilleras que se alternaba con bastiones semicirculares. Estas fortalezas eran auténticos poblados en donde habitaban los soldados y sus familiares y en donde reposaban los comerciantes procedentes del sur. Es decir, el fuerte constituía así mismo un enclave comercial a nivel local[167]. Su aparente inexpugnabilidad y grandeza material constituía en parte un elemento demagógico de amedrentamiento a los indígenas en sus escasas posibilidades de potencialidad militar; intentar disuadir a los potenciales enemigos, cuya visión del invasor egipcio la fundamentaron en una divinización del mismo, fenómeno análogo al acaecido durante la conquista de América.

61.- De inestimable importancia son las dos estelas de Semna talladas durante el reinado de Senusert III que nos proporcionan una clara explicación acerca del objetivo de las fortalezas allí erigidas. A continuación reproducimos la traducción de ambas:

Primera Estela de Semna:

Frontera meridional hecha en el año 8 bajo la Majestad del rey del Alto y Bajo Egipto Kha-kau-ra, dotado de vida eterna por siempre, para no permitir que ningún nubio la sobrepase hacia el norte viajando por tierra o en barco, [así como] todo ganado de los nubios, excepto el nubio que venga para comerciar en Iquen o en toda buena misión que se hace con ellos, [pero] sin permitir que un barco de los nubios pase hacia el norte por Heh para la eternidad”.

Segunda Estela de Semna, cuarcita, 160 x 96 cm. 21 líneas inscritas:

Vive el Horus “divino de formas”. Las dos señoras: “divino de nacimiento”. El rey del Alto y Bajo Egipto Khakaura, dotado de vida. El hijo de Ra, de su carne, su amado, señor de las dos Tierras: Senusert III, dotado de vida, estabilidad y fuerza eternamente.

Año 16, mes 3 de la estación de Peret [invierno]. Su Majestad hizo la frontera sur en Heh. Yo he hecho mi frontera [más] al sur que [la de] mis padres. He dado más [incrementado a] lo que se me había legado, porque yo soy un rey que dice lo que hace. Lo que mi corazón piensa es hecho realidad por mí [mí mismo]. Soy [uno que es] agresivo para conquistar, que se apresura hacia la fortuna [triunfo], uno en cuyo corazón no duermen las palabras, que toma en consideración las reclamaciones, que se levanta sobre la clemencia, que no es clemente con el enemigo que lo ataca si él es atacado, que cesa [de luchar] si se cesa, que responde a la palabra como ocurrió allí, [puesto que] renunciar [a la lucha] después de atacar [significa] fortalecer el corazón del enemigo. El que es agresivo es bravo, retirarse es cobardía. Es auténtico [cobarde] el que es arrojado de su frontera, porque el nubio [sólo] escucha para lanzarse a la palabra. Responderle [es] hacer que él se retira; si uno es agresivo con él, él muestra su espalda, si uno se retira, él se vuelve agresivo. No es gente de dignidad, son miserables de corazones cobardes. Mi Majestad le vio, no es mentira. Yo capturé a sus mujeres, traje a sus habitantes, avancé hasta sus pozos, he robado su ganado, he cortado su trigo y lo he quemado. [Así como] vive mi padre para mí, yo he dicho la verdad, sin que saliese exageración de mi boca. Además, en cuanto a todo hijo mío que fortalezca esta frontera que Mi Majestad ha hecho, él es [realmente] mi hijo, él ha nacido para Mi Majestad. La imagen del hijo [bueno] es la de el protector de su padre, que perpetúa la frontera del que lo engendró. Además, en cuanto a el que la pierda y no luche por ella, él no es, de veras, mi hijo; él no ha sido engendrado, de veras, para mí. Y Mi Majestad ha hecho erigir una estatua de Mi Majestad en esta frontera que Mi Majestad ha establecido, para que vosotros triunféis en ella y luchéis por ella”.[168].

Estas muestras de propaganda regia oficial, y otros documentos más amenos, cercanos y próximos a la realidad de la provincia (los partes de Semna, informes redactados en hierático procedentes de las fortalezas egipcias en Nubia hallados a finales del siglo XIX en Tebas, lugar al que se habrían remitido para ser archivados[169]), nos describen como objetivo de la presencia egipcia en la zona la exclusión de las tribus nubias de la integridad territorial egipcia, a excepción de misiones diplomáticas o comerciales. La clave es la actividad mercantil, pues Egipto era realista en lo que supone la importación de productos nubios, estando concienciado de que su importancia era máxima. Las amenazas en cierto sentido drásticas expresadas por las inscripciones son pura hipocresía, ya que a pesar del deseado alejamiento de los nubios de la frontera, el gobierno egipcio necesitaba por diversas razones comerciales y políticas un acercamiento y contacto más fluido con los indígenas.

Las reiteradas alusiones egipcias en diversos documentos a las constantes hambrunas que jalonaban el desierto y Nubia creaban un estado de inseguridad en las áreas de control, provocando un temor generalizado a los posibles movimientos masivos de tribus hacia la frontera con la esperanza de instalarse en Egipto. Algunos de los pueblos del desierto nubio, los medyayu, fueron admitidos en el país prestando servicios al estado como mercenarios o policías del desierto, los cuales velaban por la seguridad de las caravanas y controlaba el tráfico ilícito de mercancías por esas regiones, cuyas condiciones extremas sólo podían ser soportadas por personas experimentadas y que hubiesen tenido contacto con el terreno, y los medyayu eran los más adecuados, ya que su foco de poblamiento se centra en estas zonas.

62.- Las culturas prehistóricas e históricas de Nubia:

A continuación expondremos un breve esbozo sobre la prehistoria e historia de Nubia hasta la invasión árabe a través de una descripción puntual de sus culturas más relevantes. Se han omitido la musteriense y achelense al haber sido éstas ya objeto de atención en los epígrafes 6-8.

-.Khormusiense: Descubierto en 1.968 por el Dr. A. E. Marks, de la Universidad Metodista del sur de Dallas[170], quien propuso el nombre tras haber estudiado el sitio 1.017 de Khor Musa, su yacimiento epónimo, en las cercanías de Wadi Halfa, donde se han hallado diversos restos a los cuales las dataciones del Carbono 14 les atribuyen una antigüedad máxima de unos 45.000 años, en pleno paleolítico medio, y la fecha más tardía se remontaría al paleolítico superior, hacia el 20.000 a.C.[171].

