Fragmento de la tapa de un ataúd egipcio en una colección privada
Por José María Ortuondo Rocandio
1 julio, 2011
Modificación: 25 abril, 2020
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Decoración y estado de conservación

La decoración del ataúd

La parte frontal de la tapa está pintada, salvo el extremo inferior, debajo del collar, en el que se puede ver la madera al descubierto. El interior del ataúd tampoco estaba decorado, como hemos visto. Los diferentes detalles se pintaban sobre una base blanca de estuco con la que se cubría previamente la tapa. Puede apreciarse dicha base en varias zonas por pérdida del estucado o pequeñas fracturas. A continuación se cubrió de pintura amarilla toda la superficie salvo la cara y la parte inferior del collar. Sobre la pintura amarilla, con trazo rápido y poco regular (Fig. 4), se pintaron las rayas azules de la peluca que, al ir sobre color amarillo, adquieren un tono verde oscuro o azulado, pero que puede distinguirse del verde que también se utiliza. Estos trazos no están delimitados previamente por líneas oscuras que permitan una mayor regularidad del diseño, como aparece en algunos ataúdes[14], En la máscara, al menos en lo que se refiere a los ojos y las cejas, se puede detectar un mayor cuidado en la delimitación de las líneas y de la pupila. Esto pudo deberse a la intervención de diferentes manos o a una dedicación mayor. Como ya se ha mencionado el rostro es de un tono marrón. Sobre la pintura no se dio ningún barniz que abrillantara la superficie.[15]

Fragmento de la tapa de un ataúd egipcio en una colección privada

Debajo del cuello hay un motivo de rayas horizontales que, o bien representan el collar de forma muy rudimentaria, o imita las tiras de ajuste de las vendas. Los colores utilizados son el rojo, tirando a granate o carmesí, verde y azul, sobre el fondo amarillo, repitiéndose esta serie de tres rayas en cuatro ocasiones. En la parte superior las rayas son rectilíneas y se van acombando a medida que se aproximan a la zona del collar. Esta curvatura podría abonar la idea de que en realidad las rayas forman parte del propio collar, y no serían, por tanto, representación de vendas.

Lo que más destaca de la decoración de la máscara es el collar ancho del tipo usejet[16]. No tiene en sus extremos las cabezas de halcón que suelen aparecer en gran parte de las representaciones de estos collares en las tapas de ataúdes. Sobre el collar no se ven amuletos como los típicos escarabeos alados o representaciones de la diosa Nut. Con independencia de la interpretación que se dé a las líneas horizontales de su parte superior, se puede observar que el collar se presenta desplazado de su posición real, ya que tendría que ir sujetado al cuello, y en este caso confluyendo las vueltas a la altura de los hombros. Sin embargo se representa casi como depositado sobre la tapa del ataúd, característica ésta propia de las representaciones tardías en ataúdes posteriores a la Dinastía XXVI[17].

La mitad inferior tiene cuatro vueltas con diferentes motivos florales. La primera está formada por una hilera de rosetas redondas con ocho radios, o mejor ocho pétalos, unidas entre sí por unos motivos rectangulares con dos triángulos azules y rojos separados por una línea blanca. Su forma es muy estilizada, apreciándose también aquí el trazo rápido del artesano que lo elaboró. Se trata de un elemento decorativo que aparece en muchos collares usejet en ataúdes. Este adorno floral se utilizó en joyería desde el Imperio Antiguo, y así podemos observar las formadas por ocho pétalos en la diadema de la famosa estatua de Nofret conservada en el Museo de El Cairo (CG4), de la Dinastía IV, o posteriormente en la diadema de la princesa Sathathoriunet (GG52841), de la Dinastía XII del Imperio Medio. En contextos funerarios tiene una connotación solar de protección del ataúd. En algunos ejemplares, con paredes más gruesas, la superficie de contacto entre la tapa y la cuba está decorada con rosetas para proteger este flanco débil del féretro[18].

Las dos siguientes (Fig. 5) tienen unos adornos estilizados que representan flores de papiro abiertas en forma de media luna, pintadas en azul sobre fondo blanco, y otros de loto o papiro cerrado de forma triangular, alternativamente azules y rojos, sobre fondo del mismo color. Estos motivos florales se pueden observar en muchos collares usejet de ataúdes, y también aparecen con profusión en joyería, o en mangos de espejos y abanicos con formas tan estilizadas de flor de papiro abierta.

Fragmento de la tapa de un ataúd egipcio en una colección privada

La última vuelta, como suele ser habitual, está integrada por cuentas en forma de gota o pétalo, que cuelgan del collar, alternativamente rojas, verdes y azules. Esta forma de cuenta se puede observar en infinidad de ataúdes[19]. Su origen también se remonta al Imperio Antiguo, y se pueden ver en el collar de la estatua de Nofret de la Dinastía IV, a la que ya se ha hecho referencia. Estos pétalos o gotas llegaron incluso a constituir todos los elementos florales del collar.

