La Ciudad y el Ciudadano en Egipto
Por Félix Alonso y Royano
4 febrero, 2006
Modificación: 21 abril, 2020
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Karnak/ Weset (Tebai, para los griegos).Tebas: Karnak, como nombre árabe actual, es la «ciudad templo de Amón»; Weset la ciudad administrativa. En el Imperio Medio (2060/1785), y en la XII dinastía, el Horus Kheperkare’ (Sesostris I. 199/1936 a.C.) erige una capilla en Karnak, y en el Segundo período intermedio los últimos soberanos de la Dinastía XVII reinan ya en Tebas. La ciudad-templo se mantiene a través del tiempo gracias a su pétrea construcción, pero no así la ciudad-administrativa, construida con ladrillo crudo que acabó convirtiéndose en limo. No podemos olvidar que la moderna Luxor se asienta sobre la antigua Tebas. De modo que siendo imposible una excavación científica, nuestro conocimiento sobre Tebas es altamente hipotético.No digamos nada respecto a su población. Es imposible sospechar siquiera la concentración urbana de la ciudad. Parece probable que el eje longitudinal fue la avenida de las esfinges habidas entre el templo de Karnak y el de Luxor, y a su derredor podrían haber estado situadas casas, almacenes y edificios, naturalmente las de altos administrativos, funcionarios y militares. Mayor duda nos asalta respecto a la ubicación del palacio real. Es probable que concretamente, ya en la XVIII dinastía, Amenofis III tuvo el palacio de Malqatta en la orilla izquierda, naturalmente fuera del limite de inundación del Nilo; es decir, frente a la ciudad-templo y a la ciudad-administrativa, a modo de retiro alejado del bullicio de la populosa Weset.

La descripción de una villa de un alto funcionario, si tomamos como ejemplo tanto las decoraciones que adornan las tumbas de las necrópolis, como los modelos de barro que han llegado hasta nosotros, podría ser: Un recinto protector cuadrangular dentro del cual se encontraba un jardín arbolado, entre lo que cabe destacar, junto a las palmeras datileras comunes, y las llamadas de castaños de indias, las palmeras «dwm[13]» y los sicómoros, con un estanque en el que sobrenadan grandes manojos de lotos y entre los que nadan patos y ánades, así como una amplia casa, cuyo umbral suele estar emparrado de cepas que luego darán un vino malvasía para utilizar en la vivienda, y junto a ella un anexo compuesto por un granero, un almacén y la cocina. Además, las casas más pudientes disponen de un terreno hortícola de regadío a través de canales que provienen directamente de la orilla nilótica. Hasta tal punto que en muchas de esas casas existe un «sh3dwf[14],. La fachada de la casa, construida con ladrillo crudo recubierto, a veces, de una capa blanca de estuco, normalmente carecía de ventanas exteriores, con la única abertura de la entrada en zig-zag que no permite ver el interior.  Algunas casas probablemente eran de un nivel, otras de incluso dos o tres pisos. Tras la puerta de entrada a la vivienda se accedía a un amplio hall o vestíbulo, sostenido por 4 o 6 columnas de madera recubiertas con estuco y pintadas con motivos florales, y en cuyo centro incluso podría tener un pequeño estanque que daba frescor al ambiente, en un clima seco. Realmente era un patio interior al que daban las habitaciones privadas; esto es, dormitorios, comedor, salas de estar y servicios. Estos eran simples retretes, provistos de un asiento perforado y un recipiente con arena para recoger los detritus, pues para el baño corporal o de limpieza estaba el estanque exterior. Y para la «toillete» femenina esta solía realizarse en el mismo patio central.

En las casas que disponían de varios niveles, se accedía a los pisos altos y azoteas a través de 2 tipos de escalera: La de escalones de fábrica, adosada a una de las paredes interiores, o la construida de travesanos de madera y que, generalmente, era móvil.

En los niveles superiores, los habitáculos disponían de pequeños lucernarios que dejando pasar la luz del sol, se protegían con esterillas vegetales (a veces, en las casas ricas, cortinillas de lino), para proteger del polvo desértico a los moradores.

Dentro de la casa vivía toda la familia, incluida la servidumbre, y a veces en recintos adosados, los animales domésticos. Siendo una sociedad patriarcal, el padre asumía el papel dirigente, y las esposas (entre los que podían permitirse el mantenimiento de más de una, ya que la ley no prohibía la poligamia[15]) la dirección de la casa y servicio.

La fig. 3 nos describe la vista general de una vivienda excavada la pasada década y situada en el sector occidental de Tebas, y probablemente perteneciente a un alto funcionario de los templos allí situados. El que carezca de escalera de fábrica nos hace suponer que el edificio era de una sola planta. En la fig. 4 se aprecia el detalle de su construcción con ladrillo de adobe, y al fondo, horno, cocina y almacén.