Marks distinguió diferentes características: nueve tecnológicas, cinco tipológicas y tres residenciales. Los criterios tecnológicos se basan en: -1. Una fuerte tradición de escamas levalloisienses. –2. Pocas hojas verdaderas pero un número importante de escamas laminadas. –3. Un alto porcentaje de escamas con extremos labrados en facetas. –4. Núcleos levalloisienses cuidadosamente preparados. –5. La preeminencia de los núcleos en forma oval. –6. Uso de una larga serie de materiales brutos. –7. Uso de diferentes materiales brutos para diferentes tipos de instrumentos. –8. Una larga gama de tamaños de los instrumentos. –9. La preeminencia de una tradición de láminas unifaciales, con bifaces retocados, aunque algo extraña.

Los criterios tipológicos son: -1. La industria Khormusiense está compuesta por tres tipos de instrumentos: láminas levalloisienses, buriles dentados. –2. Raspadores, aunque no común, son siempre presentados durante las principales etapas khormusienses. –3. Entre un medio y tres quintos de todos los instrumentos son láminas levalloisiense no retocadas. –4. Láminas cortadas o simplemente truncadas son atípicas. –5. Un número elevado de instrumentos no han sido encontrados en yacimientos khormusienses, incluyendo hojas dorsales o microláminas, taladros, puntas dorsales, núcleos geométricos y bifaces largos.

Los criterios residenciales: Los establecimientos khormusienses son: -1. Muy grandes, cubriendo miles de metros cuadrados. –2. Todo cerrado hacia el Nilo y orientados paralelamente hacia élsobre formaciones arenosas.

-3. Constan de un número alto de grupos de artefactos en hogares individuales, más bien que continuos escombros esparcidos[172].

Así pues, se han podido exhumar miles de esqueletos de grandes herbívoros, tales como hipopótamos, gacelas, asnos; roedores y aves, así como peces[173]. En resumen, los habitantes de KhorMusa eran cazadores paleolíticos con una importante industria lítica, contemporáneos de los aterienses que por aquel entonces habitaban en Egipto, con una economía estrechamente ligada al río Nilo.

63.– El equipo de F. Wendorf ha estudiado una serie de útiles microlíticos pertenecientes a una cultura llamada Halfiense, por haber sido descubierta en las cercanías de Wadi Halfa. Las dataciones con radiocarbono la remontan al 19.500-17.500 a.C. Midant Reynes distingue cinco etapas que progresivamente reducensu producción particular de astillas:

-Primera fase: Reposa sobre el supuesto desarrollode una producción halfiense a partir de fondos levalloisiense, pero se basa en meras hipótesis, pues ninguno de los yacimientos corresponden exactamente a esta etapa inicial.

-Segunda fase: Representada por los sitios 1.020 y 1.018, basada en núcleos y astillas halfienses.

-Tercera fase: El yacimiento 624, con núcleos con láminas de un tipo particular denominados “núcleos laminares”.

-Cuarta fase: Sitios 443 y 2.014. Las láminas se imponen en las herramientas y astillas halfienses.

-Quinta fase: Representada únicamente por el yacimiento 1.028, ve la práctica desaparición de la técnica halfiense en beneficio del microlitismo.

Marks, por su parte, enumera ocho etapas de la secuencia geológica:

1. Depósito de la formación de Dibeira-Jer hasta una elevación absoluta de 153 m., o 32 m. sobrela plataforma de inundación. En otra localidad en Khor Musa, una última parte de este depósito ha sido datado hacia el 20.750 a.C. + 280 años.

2. Erosión de la formación de Dibeira-Jer en el Wadi inferior a una elevación absoluta de 140 m. o 19 m. sobre la plataforma de inundación, con una pausa menor en 144 m.

3. Concurrente con la erosión, había un depósito de arenas de la formación de Ballana, la cual alcanza una elevación absoluta de 147 m. a lo largo del borde de la formación erosionada de Khor Musa.

4. El Nilo se retiraba lentamente, con inundaciones estacionales del Wadi. En este momento, el sitio 1.020 ocupaba parte de la inclinación superior de la orilla oeste de los aluviones. La alternancia de la humedad y la sequedad de los aluviones formó una capa que incorporó artefactos del sitio 1.029 en su interior.

5. Durante el final de la sequedad en la capa, el sitio 1.018 ocupaba una duna de arena en la orilla de la capa. En este tiempo, una corteza dura y calcárea formada debajo de la superficie de la duna, enmasillada en algunas muestras de la cultura material. Esta fase es vista como parte del final de la formación de la capa. De este modo, el sitio 1.018es sólo ligeramente más reciente que el sitio 1.020.

6. Después de la formación de la capa dura, hubo una desviación adicional de la totalidad de la superficie y la ocupación del sitio 443 en la superficie de la capa dura calcárea sobre una duna cercana. Para que esta área hubiese sido habitable, todavía debió haber habido inundaciones ocasionales del Wadi y la vegetación, el pasto, quizás, por el agua del suelo.

7. La causa de la lenta retirada de la inundación del Wadi. En esta etapa, el sitio 2.014 fue ocupado en la orilla de la ahora inactiva capa, a una elevación absoluta de 142 m. o 20 m. sobre la plataforma de inundación. Esta etapa es vista como el estado generalmente sincrónico con la ocupación del sitio 443, pero quizás algo más tarde.

8. Posterior al final de la retirada de la sequedad en la capa, hubo un largo período, que se prolongó hasta la actualidad, de la desviación del viento que se extendió al delgado lecho de la arena sobre todas las antiguas formaciones.[174]

63bis.– El complejo de Dabarosa es uno de los asentamientos microlíticos nubios más tempranos, ya que las diversas dataciones aplicadas a los restos en ella localizados lo remontan al 16.000 a.C. Su industria lítica posee notorios adelantos técnicos, y se han encontrado numerosas puntas manufacturadas en una refinada técnica levalloisiense.[175]

-. Gemayense: Aprx. 15.500-13.000 a.C., está representada en ocho yacimientos dispuestos alrededor de un antiguo canal del Nilo. Se continúa empleando la técnica levalloisiense, a la vez que se desarrollan nuevas formas microlíticas y geométricas[176].

-. Ballana: Una importante industria microlítica de Nubia ha sido identificada cerca de Ballana, ligeramente al sur de Toshka y a cincuenta kilómetros al norte de Wadi Halfa, en la ribera oeste. Las fechas (14.000-12.000 a.C.) la incluyen en el paleolítico superior. Sus habitantes vivían en pequeños campos y se practicaban activamente la caza y la pesca[177].

