Acerca de la iconografía de NFRT-IMNTT (Neferet Imentet), la personificación del Oeste en la Religión Egipcia Antigua
Por Jorge Roberto Ogdon
30 octubre, 2002
Modificación: 21 abril, 2020
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A. Zoomorfa

A.1. Vaca

Tal como dijimos antes, este aspecto de la diosa está mal atestiguado en las fuentes iconográficas, contrariamente a las literarias, en donde siempre es descripta en el papel de una diosa-vaca maternal, ya desde los más antiguos corpora de textos religiosos[4].

Figura 1. Tablilla de madera de Hor-âha, cenotafio b 10, Abidos, comienzos dinastia I

Figura 1. Tablilla de madera de Hor-âha, cenotafio b 10, Abidos, comienzos dinastia I

La más antigua referencia a la forma vacuna de Nfrt-imntt está registrada en una tablilla de madera del rey Hor-Âha, de la Dinastía I temprana, procedente de su cenotafio (B 10) en Abidos (ver fig. 1)[5]. La tablilla, que se lee de izquierda a derecha (del observador), brinda el nombre-de-Horus del soberano enfrentado a un texto que dice: «Confección (lit., nacimiento) y Apertura-de-la-Boca de una estatua (twt) de Anubis»[6]; en tanto, sobre el lado derecho, encerrado dentro de una construcción rectangular amurallada, otra inscripción reza:

«Circunvalación (pXr) de la Mansión-de-La-Occidental (Hwt-Imn[t.ti][7]. El nombre de la diosa, en esta ocasión, parece estar escrito con la forma arcaica del logosílabo imnt, incrustado entre los cuernos de una vaca recostada[8]. Si nuestra lectura hipotética es acertada, y constituyen una escritura monogramática del nombre propio de la divinidad, a quien la «mansión» o «templo» estaba consagrado. Uno podría argumentar que el halcón sobre el estandarte carece de la pluma de avestruz rígida, que caracteriza al Emblema Occidental, arrojando una seria sombra de duda sobre nuestra identificación, pero debemos recordar que existen muchas escrituras e imágenes de la Diosa del Oeste que omiten el detalle de dicha pluma.

Figura 2. Vaca celestial en la tumba (QV 66) de la reina Nofretari, Biban el-Harim, dinastia XIX (tempus Ramses II)

Figura 2. Vaca celestial en la tumba (QV 66) de la reina Nofretari, Biban el-Harim, dinastia XIX (tempus Ramses II).

Por lo tanto, es algo bastante sorprendente que Nfrt-imntt aparezca tan poco representada bajo la forma de una vaca, ya que este rasgo de su personalidad se manifiesta desde el mismo comienzo del período dinástico. Un ejemplo oscuro e incierto se da mucho más tarde en la tumba (QV 66) de la reina Nofretari, esposa de Ramsés II, en donde una de las Siete Vacas Celestiales que ilustran el Dicho 141 del Libro de los Muertos[9], es llamada, Sxmt-m-rn.st-m-Imntt.st (sic), «Poderosa-en-su-nombre-de-‘Su Oeste’ » (ver figura 2)[10]. Las muy corruptas variantes de este nombre en otras fuentes, sin embargo, nos conduce a pensar que, en este caso, volvemos a estar frente a una de esas malas escrituras, con la salvedad de que, siendo un monumento real de primera importancia, se hace difícil suponer que es sólo un «error del artista», como se podría argumentar; en última instancia, no deja de sugerirse una conexión estrecha entre el Cielo, la Vaca Madre Celestial y el Oeste (o, La Occidental, si se tratase de una forma de Nfrt-imntt).