Fig. 3

Fig. 3

Fig. 4

Fig. 4

El modelo de una villa tebana perteneciente a un alto funcionario nos lo puede dar la pintura mural del «H3ty» Rekhmire, existente en la tumba n° 100 en Tebas (fig. 5), donde los jardines, estanques, arbolado y huertos, nos llevan a imaginar la sensación de frescor, bienhestar y felicidad de aquellos privilegiados funcionarios en el caluroso clima egipcio, y ponerlo en contraposición a la maqueta de arcilla cruda del Primer período Intermedio (fig. 6), o a la existente en el museo egipcio de Turín (Italia), de una humilde vivienda de adobe perteneciente al Imperio Medio (fig. 7). Como se podrá apreciar, antes como ahora, la amplitud y comodidad de las viviendas dependía del «status» social y económico de sus propietarios. La comparación y cotejo entre las dos últimas y la descrita en la pintura mural en una tumba de la XII dinastía, en Illahum (fig. 8), donde en su registro inferior se aprecia el detalle de las puertas enrejadas, con que se encontraban cerradas las habitaciones del piso inferior, no deja lugar a dudas.

Fig. 5

Fig. 5

Fig. 6

Fig. 6

Fig. 7

Fig. 7

Fig. 8

Fig. 8

Estos modelos pueden servirnos como ejemplo de conjunto de la ciudad en general. Las ciudades-templo no eran otra cosa que el conjunto de viviendas adosadas o cercanas a los templos funerarios o religiosos, y sus habitantes los distintos tipos de sacerdotes-funcionarios, sacerdotes «w3b» o sacerdotes al servicio de fundaciones funerarias erigidas en memoria de dioses, faraones o altos dignatarios, como ya han descrito suficientemente Revillout[16], Pirenne[17], Theodoridés[18] y yo mismo.

De modo que la ciudad-templo, teniendo algunas particularidades respecto a la ciudad-administrativa, o ciudad-residencial, no tenían muchas diferencias estructurales o arquitectónicas respecto unas de otras. La diferencia estaba en la categoría de sus ocupantes; es decir de su «status» social y económico. Y, como ahora, excepto las villas residenciales, retiradas o alejadas prudencialmente del conglomerado urbano, dispuestas en barrios se encontraban las casas de los pobres y de los pudientes.

Mención aparte hay que hacer al hablar de Akhetatón, por ser casi la única ciudad excavada científicamente y cuya descripción nos llevaría un grueso volumen. Se trata de una ciudad de nueva planta, de finales de la XVIII dinastía, erigida por el Horus Akhenatón, después de haber roto con el clero de Amón, al instaurar de nuevo cuño una religión monoteísta al Atón (disco solar). En la citada ciudad se encuentra en su conjunto planimétrico el palacio real, la ciudad obrera, la residencial de altos dignatarios y funcionarios, la religiosa del Atón. En una palabra, una ciudad «moderna» indiferenciada, aunque sin la organización de un comercio al por menor, que aún no se conocía, con lo cual las propias viviendas debían disponer de silos para el grano, establos, corrales, hornos y cuantos elementos fuesen necesarios para el autoabastecimiento y alimentación primaria.

Pendlebury[19] ha publicado una reconstrucción idealizada (fig. 9) del centro de la ciudad, donde se aprecia a la derecha del dibujo, el palacio real; a la izquierda el barrio de los funcionarios, y uniendo ambas construcciones, en el centro, el «balcón de las apariciones», donde el Horus repartía sus dádivas. Y Smith[20] nos ha idealizado la lujosa villa del «T3ty[21]» Nakht, primer ministro o jefe de gobierno de Akhenatón (fig. 10), basada en la fotografía que se realizó poco después de ser excavada en 1922 (fig. 11), y donde podemos observar su construcción de ladrillo de adobe, que explica la práctica desaparición de ese tipo de arquitectura, en contraposición a la persistencia de la arquitectura eclesiástica.

Fig. 9

Fig. 9

Fig. 10

Fig. 10

Fig. 11

Fig. 11

Aldred[22] siguiendo a Flinders Petrie, publica un plano central de «El horizonte de Atón», nombre que recibió la nueva capital fundada por Akhenatón en la llanura de Amarna (más conocida por Tell el-Amarna) que nos permitimos reproducir (fig. 12), tal y como nos ha llegado gracias a la estela de Bek y Men en Aswan[23] (fig. 13).