-. Qadiense: En el yacimiento epónimo, Qada, dieciseis asentamientos de esta cultura, estudiados por Shiner, revelan una industria microlítica de segmentos con formas geométricas representando la silueta de un segmento de círculo o semicírculo. La forma arqueada se obtuvo por retoques abruptos. La técnica levalloisiense ya no es usada . Midant-Reynespropone como fechas de aparición y desaparición de la cultura qadiense el 14.000 y el 2.500 a.C. respectivamente. Hoffman, por su parte, admite como fecha máxima el 4.500 a.C.[178].

-. Arkiniense:Conocida a través de un único yacimiento datado alrededor del 7.740 + 180 a.C., la cultura arkinienseposee una industria microlítica alternando con las hojas y núcleos de doble plataforma. Así pues, se ha hallado un gran número de restos óseos de peces y grandes herbívoros como vacunos salvajes, gacelas, asnos e hipopótamos. El establecimiento existente consiste en un conjunto de treinta viviendas ovales de escombros, probablemente un asentamiento estacional para un pequeño grupo de personas.

-. Shamarkiense: En la Baja Nubia se han datado cerámicas de entre el 4.000 y el 4.500 a.C. pertenecientes a la industria shamarkiense, que constituye la cultura neolítica más antigua de la zona, aunque sobre esta afirmación pesa cierta duda al no haber testimonios arqueológicos que puedan mostrar la presencia de una economía agrícola y ganadera[178bis].

64. -. Mesolítico de Jartum: A partir de VII milenio a.C. se comienzan a desarrollar culturas de producción neolítica, que Arkell describió basándose en sus descubrimientos en el área de Jartum[179]. El término “mesolítico” se aplica comúnmente a la transición entre el paleolítico y el neolítico, usado en un principio para designar la paulatina retirada de los casquetes polares en Europa, pero ampliado posteriormente. Responde bien a la noción de neolitización[180].

Las gentes que habitaron la zona construyeron numerosas cabezas de arpones con una avanzada tecnología. La industria lítica está representada por los microlitos fabricados con cuarzo local. Al parecer, el mesolítico de Jartum coincide con una época especialmente lluviosa y húmeda, el Gran Húmedo Holocénico (cf. nota 112), aspecto visible en la abundante pesca que había (las numerosas cabezas de arpón así lo corroboran); y que conllevó en cierto modo un descenso de la población en la zona, ya que durante esas fechas el Sahara estaba densamente poblado y no se produjeron olas de emigración hacia el este tan elevadas como en épocas posteriores.

-. Neolítico de Jartum : En Shaheinab, descubierto por Arkell a cincuenta kilómetros al norte de Jartum, se descubrió un yacimiento perteneciente a una fase de economía de producción típicamente neolítico. Se siguen fabricandomicrolitos con cuarzo local, además de gubias. Se confeccionaba una cerámica pulida y decorada con impresiones superficiales de puntos.Numerosos punzones parecen indicar un incremento del trabajo de la madera, y los arpones de hueso una intensificación de la pesca. La prueba arqueológica que ha servido para clasificar esta cultura en época neolítica ha sido el hallazgo de huesos de cabras y ovejas que señalan la existencia de la domesticación, además de haber sido fechada por el radiocarbono entre el3.500-3.100, análogamente a la cultura Gerzeense en el Alto Egipto[181].

-. La Variante de Jartum: Hay ocho yacimientos (los yacimientos 1.045, 2.006, 277, 1.022, 626, 628, DIW-5 y 1.039) en la región de la Segunda Catarata, en Wadi Halfa que están estrechamente relacionados en la cultura material con el Neolítico de Jartum descrito por Arkell (cf. supra). Esos ocho enclaves arqueológicos deberían ser descritos como una variante de Jartum en todos los aspectos. Era una cultura que importaba cuarzo y sílex egipcio con una cerámica que recuerda a la del neolítico de Jartum. Muyprofusa, puede aparecer decorada con líneas punteadas o sin decoración, y en algunas ocasiones con motivos deliberados y totalmente aleatorios.Las diferencias considerables en los instrumentos líticos hacen suponer que hubo una difusión de la cerámica de Jartum a grupos individuales, posiblemente emigrantes de la Alta Nubia, que bastaría para explicar estas similitudes. Debido a la falta de restos que confirmen que hubiese existido domesticación, la arqueología no puede establecer firmemente en qué se basaba su economía, pero algunos autores[182] creen que el predominio de asentamientos pequeños a lo largo del Nilo y en el interior confirman la presencia de una economía pastoril. Se tiene constancia de una notoria dependencia del río y dela caza. Las dataciones la sitúan en el 5.000 a.C.Por lo tanto, estaríamos ante una variante análoga de la cultura del neolítico de Jartum pero con una distinta ubicación, y parece ser el resultado de un grupo cuyo movimiento se centraba en los yacimientos del área anteriormente citados[183].

Expondremos una breve descripción de cada uno de los ocho yacimientos arriba enumerados:

-1.045: El área de ocupación se extiende entre 125 m. al este del río Nilo y aproximadamente 100 m. al sur de la boca del Wadi de Khor Musa. El lugar es relativamente pequeño, pero la densidad de poblamiento habría sido elevada. En contraste con los otros yacimientos de la Variante de Jartum, 1.045 posee escasas piezas con muescas, y la mayoría de éstas están en escamas.

-2.006: El sitio ocupa una colina precámbrica. Aunque no podemos conocer datos exactos sobre su economía, la pesca jugó un importante papel.

-277: La singularidad de mayor relevancia mostrada por este yacimiento es el hecho de que gracias a los restos de posibles viviendas allí emplazadas podemos estar seguros de que los componentes de la Variante de Jartum construyeron auténticas estructuras.

-1.022: El yacimiento 1.022 cubre una pequeña área, y los artefactos son bastante escasos. Por estas y otras razones se puede suponer que la ocupación tuvo una corta duración.

-626 y 628: Estos dos yacimientos se han estudiado tradicionalmente juntos, debido a las similitudes cronológicas, económicas y étnicas. Ambos sitios descansan en unos pequeños aluviones. Aún así, algunas diferencias en los instrumentos líticos sugieren ciertas divergencias en las actividades económicas de ambos sitios. Se han encontrado numerosos fragmentos de cerámica.

