Estela del Tesorero Real Nebsumenu
Por Juan Rodríguez Lázaro
10 abril, 2005
Modificación: 26 abril, 2020
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Entorno geográfico

La documentación que acompañaba a la estela de Nebsumenu en el momento de su adquisición por parte del museo no ha aportado absolutamente nada sobre su procedencia geográfica, por lo que hasta el momento sólo podemos hacer conjeturas en lo que se refiere al emplazamiento originario que debió de tener.

La carencia de las tradicionales fórmulas de ofrendas funerarias, al comienzo del texto, junto con la mención de la fecha en que fue realizada la estela, (el año 1 de Seankhptahi), descartan completamente la idea de que este monumento hubiese podido tener un uso funerario. Su emplazamiento original debía, por tanto, encontrarse fuera de las necrópolis. Es evidente que se trata en realidad de una estela de demarcación, cuya finalidad fue la de servir de límite para las tierras mencionadas en el texto.

En la actualidad, la estela que presenta un espesor irregular de unos 6 cm, muestra unos bordes que nunca fueron tallados. Esto parece demostrar que en un principio, el monumento no se encontraba exento. Marcas de ciertas herramientas, que se pueden apreciar en los bordes, indican que debió encontrarse originariamente tallada en una gran roca de piedra caliza, y que de allí se extrajo en los tiempos modernos. Podríamos por tanto suponer que en un principio, el tallado de la misma se había realizado al rebajar una de las rocas que probablemente se hallaba en los mismos confines de las tierras mencionadas por Nebsumenu[24].

Ryholt y Jaramago[25], basándose en el posible origen menfita del rey Seankhptahi, creen que el emplazamiento de la estela debía de situarse igualmente en Menfis o en sus alrededores. Sin embargo, sobre este punto, hemos de recordar que el autor de la misma no había sido el propio rey sino su tesorero Nebsumenu, que de forma oficial utilizaba el nombre del rey para fechar los trabajos que él personalmente llevaba a cabo. Si asumimos la identificación del Nebsumenu de la estela de Madrid con la del Nebsumenu de los escarabeos de Nubet, podemos comprobar que la actividad de este funcionario debió de centrarse principalmente en el Alto Egipto. Es posible, por tanto, que las tierras citadas en la estela de Madrid pudieran ser en realidad territorios apartados de la capital, que gracias a los trabajos de Nebsumenu, entraban en una nueva fase de revalorización económica.

Vemos cómo también, por su propio nombre, Nebsumenu, se encuentra fuertemente conectado con el Alto Egipto[26]. La raíz de ese nombre, nb Swmnw (señor de Sumenu) es en realidad una fórmula abreviada bastante corriente, que se emplea para designar al gran dios cocodrilo ([Sebek], señor de [la ciudad de] Sumenu)[27].

Sabemos que en la antigua Sumenu, ciudad localizada al sur de Tebas, existía un prestigioso santuario dedicado al dios. Este templo se encontraba estrechamente ligado a la corona real[28], y durante las dinastías XII-XIII destacó en el Alto Egipto como uno de los centros más importante del culto al dios. La administración y las fuentes de ingresos de este gran santuario se encuentran en manos de los tesoreros reales, cuyos nombres propios han ido apareciendo grabados sobre las improntas de los escarabeos y cilindros hallados en toda esa zona.

Se intuye que el tesorero Nebsumenu de la estela de Madrid, llevaba ese nombre desde su nacimiento, lo que nos permite creer que su origen habría que buscarlo tal vez en esa localidad del Alto Egipto. No es difícil suponer, por consiguiente, que Nebsumenu al igual que Snb.f (Senbef) (Estela de Florencia 2500)[29], otro de los poderosos tesoreros reales de la época, estuviese en contacto directo con la administración del templo de Sumenu.

Cabe así la posibilidad, de que la familia de este gran funcionario estuviese relacionada con el clero de aquella ciudad, e incluso que hubiera sido descendiente de alguna de las antiguas familias reales.

 


 

[24] Sería por tanto un emplazamiento similar al de las estelas del Wady Maghara. PETRIE, 1991, I, 203, fig.116, y de Serabit el-Khadim, VALBELLE, 1996, fig.74, 77, 78, 145, 146a.

[25] RYHOLT, 1997, 79, 358; JARAMAGO Canora, 2003, 51.

[26] Nebsumenu (nb-swmnw), es un nombre relativamente corriente durante el 2º Periodo Intermedio y lo encontramos incluso llevado por mujeres, STEWART, nº 106,109, pl. 26.1, 27.1.Sobrevive incluso durante en el Imperio Nuevo.

[27] Para el nombre personal de Nebsumenu, con alusión a la ciudad de Sumenu, ver estela UC. 14413, STEWART, 1979, nº 106, pl.26,1. De forma paralela a Nebsumenu, también otros personajes del 2º Periodo Intermedio llevaron nombres derivados de esos mismos términos aplicados a ciertas divinidades locales. Por ejemplo, el príncipe Khonsuemwaset, bajo el reinado de Didumes I, RYHOLT, op. cit., p.262, 3.6.4.3, y Nemtyemweskhet, tesorero de la XIII dinastía, BOURRIAU, 1988, nº 74, 93-94

[28] Ya desde mediados de la XII dinastía, la reina Khnumetneferhedjet Weret , esposa de Senusert II, había oficiado en ese santuario como “sacerdote (en masculino) del dios Sebek , señor de Sumenu”.

[29] BOSTICCO, 1959 nº 30a,b; MARTÍN, 1971 nº 1606; GRAJETZKI, 2001, 10.

 

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