El perfume del loto y la vida eterna

Como sucede en muchas tradiciones funerarias, tanto antiguas como actuales, los egipcios también depositaron flores en sus tumbas. Haces de hojas y flores eran colocados en abundancia cerca del sarcófago, así como coronas de flores que podían cubrir la momia. Numerosos collares se componen de cuentas que imitan, en materiales más resistentes, hojas, flores y semillas, dotadas de un alto contenido simbólico (representando principalmente la vida, la belleza y la capacidad de regeneración).

Dioses y hombres aspiraron el oloroso y relajante perfume de la flor de loto, esperando poder potenciar su capacidad de renovación y, por lo tanto, de supervivencia.

Textos ya tardíos que acompañan escenas en las que el rey ofrece el loto a la divinidad, dicen que «el dios está satisfecho por la flor de loto y su corazón, apaciguado por su perfume, cuando el dios ve el brillo de la flor, sus ojos se maravillan, y cuando aspira el perfume, sus narices se dilatan».

Bajorrelieve con ofrenda floral
Dinastía XIX, Reinado de Ramsés II
Piedra caliza pintada

Se trata de un refinado ejemplo de ofrenda floral de papiros y lotos presentados en ramos junto a plantas de hojas triangulares. Los textos mencionan a diferentes divinidades como Osiris (deducible su presencia por la aparición de alguno de sus epítetos), Anubis y Hathor. Además de jugar un papel fundamental como soporte de escritura, el papiro fue también una de las plantas utilizadas como ofrenda a los dioses y a los difuntos, estaba asociado a la diosa Hathor en su función de Señora de Occidente y nodriza de los muertos. Son frecuentes las representaciones de esta diosa en forma de vaca, entre frondosos marjales de papiros a las puertas de la necrópolis tebana.

Fragmento de pintura mural
Dinastía XVIII, Reinado de Amenhotep II
Tumba del Mayordomo Principal del rey, Kenamon, en Tebas Oeste (TT 93)
(Museu Egipci de Barcelona)

Bello y típico ejemplo de una escena de un banquete funerario propia de la Bella Fiesta del Valle, en Tebas Oeste, contexto donde aparecen con frecuencia personajes que aspiran la fragancia de la flor de loto. Además del característico cono de perfume sobre la cabeza, la joven que figura en segundo plano, sostiene una flor ante su rostro y luce una cinta ceñida a la cabeza (podría tratarse del propio tallo de la planta), que muestra sobre la frente una flor de loto semiabierta. Se ha hecho alusión al efecto alucinógeno del loto (adecuado para la pretendida comunicación entre vivos y muertos que se producía en estas fiestas), a partir de diversas substancias psicotrópicas que pueden extraerse de la planta.

Estela funeraria de Taherud
Dinastía XXVI
Madera pintada
(Museu Egipci de Barcelona)

Los dioses Ra-Haractes (derecha) y Atum (izquierda), son adorados por la propietaria de la estela, Taherud. Entre ellos figura, a modo de ofrenda, una flor de loto abierta. Entre la abundante documentación legada por los antiguos egipcios no se ha podido documentar algo similar a una receta para fabricar perfume de loto; parece ser que su perfume era disfrutado comúnmente «al natural», tal y como se percibe en las representaciones artísticas.

Estela de Horemhat
Mediados de la Dinastía XII
Piedra caliza

El difunto Horemhat aspira el perfume de una flor de loto mientras su mujer vierte agua en un recipiente que se encuentra a sus pies. Es el perfume de la vida portado por el loto el que acompañará al difunto en la vida eterna.

Fragmento de pintura mural
Dinastía XVIII
(Museu Egipci de Barcelona)

Representación de dos sacerdotisas de Amón. La primera luce una peluca corta y una cinta en el pelo, similar al tocado de las «Esposas del dios». La segunda, de menor rango, lleva un peinado propio de muchachas jóvenes. Es también la que sostiene varias plantas de loto: una con la flor cerrada, y las otras (de identificación más dificultosa), abiertas.

Bajorrelieve con la representación de un jardín del Mas Allá
Dinastía XIX, Reinado de Ramsés II
Piedra caliza

Este fragmento procede de un contexto más amplio en el que los dos primeros registros superiores muestran al propietario de la tumba dedicado al labrado y la recolección de cereales y lino. Los dos registros inferiores, aquí parcialmente expuestos, contienen árboles y plantas separados por un canal. Los arboles (registro superior), son sicomoros y palmeras, mientras que las plantas pueden identificarse como amapolas, mandrágora y acianos, especies con un alto contenido de substancias psicotrópicas.

Friso floral
Dinastía XX, Reinado de Ramsés III
Fayenza

Las elegantes formas del loto y del papiro son utilizadas en este friso de gran belleza ejecutado con elaborada y precisa maestría. Lotos, papiros y rosetas, todas ellas flores divinas, aportan un alto poder simbólico vinculado a la eternidad.

Estatua del «Vigilante de la Sala e Inspector de los Jardines de Amón», llamado Amenhotep
Dinastía XVIII
Arenisca
(Museu Egipci de Barcelona)

El personaje arrodillado sostiene una estela con un himno dirigido a Ra-Haractes. Tras él, otra estela contiene un himno dirigido a Osiris y Amón. Este tipo de estatuas se encontraban en el interior de un nicho horadado sobre la puerta de las tumbas privadas tebanas. Amenhotep desempeñó un cargo administrativo para el templo de Amón, además de tener un alto cargo relacionado con los jardines del templo. En la tumba de Sennefer, otro personaje tebano que desempeñó un cargo similar en la época de Hatshepsut, un texto explica que este tenía como obligación la de «llevar flores y presentar el aroma de los marjales, flores, y… toda clase de plantas entre las más finas de los huertos que Su Majestad ha creado para su padre, Amón-Ra…».

Mamen Crisóstomo