-DIW-5: La posición del yacimiento, a una considerable distancia del desierto, lo hace comparable a los sitios 626 y 628. Esta suficientemente cerca del río para un fácil acceso a la pesca y demás usos que a éste se quisieran dispensar.

-1.039: El yacimiento fue ocupado al menos por dos grupos distintos, y los artefactos están mezclados. Situado sobre tres concentraciones continuas de escombros, hubo una ocupación en época cristiana, y en las cercanías se edificó una iglesia. Los problemas estratigráficos debidos a las mencionadas concentraciones de instrumentos en ocasiones relacionados entre ellos dificultan la identificación de las herramientas pertenecientes a la Variante de Jartum. La breve ocupación señala el carácter seminómada de los habitantes de dicha etapa, que se desplazaban creando asentamientos temporales retornables[183bis].

65.– La cultura post-shamarkiense: Tenemos noticia de la misma gracias a dos yacimientos de la Segunda Catarata, en la rivera oeste (Dibeira 50 y Dibeira 4) que corresponden a una fase más evolucionada de la cultura shamarkiense. Los numerosos restos de sílex importado de Egipto datados aproximadamente entre el 3.300 y el 3.000 a.C. nos indican que la cultura post-shamarkiense era análoga a la Gerzeense del Alto Egipto, con la que pudo tener contactos.[184].

-. Abkiense: Cultura neolítica de la Baja Nubia, en las proximidades de la Segunda Catarata, y cuyos yacimientos se extienden a ambas orillas del Nilo, la cual constituye el último eslabónde desarrollo a partir de la cultura qadiense (cf. 60).La densidad de población era bastante elevada, en razón de la extensión de los yacimientos. La cerámica presenta similitudes recíprocas entre la variante de Jartum, en donde también se han hallado restos pertenecientes a Abka. Todo ello parece indicar una contemporaneidad entre ambas además de posibles contactos entre ellas. Su economía de producción es totalmente neolítica, en razón de los huesos de animales hallados,y la caza no parece haber tenido la suficiente relevancia por la falta de útiles y armas encontrados durante las excavaciones[185].

66.– Grupo A: La cultura del Grupo A, en la Baja Nubia, definida por primera vez por Reisner[186] en el transcurso de sus excavaciones en el Shellal durante los años1.907-1.908 (el yacimiento principal se encuentra en el Batn-el-Hagar- el vientre de piedras-). Constituye el desarrollo cultural más importante de la zona durante los últimos años del IV milenio a.C. en el que participaron culturas anteriores como la Abkiense y la Variante de Jartum. Las evidencias arqueológicas señalan que fue coetánea de las culturas Nagada I, II y III, desapareciendo durante el reinado de Dyer, aunque autores como Kemp la prolongan hasta la primera parte de la V dinastía[187]. Estas analogías cronológicas con las culturas predinásticas del Alto Egipto se traduce en una penetración cultural de las mismas en la Baja Nubia, hecho visible en las semejanzas de la cerámica del Amratiense y Gerzeense con la del Grupo A, aunque ésta última conserva algunas características peculiares, como la variante de boca negra de la cerámica de borde negro egipcia. Las vasijas se importaban de Egipto probablemente con productos alimenticios como queso, miel o aceite muy cotizados por los nubios[188]. Las sepulturas poseen un extraordinario refinamiento y son comparables a las que en esos momentos se construían en Egipto y la producción artística es muy rica en paletas de esquisto zoomorfas y mazas cónicas. Las tumbas nubias no difieren mucho, como hemos señalado, de las egipcias. Consisten en fosas ovaladas o rectangulares con los cuerpos dispuestos en posición fetal, sobre el lado izquierdo, con la cabeza mirando hacia el sur, envueltos en una estera y con numerosos adornos corporales. Al principio se ubicaban en el mismo poblado, pero posteriormente se comenzó a emplazarlas en las afueras, en el desierto. Todas estas concepciones funerarias son, en opinión de Midant-Reynes, clara herencia de las tradiciones nagadienses. Precisamente, gracias a las ofrendas depositadas en las tumbas para los difuntos la ciencia ha podido establecer una cronología sólida que divide la cultura del Grupo A en tres fases:

1). Grupo A Temprano: Contemporánea de la Nagada I y mediados del Nagada II, ocupa el sectorde Wadi Kubbaniya yDakka.

2).Grupo A Medio o Clásico: Esta segunda etapa coincidiría con el período Nagada III o Tardopredinástico. Su fase final correspondería con la unificación egipcia (hacia 3.100 a.C.) y los comienzos de la I dinastía.

3) Grupo A Final: Hacia el reinado de Hor Aha o Dyer la cultura del Grupo A desaparece inesperadamente del escenario nubio. Hasta la VI dinastía, fecha en la que la zona será ocupada por la cultura del Grupo C (cf. 67) la Baja Nubia permanecerá despoblada, facilitando la dominación egipcia.

En lo referente a su economía, puede tratarse de grupos seminómadas que poseían ciertamente animales domesticados, como señalan los restos de perros y huevos de avestruces hallados en las tumbas. En cambio, la agricultura no parece haber tenido un desarrollo tan activo en la zona como lo tuvo en esas mismas fechas en Egipto.

En cuanto a la sociedad, las tumbas nos han reportado importantes datos: la presencia de sepulturas más ricas y ornamentadas puede indicar la existencia de una elite bien definida; estaríamos ante los comienzos de la jerarquización y diferenciación de las clases sociales. El papel de intermediarios de los pobladores del Grupo A en el comercio intensivo de ébano, incienso, pieles de pantera o marfil procedentes de las regiones meridionales que eran exportados hacia Egipto les enriqueció notablemente; exportaciones éstas realizadas en caravanas de asnos, ya que la navegación no era viable a causa de la carencia de un canal en la Primera Catarata.A largo plazo, ese comercio cesó y produjo una problemática caída de la economía del Grupo A. En efecto, tras la desaparición de la cultura de Nagada y la unificación de Egipto, la política de los primeros reyes tinitas fue la de monopolización de las materias primas y sólo comerciar a nivel local, no exterior; es decir, se abogó por la neutralización de la exportación y la importación a favor de los productos locales, en parte por miedo a la competencia nubia. Esta postura fue cambiando durante los siguientes reinados al comprender la necesidad que suponía el comercio con Nubia para todo tipo de productos.

