Olvido y redescubrimiento
Siglo III d.C. … 1903
Pocas tumbas de la montaña tebana consiguieron seguir intactas, algunas se aprovecharon como lugares de enterramiento para nuevas generaciones, y otras fueron saqueadas. En el caso de la tumba del príncipe Jaemuaset, su descubridor sitúa la última entrada en la época copta:
«… por el hecho de haber encontrado en la tumba dos vasos de fabricación copta… y un cincel similar a los instrumentos del periodo copto que pudieron haberse utilizado para abrir los sarcófagos» (Ernesto Schiaparelli, egiptólogo italiano director del Museo Egipcio de Turín).
Entre 1903 y 1905, una misión dirigida por él localizó en el Valle de las Reinas: estructuras funerarias de las dinastía XVII (princesa Ahmes y príncipe Ahmose), de la dinastía XVIII (visir Imhotep y «el Jefe del establo» Nebiri), y sobre todo, de época ramésida el incomparable hipogeo de la reina Nefertari y las tumbas de los príncipes Paraheruenemef, Amonherjepeshef, Setherjepeshef y Jaemuaset.
En las dos últimas tumbas fueron recuperados 17 sarcófagos completos (caja y tapa) y 25 cajas, tapas o fragmentos de una u otra, además de casi un centenar de momias y un reducido elenco de objetos funerarios (estelas de madera, estatuillas, osirianas, ushebtis de mala calidad, elementos de redecilla funeraria y varias docenas de escarabeos). Este impresionante grupo de sarcófagos, con la excepción de seis piezas completas, pasó a formar parte de la inmensa colección egipcia de Turín.