Una referencia algo más clara, aunque no mucho menos dudosa, aparece en la tumba (TT 16) de Panhesy[11], en donde el difunto y su esposa están adorando a una «vaca hathoriana» – hoy completamente desaparecida excepto por la parte superior de su corona de plumas -, que emerge de una colina arenosa. La inscripción que aparece por encima de la escena dice: «Hathor, Señora del Oeste, Jefethernebes», pero en el himno que la acompaña leemos: «Hacer (el rito de la) adoración para ‘La Occidental’ (Imnt.t[i]), Jefethernebes, por… Panhesy; él dice: ‘¡Salud a ti, oh Nofret (¡sic!)…, vigorosa Tebas! ¡Aquella quien es la tumba de Unnefer (= Osiris), quien oculta […], aquella que esconde el cuerpo de Osiris-Panhesy!». El texto presenta singulares puntos de interés para nuestra presente indagación: primero, el uso del pronombre sufijo .k (sic) para dirigirse a una deidad femenina denominada con cuatro nombres diferentes, viz., Hathor, Imnt.t(i), xft-Hr-nb.s y Nfrt, implica que todos esos nombres pertenecen a una sola y única divinidad; más en este caso, si tomamos en cuenta la ocurrencia de imntt y nfrt , i.e., las dos palabras que aparecen en la construcción del nombre Nfrt-imntt. Segundo, esta es la más clara prueba de que nfrt en imntt + nfrt debe ser visto como el verdadero nombre propio de la diosa, en tanto que imnt(t) es la palabra verdaderamente gobernada, por la primera voz, en la estructura nominal de su nombre compuesto.

A.2. Serpiente (ureo)

En una excepcional y única ocasión hemos encontrado una imagen de Nfrt-imntt bajo los rasgos de un ureo, i.e., una cobra erguida en actitud de ataque (Gardiner I 12), viz., sobre la cara oeste de un piramidión ramésida preservado en el Museo Egipcio de Turín[12]: aquí la diosa es representada totalmente teriomorfa y luciendo la Corona Blanca del Alto Egipto. Se yergue ante un halcón identificado como un aspecto del dios solar; ella es llamada Nfrt-imntt, y ambas deidades reposan sobre un logograma.

El aspecto ofídico de la Diosa del Oeste no se encuentra atestiguado en ningún otro testimonio hasta ahora, y pensamos que quizás tenga relación con otra deidad «occidental», oriunda de Tebas: la diosa serpiente Merytseger[13].


[3] Aunque la mayoría de las formas iconográficas de la Diosa del Oeste son conocidas desde períodos relativamente antiguos, es a partir del Reino Nuevo que estas expresiones plásticas alcanzan un significativo enriquecimiento en número y estandarización definitiva.
[4] Ver nuestros artículos citados en la nota 2.
[5] W.M.F. Petrie, Royal Tombs of the Earliest Dynasties II (Londrs, 1901), lám. XI (n° 1).
[6] E. Brovarsky, en Serapis. The American Journal of Egyptology 4 (1977-78), 1-2, para esta lectura.
[7] El nombre de esta «mansión» ha sido diversamente interpretado por otros estudiosos; cp. W.B. Emery, Archaic Egypt (Harmondsworth, reed. 1963), 58; R. Weill, Recherches sur la Iere dynastie et les temps prépharaoniques I (El Cairo, 1961), 172 y ss.
[8] Tal tipo de escritura monogramática fue común durante el Período Arcaico; cp. P. Kaplony, Die Inschriften der Ägyptischen Frühzeit III (Wiesbaden, 1963), passim.
[9] Para el toro y las siete vacas celestiales, ver i.a. P. Fuscaldo, en Revista del Instituto de Historia Antigua Oriental 1 (1974), 102 y ss.
[10] Imagen frecuentemente reproducida en la literatura popular y especializada; cp. i.a. A.M. Donadoni Roveri, La Valle dei Re (Novara, 1981), fig. en pp. 70-1; Lhote-Hassia, La peinture égyptienne (París, 1954), lám. 81; L. Lamie, Misterios egipcios. Nueva luz sobre conocimientos antiguos (Barcelona, 1993), 83 fig. inf.
[11] G. Foucart et al., Tombes thébaines I /2 (El Cairo, 1934), 37. La traducción de É. Drioton difiere de la nuestra.
[12] E. Dondelinger, Der Obelisk (Graz, 1977), 39 fig. 56.
[13] Cf. Infra figura 13, en donde la representación de Nofret-amente como reina consorte es designada con el nombre de Merytseger. Y ver tamb. la bibliografía citada infra en nota 19.

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