En el aspecto antropológico, la semejanza con los habitantes del Alto Egipto era tal que autores como Emery y Kirwan los confundieron con egipcios[189]. Se organizaban, en opinión de Trigger, “en pequeños campamentos habitados por no más de media docena de familias. Cada grupo debía ocupar su propia parcela de tierra cultivable. Probablemente, sus campamentos se hallaban situados a orillas del río durante la mayor parte del año, pero se trasladaban al borde de la llanura aluvial durante el período de la inundación”. Así pues, la cifra de la población total del Grupo A ronda entre los 8.000 y los 25.000 habitantes[190]. En lo relativo a la lengua, ignoramos si se trataba de un derivante del egipcio, camita , sudanés o cushita[191].

Retomando el aspecto histórico, veamos la breve síntesis de Smith sobre la Baja Nubia, en la que distingue seis fases:

1.- Grupos seminómadas o sedentarios habitando en la Baja Nubia durante el Nagada I (Grupo A).

2.- El comercio con Egipto comenzaría entre el Nagada IIc-II-a, como queda demostrado por la cerámica y otros objetos que se han hallado en los cementerios nubios y por la cerámica egipcia hallada en tumbas egipcias y datadas en el Nagada IIa. La expansión de los asentamientos del Grupo A comenzaría a dirigirse hacia el sur, concretamente, hasta la fértil llanura de Dakka.

3.- Durante las dos fases siguientes, es decir, durante el Nagada IIb-c, el comercio tuvo un importante incremento, expandiéndose hasta el área de Sayala, seguramente debido a las posibilidades mineras de oro y las piedras preciosas de esa zona.

4.- Entre el Nagada IId y el IIIa, el Grupo A se extiende hasta las poblaciones de la segunda catarata, lo que ha venido a denominarse como Grupo A Clásico. Es en esta coyuntura cuando comienzan a desarrollarse adentamientos tan importantes como Dakka, Sayala y Qustul.

5.- Durante el Nagada IIIb, se desarrollan los sistemas de jefatura, como podemos ver en algunas tumbas de Sayala (cementerio 137 y 142), que poseen ajuares muy ricos, fruto del control del comercio de intermediarios que realizarían entre el Alto Nilo y Egipto. Los egipcios ofrecerían objetos de oro (las mazas de la tumba 1 del cementerio 137 de Sayala), útiles de cobre, vasos de piedras de gran calidad, cerámica de todo tipo y comunicación oficial con los cilindros sellos.

6.- El fin del Grupo A no hay que llevarlo más allá del reinado de Dyer, de la I dinastía. Las causas habría que buscarlas en el deseo de prestigio y de objetos exóticos que tendría un Egipto recién unificado, así como una cada vez mayor amenaza de competencia por parte de los nubios para con Egipto[192].

67.– El Neolítico tardío en Jartum:En la Alta Nubia, gracias a los descubrimientos de Arkell que avalan la existencia de una cultura posterior al neolítico de Jartum (tumbas de un tipo específico algo más tardías que aquélla) se ha podido establecer la presencia de una cultura análoga de la del Grupo A de la Baja Nubia. El yacimiento principal se encuentra en El-Kadada, región situada en la rivera oriental del Nilo a unos 200 kilómetros al norte de la capital sudanesa. Se hallaron varios cientos de tumbas pertenecientes tardoneolíticas de donde se exhumaron esqueletos humanos junto con los restos de animales domésticos como perros, posiblemente sacrificados para acompañar a sus dueños.. Esta necrópolis ha sido dividida por razones prácticas y tipológicas en cuatro sectores (Cementerios A, B, C, D). En todas ellas se identificaron, como en casos anteriores, gran cantidad de ofrendas y objetos (discos perforados, hachas, paletas de pigmentos, gres ferruginoso…). En lo que a la cerámica respecta, cabe destacar la gran variedad de formas que presenta su amplia producción: cubiletes, boles (vasijas de arcilla), platos circulares y elípticos, vasos hemisféricos, etc. Se repiten los motivos geométricos incisos, puntuados, lineares o hemos podido apreciar a lo largo de todas las culturas anteriores, no está presente, aspecto motivado por el factor mixtos, todos ellos rellenados por fuera con pasta blanca; decoraciones que producen en ciertas ocasiones efectos de ondulación[193]. Nuevamente se trata de una economía pastoril y en menos proporción de caza; la agricultura, como clima y un terreno inapropiado para practicarla. Los datos del radiocarbono proporcionan una antigüedad de 3.800 años a.C. para su nacimiento, y como fecha de desaparición el 3.400 a.C. Es muy probable que comerciasen con las culturas de Nagada que por entonces poblaban el Alto Egipto a través del Grupo A de Nubia, que como dijimos con anterioridad (cf. 66), su papel era el de intermediario. Estas relaciones indirectas les habrían proporcionado mutuamente oro, ébano, incienso, sílex, cuarzo, etc.[194].

68.- Los Grupos B y C: El vacío demográfico existente entre la desaparición del Grupo A (I dinastía) hasta la aparición del C fue cubierto por numerosos arqueólogos como Reisner con una cultura denominada del Grupo B, representada únicamente por tumbas de muy baja calidad que constituían un argumento muy pobre en la defensa de su existencia. Tras décadas de análisis, la arqueología oficial reconoce un vacío poblacional en la Baja Nubia que se corresponde con el Reino Antiguo egipcio, debido a las causas anteriormente expresadas (cf. 66) que provocaron la caída de la cultura del Grupo A. Durante ese período oscuro en la historia de la región septentrional de Nubia, los escasos habitantes que sobrevivieron a las agresiones egipcias se refugiaron en los desiertos y oasis circundantes en un estado de vida seminómada, por lo que se ha llegado a la conclusión de que durante el transcurso de tiempo que se prolonga desde el reinado de Dyer hasta finales de la VI dinastía y principios del I Período Intermedio la población de la Baja Nubia era muy escasa y no conformaban una cultura en el sentido estricto de la definición.

La cultura del Grupo C apareció en Wawatcomo resultado de sucesivas oleadas de inmigrantes procedentes del Sahara y Libia, del oeste, motivados por la desecación crónica y total que se estaba sufriendo en la zona y que imposibilitaba ejercitar sus modelos de subsistencia neolíticos al carecer de vegetación y agua para el ganado y ellos mismos. La Baja Nubia constituía un tentador destino, al estar únicamente ocupada por escasas guarniciones egipcias en deterioro tras la crisis que siguió al Reino Antiguo. Su economía era totalmente sedentaria, pastores con una notoria dependencia del río. Sus principales yacimientos se sitúan en torno a Faras, Aniba y Dakka, y se han identificado culturas y prácticas de enterramiento egipcias. Su desaparición definitiva se produce durante la dinastía XVIII y la conquista egipcia de toda Nubia.

