Acerca de la iconografía de NFRT-IMNTT (Neferet Imentet), la personificación del Oeste en la Religión Egipcia Antigua
Por Jorge Roberto Ogdon
30 octubre, 2002
Modificación: 21 abril, 2020
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Conclusiones

El anterior análisis de la iconografía de Nfrt-imntt ha revelado la permanencia de ciertos elementos típicos que han mantenido su función desde los períodos más antiguos hasta la caída de los faraones, y que han preservado sus características como representantes de la Diosa del Oeste y su papel en la mitología y la religión funeraria.
Los corpora de literatura funeraria del Reino Antiguo tardío y períodos subsiguientes describen, de manera narrativa, su principal carácter de diosa vaca, materna y celestial, un aspecto muy oscuramente referido en la imaginería a no ser por unas pocas representaciones dudosas del Reino Nuevo. Sin embargo, un muy temprano documento datado a comienzos de la Dinastía I (tempus Hor-Âha) aparece como la evidencia más probable de la arcaica forma de Nfrt-imntt como una diosa madre vacuna.

Los documentos del Reino Antiguo demuestran, a partir de la Dinastía V (tempus Sahure), la pronta «antropomorfización» de la deidad, distinguiéndose de personificaciones divinas similares por lucir su particular Emblema a modo de tocado. La figura humanizada de Nfrt-imntt, de acuerdo a la documentación disponible, parece haber alcanzado su preponderancia durante el Reino Nuevo, y haber mantenido tal posición hasta los fines de la historia faraónica. Durante el Reino Nuevo tardío este aspecto será revaluado al representar a la diosa con los atributos de una consorte real principal, un hecho que podría ser la consecuencia del estatus divino de las esposas regias durante la era ramésida. El caso de la reina Nofretari en relación con la diosa Hathor es especialmente revelador: como todos sabemos, la primera se coalesciona con la segunda en el Pequeño Templo de Abu Simbel, en donde, bajo esta investidura divina, recibía un servicio de culto específico. No es imposible que las reinas hayan sido ocasionalmente deificadas, después de muertas, bajo la forma de la Diosa del Oeste, en sus capacidades de esposas regias fallecidas y compañeras del rey difunto en el Más Allá; especialmente, si recordamos que Nfrt-imntt era a veces asociada con la reina Ahmose-Nefertari de la Dinastía XVIII temprana, quien fue deificada y adorada junto al rey Amenofis I como protectores de los obreros de la necrópolis regia y su villa en Deir el-Medina, al punto que, en algunas fuentes, la adorada reina difunta presenta los rasgos de la Diosa del Oeste[24].

Es también durante el Reino Nuevo que varias «estructuras simbólicas» referidas a la diosa comienzan a aparecer en su repertorio iconográfico, y para las cuales no pudimos encontrar antecedentes de períodos históricos anteriores. En primer lugar, el Emblema aparecerá como un sustituto de la diosa misma en escena de recepción del disco solar, y, esporádicamente, como «protector» del dios Osiris o un personaje «osiriano». Una de las consecuencias de la preponderancia iconográfica del Emblema Occidental es la figura de una mujer que, en lugar de la cabeza humana, luce a aquel en reemplazo. Este tipo de figuración será retenido hasta los tiempos más tardíos, especialmente cuando la diosa actúe como protectora y receptora de los muertos en las escenas del Juicio Osiriano. En segundo término, otra nueva forma de la deidad es aquella que hemos denominado «el Desierto Antropomorfo», que no es sino la propia «Montaña Occidental», primeramente representada por el logograma , sobre el cual el Emblema está clavado, y, luego, por el último superpuesto sobre un fondo que imita las colinas desérticas del desierto líbico; y, finalmente, por un par de senos con brazos humanos que reciben al disco solar, que aparentemente fue un motivo muy difundido desde fines del Reino Nuevo. A veces, aparece como una figura humana emergiendo de las faldas de la colina, un grupo que puede adoptar diversas disposiciones. Esta imagen está en completo paralelismo con la que muestra a la diosa vaca celestial surgiendo o parada sobre una falda de colina, y que, generalmente, se tiene como una representación de Hathor en su aspecto de nbt imntt, «Señora del Oeste», i.e., su faceta «funeraria y occidental». Debemos acotar, sin embargo, que la imagen de la vaca celestial, en este contexto, puede representar a cualquier diosa que cumple con los requisitos mitológicos de tal posición, como es demostrado por los muy variados nombres dados a la misma en los testimonios conocidos.

Queremos aprovechar la oportunidad para señalar que, asociada a la naturaleza «animal» de la diosa como vaca celestial, existen algunas pocas escenas bastante tardías en las que aparece como una mujer apareciendo desde un «árbol sagrado», esto es, bajo los rasgos de un «espíritu de la vegetación»[25]. Este aspecto de la esencia profunda de la Diosa del Oeste, sin embargo, parece pertenecer a los estratos más primitivos de su esencia, especialmente si consideramos el papel jugado por las ofrendas de ramos florales consagradas a ella en el curso del ritual funerario que la tiene como personaje principal en los Textos de las Pirámides y de los Sarcófagos.

Finalmente, apuntemos que existe una única ocurrencia – conocida por nosotros – en donde Nfrt-imntt es representada en la forma de una diosa serpiente. Esta excepcional representación está datada en la Dinastía XX, y quizás tenga relaciones con la diosa serpiente Merytseger, una divinidad funeraria de Tebas; o, también, y según las evidencias de los Textos de los Sarcófagos, podría tener que ver con la diosa Maât, quien adoptaba el aspecto serpentino en las escenas del Juicio Osiriano y se identifica con Nfrt-imntt en el corpus funerario mencionado[26].


[24] Cp. la estela de Kanuro, citada en la nota 22.
[25] S. Mayassis, Mystères et initiations de l’Égypte ancienne (Atenas, 1957), 136 fig. 10.
[26] J.R. Ogdon, en Varia Aegyptiaca 4 (1988), 221 y ss., esp. 230-1 y 232 nn. 19-20.

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