Fig. 12

Fig. 12

Fig. 13

Fig. 13

Amarna ha sido exhaustivamente explorada, excavada y estudiada. Ya Richard Lepsius, discípulo de Champollión, hizo dos visitas al lugar, en 1843 y 1845, copiando inscripciones y esquemas de los relieves de las tumbas, y cuyos cuadernos se recopilaron luego en Berlín[24], y que son, en gran parte, lo único que nos queda después de la destrucción y desaparición de muchos de los lugares allí reseñados.

Quizás la mejor forma de hacernos una idea, lejanamente parecida a cómo podía ser la vida cotidiana de las ciudades egipcias, concretándonos al ejemplo de Amarna, sea analizar el mapa descrito y dejar viajar a la imaginación, siempre que la constriñamos a mediados del siglo XIV a.C. Solo nos queda observar (fig. 14) una visión aérea y general de los restos de «El horizonte del Atón», para darnos cuenta de cómo pudo ser una ciudad «nueva», y relativamente populosa, hace nada menos que 3.500 años.

Fig. 14

Fig. 14

Ramsés II, 80 años más tarde expolió «El horizonte del Atón» ordenando demoler los edificios públicos y los templos transportando los bloques de piedra tallada en barco, por el río, y utilizándolos como material de relleno y cimentación en su megaprograma de construcción de templos. Los arqueólogos han sacado a la luz más de 1.500 bloques, muchos de los cuales están aúin sin clasificar en los sótanos de los museos, y ello nos da una idea que cómo pudo ser la ciudad de Akhetatón.

Al pie de los riscos que rodean a la ciudad y cerca de las tumbas rocosas, existió una pequeña aldea cuadrangular y amurallada con 68 casas que denota la existencia de una «ciudad artesana», que daba albergue a los artesanos y decoradores de tumbas de Amarna y que ha sido excavada por la Egypt Exploration Society inglesa.


[13] Especie de palmera cuyo tronco se divide en dos ramas que, a su vez, se divide en otras dos. Sus gruesos frutos eran muy estimados por los egipcios. Este tipo es más frecuente hallarlo remontando el Nilo en dirección a Siut, y cada vez es más raro verlo.
[14] «Chaduf’.- Es decir un artilugio sobrepuesto entre dos vigas horizontales que, transversal y en uno de cuyos extremos hay un contrapeso, en el otro cuelga una tinaja de barro, o de cuero, para sacar agua y, moviendo el palo horizontal, trasladarla al canal terreo que la verterá en el huerto. Ese tipo de regadío hortícola proporcionaba hortalizas para la manutención familiar y servil: cebollas, pepinos, guisantes y berenjenas, que entre otras, formaba el cotidiano alimento, junto a otros como la cerveza, la pesca, caza, etc, del pueblo egipcio. Pobres y ricos. Artilugio que el autor ha visto frecuentemente en el Egipto actual.
[15] Vid. pág. 1 de este trabajo: Alonso y Royano, F.- Instituciones familiares en el Egipto faraónico (Tesis doctoral. UNED) y «El derecho de familia en el Egipto faraónico». Edit. Lepsius, Valencia y EUE, Bilbao.
[16] Revillout, E.- Précis du droit Égyptien. Giard/Briére. Paris, 1903
[17] Pirenne, J.- Histoire des Institutions et du droit privé de FAncienne Égypte. FERE. Bruxelles, 1932
[18] Theodoridés, A.- Les contraets d’Hápidjefa. RIDA, t.XVIll (197]).
[19] Pendlebury.- Les fouilles de Tell el Amarna. T. III. París, 1936.
[20] Smith, W.S.- The Art and Architecture of ancient Egypt. Pcnguins Books. 1958
[21] Para un mejor conocimiento de las trasliteraciones vid. mi obra «El derecho de familia en el Egipto faraónico». Ut supra.
[22] Aldred, C- Akhcnatcn. Thamcs and Hudson. London, 1988
[23] Se trata de una amplia estela tallada probablemente en el año 9o de Akhenatón sobre un bloque de granito que se encuentra situada bajo el hotel Catarata, en la ribera oriental del Nilo, en Aswan, (hoy depositada en el Museo de Berlín) y que al volver la hegemonía religiosa de Amón, fue debidamente martillada, borrando la figura de Akhenatón incensando al Atón. En ella se ve como el jefe de los escultores en tiempos del Horus Nebmare’ (Amenhotep III <1408/1372>), Men, y su hijo Bek, jefe de escultores de Neferkheperure (Amenhotep IV/Akhenatón), rinden pleitesía a ambos Horus, el primero ya «justificado».
[24] Lepsius, R.- Denkmaeler aus Aegypten und Aethiopen. Berlín (1849/59). 12 vol. + 5 vol. de texto (1897/1913).

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