69.- Los Grupos D, W,X e Y: Tras la desaparición de la cultura del Grupo C, otros modelos de características similares entraron en escena. El Grupo D es contemporáneo del Reino Nuevo egipcio, es decir, habría coincidido con la época de apogeo del dominio egipcio en Nubia. El Grupo W representa el período de transición entre el final del Reino Nuevo y la época grecorromana. La cultura del Grupo X se desarrollaría durante el siglo VI de nuestra era y los reinos medievales cristianos, 200 años más tarde de la caída del reino de Cush por el rey de Axum, quien en el 350 d.C. saqueó Nubia y volvió glorioso a Etiopía. El Grupo Y sería el último bastión de la cultura nubia hasta la invasión árabe del 639 d.C.

Concluye Massoulard sobre Nubia: “En resumen, en el Predinástico y en el Dinástico antiguo, la Baja Nubia ha conocido, cortando el Badariense, las mismas civilizaciones que el sur del Alto Egipto: el Amratiense primero, el Gerzeense luego, y finalmente la civilización protodinástica. En el Predinástico antiguo, la influencia egipcia no se hace sentir nada más que en la región vecina a la Primera Catarata. Más tarde se extiende progresivamente hacia el sur siguiendo el Valle del Nilo; en el Dinástico antiguo había avanzado hasta aproximadamente 150 kilómetros río arriba de Assuán”[195].


[147] Adams: “Nubia, corridor to Africa”, 1.977. En cuanto a la geografía de Nubia cf. Gardiner, 1.994, 29-48;Wendorf: “ The Prehistory of Nubia”, 2 vols., 1.968.
[147bis] Cervelló, 1.996b, epígrafe 67.
[148] Véase al respecto, por ejemplo, Damiano-Appia: “Egipto y Nubia I ”,1.997, 18-20; Baines y Malek, 1.992, 20-21; Speke: “Journal of the Discovery of the Source ofthe Nile”, 1.863.
[149] Gardiner, 1.994, 215. Sobre el origen de los reinos de Napata y Meroe cf. Dixon: “The Origin of the Kingdom of Kush (Napata-Meroë)”, 1.964, 121-132.
[150] Nos referimos a las menciones de la misma en Génesis, 2, 13: “”El nombre del segundo río es Guijón; éste es el que rodea toda la tierra de Cush”; Génesis, 10, 6.7.8.: “Hijos de Cam: Cush, Misr (Egipto), Put y Canaán. Hijos de Cush: Sebá, Javilá, Sabtá, Ramá y Sabtecá. Hijos de Ramá: Sebá y Dedán. Cush engendró a Nemrod, que fue el primer héroe sobre la tierra”; Salmo 68, 31: “Vendrán príncipes de Egipto; Cush se apresurará a extender sus manos hacia Dios”; Isaías, 11, 11: “Aquel día el Señor volverá a alzar su mano para rescatar el resto de su pueblo, lo que quede del destierro de Asiria y de Egipto, de Patrós, de Cush, de Elam, de Senaar, de Jamat y de las islas”; Isaías, 18, 1: “¡Ay de la tierra, del zumbido de alas, más allá de los ríos de Cush”; Isaías, 66, 19: “Les daré una señal y mandaré a algunos de sus supervivientes a los pueblos de Tarsis, Etiopía (Cush), Libia, Mosoc, Ros, Tubal y Yaván; a las islas lejanas que no han oído hablar de mí ni han visto mi gloria. Ellos publicarán mi gloria entre los pueblos”; Jeremías, 46, 9: “Subid, caballos, y alborotaos, carros, y salgan los valientes; los cushitas (etíopes) y los de Put que toman escudo, y los de Lud que toman y entesan arco”; Ezequiel, 27, 10-13: “Persas y los de Lud y Fut fueron en tu ejército tus hombres de guerra; escudos y yelmos colgaron en ti; ellos te dieron tu esplendor. Y los hijos de Arvad con tu ejército estuvieron sobre tus muros alrededor, y los gamadeos en tus torres; sus escudos colgaron sobre tus muros alrededor; ellos completaron tu hermosura. Tarsis comerciaba contigo por la abundancia de todas tus riquezas; con plata, hierro, estaño y plomo comerciaba en tus ferias. Javán, Tubal y Mesec comerciaban también contigo; con hombres y con utensilios de bronce comerciaban en tus ferias”; Ezequiel , 30, 5: “Cush, Fut, Lud, toda Arabia, Libia y los hijos de las tierras aliadas, caerán con ellos al filo de espada” (Traducción de la versiónPaulina, 1.993- Génesis, 10, 6.7.8. e Isaías- y Biblia de referencia Thompson, versión Reina-Valera, revisión de 1.960 –Génesis, 2, 13, Salmo 68,31, Jeremías y Ezequiel. Cf. también la Nueva Biblia de Jerusalén, 1.998). Las traducciones convencionales incluyen directamente la etimología griega Etiopía. En el texto original hebreo podemos leer kwsh, término más cercano a la raíz original egipcia. Los demás topónimos se corresponden con denominaciones clásicas de la siguiente manera: Tarsis= Tartessos, en la costa sur de la Península Ibérica;Mosoc= Frigia, en Asia Menor;Ros= zona de la costa del Mar Negro; Tubal= Cilicia, en Asia Menor; Yaván =Jonia, y más genérico los griegos; Put= Libia; Lud= Lidia, en Asia Menor; Fut=Libia; Tubal= Cilicia. Referencias de la “Analytical concordance to the Holy Bible”, de Robert Young, 216.
[152]1 Gardiner, 1.994, 36-37 y mapa 2.
[152] El título original egipcio era s3 nsw n k3s, “el Hijo del Rey de Kush”. Un ejemplo lo encontramos en una pintura de la tumba de Huy, en Tebas (aprx. 1.345 a.C.), quien ostentaba este cargo, y en una de las inscripciones leemos: sw(3)d i3t n s3-nsw n k3s hwy sd3it nsw, “Se entrega al cargo de Hijo del Rey de Kush, Huy, el sello real”, acto oficiado por el jefe del Tesoro, y servía como prueba de su poder. Es probable que el cargo tuviese más importancia que el de visir, y el territorio donde ejercía sus funciones se extendía desde el-Kab hasta Napata. El primer virrey documentado es posiblemente un hijo de Ahmosis; desde ese momento el cargó fue hereditario. Aldred, 1.968, figura 47 y pp. 153-154; O’Connor, 1.997, 326-330.
[153] Emery, 1.961, fig. 22;Aldred, 1.968, fig. 20; Arkell: “Varia Sudanica”, 1.950, 28;Murnane: “The Gebel Sheikh Suleiman Monument: Epigraphic Remarks”, 1.987, 283; Cervelló, 1.996b, nota 53; Vercoutter, 1.992, 213 (de donde procede la cita); Needler: “Rock-Drawing on Gebel Sheikh Suliman (near Wadi Halfa) showing a Scorpion and Human Figures”, 1.967, 87-91; Midant-Reynes, 1.992, 211.
[154] Traducción de Gardiner, 1.991, 352-353 con ligeras modificaciones.
[155] Vandier, 1.952, 834-835.
[155bis] Smith: “The Rock inscriptions of Buhen”, 1.972, 43-61; Roccati: “La littérature historique sous l’Ancien Empire égyptien”, 1.982, 39, 76-77, 187-197, 208-211, 264-265.
[156] Traducción de Serrano Delgado, 1.993, 76-77 yGardiner, 1.994, 114. El texto se encuentra reproducido enSethe: “Urkunden I “, 120-131. La traducción, además de las dos obras citadas, la podemos ver en Lichtheim: “Ancient Egyptian Literature”, I, 1.980,23 27; Roccati, 1.982,200, 206 y parcialmente en Vercoutter, 1.992, 333.
[157] Serrano Delgado, 1.993, 77-78;Lichteim, 1.980, 26-27; Roccati, 1.982, 206-207.
[158] Grimal, 1.996, 93-94. Sobre los viajes de Harjuf cf., en general, Cervelló, 1.996b, epígrafe 61; Goedicke: “Harkhuf’s Travels”, 1.981, 1-20; Vercoutter: “Balat et la route de l’oasis”, en AAVV: “l’Égyptologie en 1979. Axes prioritaires de recherches”, 2 vols., 1.982, vol. I, 284-287; 1.992, 333.
[159] Budge, 1.920, acepción armaa en la lista de nombres geográficos. Para sus habitantes, los Armu, véase el Papiro Koller, en edición de Gardiner: “The Papyrus of Anastasi I and the Papyrus of Koller”, 1.911, 4, 3. Sobre esta teoría cf. Priese: “’rm und ‘zm das Land Irame. Eine Beitrag zur Topographie des Sudan im Altertun”, 1.974, 7-41(‘rm y ‘zm.El país de Irame. Una contribución para la topografía de Sudán en la antigüedad”);Zibelius: “Afrikanische Orts- und Wölkernamen in hieroglyphischen und hieratischen Texten” ( “Lugares africanos y nombres geográficos en los textos jeroglíficos y hieráticos”), 1.972, 18-81. 167.Kemp: “Del Imperio Antiguo al Segundo Período”, en Trigger, Kemp, O’Connor, Lloyd: “Historia del Egipto antiguo”, 1.997,168 (ed. orig. “Ancient Egypt: a social history”, 1.983). En general, sobre la identificación de la tierra de Yam cf. Dixon: “The Land of Yam”, 1.958, 40-55.
[160] Gardiner, 1.994, 115.
[161] Kemp, 1.997, 159-160.Los tres primeroslugares señalados pertenecen a la Baja Nubia. El país de Punt, aunque ausente en las competencias de este capítulo, ha sido incluido porque hemos visto oportuna y necesaria su aparición, máxime cuando tratamos un tema relacionado con el comercio y los productos exóticos africanos.
[162] Emery y Kirwan: “The excavations and survey between Wadi es-Sebua and Adindan 1.929-1.931”, 1.935.
[163] Priotrovsky: “Dos inscripciones egipcias de la Sexta dinastía en Wai Allaki”, 1.966, 80-82.
[164] Cerny: “ Graffiti at the Wadi el-‘Allaki”, 1.947, 52-57.
[165] Kemp, 1.997, 176-177; Sayed: “Discovery of the site of the 12th Dynasty Port at Wadi Gawais on the Red Sea shore”1.977, 138-178; Cervelló, 1.996b, epígrafe 61 (de donde procede la cita), Vercoutter: “L’image du Noir dans l’Égypte ancienne (des origines á la XXVe dynastie)”, 1.979, 21-22; 1.982; 1.988: “Le Sahara et l’Égypte pharaonique”, 1.988, 16-17.
[166] Kemp, 1.997, 168-169;Phillipson, 1.985, 121.
[167] Kemp, 1.997, 170-171. Cf. también, sobre las fortalezas defensivas egipcias en Nubia Kemp: “El Antiguo Egipto: Anatomía de una civilización”, 1.996, 212-229.
[168] El texto lo podemos encontrar en Sethe: “Ägyptisches Lesestücke”, 1.924, 83-84 (“Textos egipcios”); Gardiner, 1.991, 379-380 (parte de la Segunda Estela); De Buck: “Egyptian readingbook: exercises inmiddle egyptian texts” 1.970, 78 (Sólo la Primera Estela);traducciones: Serrano Delgado, 1.993, 173-174; Lichtheim, 1.980, I, 118-120 (Sólo la Segunda Estela); Gardiner, 1.994, 153 (parte de la Primera y la Segunda).
[169] Serrano Delgado, 1.993, 176-178; Smither: “The Semnah Despatches”, 1.945, 3-10.
[170] Marks: “The Khormusan: An Upper Pleistocene Industry in Sudanese Nubia”, en Wendorf, 1.968, vol. I, 315-391.
[171] Hoffman, 1.984, 70-77; Midant-Reynes, 1.992, 41; Grimal, 1.996, 23.
[172] Marks, en Wendorf, 1.968, vol I (de donde procede la cita, expuesta también por Hoffman, 1.984, 71).
[173] Midant-Reynes, 1.992, 41.
[174] Midant-Reynes, 1.992, 54; Marks: “The Halfan Industry”, en Wendorf, 1.968, I, 392-460 (los datos de la secuencia geológica proceden de la p. 398); Hoffman, 1.984, 82-83.
[175] Sobre la cultura del complejo de Dabarosa cf. Hoffman, 1.984, 84.
[176] Sobre la cultura Gemayense cf. Hoffman, 1.984, 84.
[177] Véase al respecto de la cultura de Ballana Midant-Reynes, 1.992, 60-61; Hoffman,1.984, 84-85.
[178] Midant-Reynes, 1.992, 61-62; Hoffman, 1.984, 85-87; Shiner: “The Cataract Tradition”, en Wendorf, 1.968, II, 535-629.
[178bis] Sobre las culturas arkiniense y shamarkiense cf. Hoffman, 1.984, 102; Midant-Reynes (esta autora considera la cultura arkiniense notoraimente anterior a las fechas propuestas por Hoffman, ya que para ella el arkiniense se remontaría al 10.580 + 150 a.C. y la sahamrkiense alrededor del 7.700 + 120 a.C.), 1.992, 80-82.
[179] Arkell, 1.949.
[180] Midant-Reynes, 1.992, 92-99; Gordon-Childe, 1.985, 60-61; Leroi-Gourhan et alii: “La Prehistoria”, 1.987, cap. IV (especialmente pp. 77-80);Phillipson, 1.985, 102-103.
[181] Trigger: “Los comienzos de la civilización egipcia”, en Trigger, Kemp, O’Connor, Lloyd: “Historia delEgipto antiguo”, cap. 1, 15-97 (ed. orig. “Ancient Egypt. A Social History “, 1.983), 1.997, 63; Midant-Reynes, 1.992, 124-137; Arkell: “Shaheinab”, 1.953; Camps, 1.974, capítulo V y lámina XV-1 (escena de cosecha); del mismo autor: “Beginnings of Pastoralism and Cultivation in North-West Africa and the Sahara. Origins of the Berbers”, 559-582, en Clark: “Cambridge History of Africa”, I, 1.982, 548-623; Wendorf y Schild, 1.980, 265, 278; 1.984, 96; Gautier: “Contributions to the Archaeozoology of Egypt”, 332-333, 336-337,en Wendorf y Schild, 1.980, apéndice 4, 317-343; Phillipson, 1.985, 116-119.
[182] Trigger, 1.997, 63-64.
[183] En general, sobre la variante de Jarrtum cf. Midant-Reynes, 1.992, 138-139; Trigger, 1.997, 63-64; Shiner: “The Khartoum Variant Industry”, en Wendorf, 1.968, vol II, 768-790.
[183bis] Datos extraídos de Shiner en Wendorf, 1.968, vol. II, 768-790.
[184] Trigger, 1.997, 62-63; Midant-Reynes, 1.992, 140.
[185] Midant-Reynes, 1.992, 140-142; Vercoutter, 1.992, 138-139; Hoffman, 1.984, 242; Trigger, 1.997, 64; Nordström: “Neolithic and A-Groups Sites”, 1.972, 12-17.
[186] Reisner: “The Archaeological Survey of Nubia. Reportfor 1.907-1.908”, vol. I, 1.910.
[187] Kemp, 1.997, 161; también JiménezSerrano: “Las representaciones de aves y su valor simbólico en la Baja Nubia a finales del cuarto milenio a.C.”, 1.998, 3.
[188] Trigger, 1.997, 65.
[189] Emery y Kirwan: “The Excavations and Survey between Wadi es-Sebua and Adindan 1.929-1.931”, 1.935, 1. Citado también por Jiménez Serrano, 1.998, 4.
[190] Jiménez Serrano, 1.998, 5; Shinnie: “Ancient Nubia”, 1.996, 46; O’Connor: “Ancient Nubia: Egypt’s Rival in Africa”, 1.993, 15.
[191] Respecto a la clasificación de las lenguas africanas cf. Cervelló, 1.996b, epígrafes 179-187; GreenbergStudies in African Linguistic Classification”, 1.955; Trigger, 1.997, 27-28; Vandier, 1.952, 22-24.
[192] Smith: “The Development of the A-Group Culture in Northern Lower Nubia”, 108-110,en Davies: “Egypt and Africa. Nubia from Prehistory to Islam”, 1.991. Citado también por Jiménez Serrano, 1.998, 3-4. En general, sobre elGrupo A cf. Trigger, 1.997, 64-66; Midant-Reynes, 1.992, 206-211; Hoffman, 1.984, 255;Vercoutter, 1.992, 138-139; Cervelló, 1.996b, epígrafe 95; Nordström, 1.972, 18, 19, 20-21, 23-24, 26, 27, 28-32; Williams: “Excavations between Abu Simbeland the Sudan Frontier, Keith C. Seele Director. Part 1: The A-Group Royal Cementery at Qustul: Cementery L.”, 1.986, vol. III,9-13; Jiménez Serrano: “La Transición del Cuarto al Tercer Milenio en la Baja Nubia”, 1.997, 145; Jiménez Serrano, 1.998, 3-13,en donde el autor hablade las numerosas representaciones de animales en diversos objetos procedentes del cementerio L de Qustul(cementerios excavados a principios del siglo XX por el Oriental Institute de Chicago que fueron diferenciados por letras, como L, V, W… y que se encontraban en la Baja Nubia, entre Abu Simbel y la frontera sudanesa, aproximadamente en la Segunda Catarata,en Wadi Halfa) que responden a un emblema aviforme usado por el protoestado de Qustul.
[193] Midant-Reynes, 1.993, 214.
[194] Sobre la cultura del neolítico tardío de Jartum cf. Midant-Reynes, 1.992, 211-216; Arkell, 1.949; Geus: “Découvertes récentes au Sudan: la fouille d’el-Kadada”, 1.977, 7-21; Reinold: “ Le site préhistorique d’el Kadada (Soudan central). La nécropole”, 1.982; “La nécropole néolothique d’El Kadada au Soudan central: les inhumations en vase”, 1.985, 279-289; Gautier: “La faune de l’occupationnéolithique d’El Kadada (Secteurs 12-22-32) au Soudan central”, 1.986, 59-105.
[195] Massoulard, 1.949, 379. Al respecto de los Grupos B y C cf. Kemp, 1.997, 165-166; Hoffman, 1.984, 255. Sobre los D, W, X e Y cf. Hoffman, 1.984, 255; Enciclopedia Británica: Macropaedia, 28, 275-276.

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"Amigos de la Egiptología", es una idea original de Victor Rivas (1996, Barcelona, España)
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