El collar usejet aparece en pinturas del interior de algunos ataúdes del Imperio Medio, y en esta época ya se incorpora a las máscaras de cartonaje de las momias. De aquí pasó a los primeros ataúdes antropoides, y ya nunca abandonará el pecho de este tipo de ataúdes cuando llevaban decoración. Se trata de un elemento no solamente decorativo sino que tiene una fuerte connotación religiosa y protectora. El Capítulo 158 del Libro de los Muertos requería que la momia llevara un collar amplio de oro y acompañaba su texto con una viñeta de este tipo de collares con terminales de cabezas de halcón[20]. Y el texto indica también que debe ser colocado sobre el fallecido en el día de unirse a la tierra, es decir en el del entierro. Su fabricación con plantas y flores evoca la promesa de vida y fecundidad después de la muerte. Está asociado al dios Atum. Este dios aparece en una capilla de Dandara ofreciendo al dios Osiris un collar de nueve vueltas de pétalos, una por cada miembro de la Enéada de Heliópolis, y el collar es denominado “Atum unido a sus hijos” en referencia a la mencionada Enéada[21]. Una de sus variantes apareció al comienzo del Periodo Ptolemaico, o un poco antes, y tiene forma de U, con vueltas que no terminan en los cabezales sino en la vuelta o cordón principal. Sus terminales no presentan cabezas de halcón sino flores de loto y papiro. El representado de forma esquemática en el ataúd estudiado tal vez se trate de un usejet en forma de U.

Estado de conservación

El objeto estudiado es solo una parte de la tapa del ataúd. Por tanto, su estado es fragmentario. La pintura falta en diferentes zonas al haberse levantado el estucado, dejando la madera al descubierto. Puede apreciarse en gran parte del contorno, en el hombro derecho, según se mira, y en los extremos inferiores planos de la peluca. Tiene también una grieta debajo del cuello y, en general, la pintura presenta una superficie cuarteada si se observa a corta distancia. A pesar de las grietas la adherencia a la madera parece estable. La parte más lisa corresponde a la cara, tal vez por un mayor cuidado en su elaboración o fruto de su restauración.

En la parte dorsal podemos ver una fractura en uno de los listones (Fig. 6) que resta estabilidad a la pieza. No parece ser fruto de ataques de xilófagos, ya que no se aprecian muescas u orificios en el resto de la madera. Tal vez se deba a la baja calidad del propio listón, y la presencia de un nudo que se haya desprendido, ya que el hueco tiene una zona redondeada.

Fragmento de la tapa de un ataúd egipcio en una colección privada

La máscara ha sido restaurada en época moderna, y posteriormente ha sufrido unos retoques poco felices, con tonalidades verdes y rojas distintas a las de la obra. Pueden observarse, por ejemplo, debajo de los extremos de la peluca y en la zona inferior del collar. A la altura del cuello, en el lado derecho, también hay un repinte de tono naranja más claro que la pintura del cuello. El último retoque se produjo entre el año 2006 y 2008 como puede apreciarse, por ejemplo, comparando la parte inferior del collar en la foto de 2006 de la casa de subastas británica Bonhams y la actual (Fig.7).

Fragmento de la tapa de un ataúd egipcio en una colección privada


[14] Puede verse un ejemplo en el detalle del ataúd de Harua II que aparece en L.M. Gonzalve (Coord.), Sarcófagos del Antiguo Egipto. Jardineros de Amón en el Valle de las Reinas, 2009, pp- 99-101.
[15] J.H. Taylor, Patterns of colouring on ancient Egyptian coffins from the New Kingdom to the Twenty-sixth Dynasty. Colour and Painting in Ancient Egypt, Londres, 2001, pp. 164-181 A. Agostino, Análisis de fluorescencia con rayos X y análisis cromáticos sobre muestras de color de los sarcófagos conservados en el Museo Egipcio de Turín en el catálogo Sarcófagos del Antiguo Egipto. Jardineros de Amón en el Valle de las Reinas, pp. 144-155.
[16] Sobre estos collares ver C. Andrews, Ancient Egyptian Jewellery, Londres, 1990, p. 119 y ss. S. Alegre, La Joyería del Antiguo Egipto en el Catálogo de la exposición Joyas de Faraones, Barcelona, 2005. pp. 23-25. T. Handoussah, “Le collier ousekh”, SAK 9 (1981), pp. 143-150. C. Riggs, “Forms of the Wesekh Collar in Funerary Art of the Graeco-Roman Period”, CdE 76 (2001), pp. 57-68.
[17] Ikram y Dodson, 1998, p. 240. Taylor, 2001, 241.
[18] L.M. Gonzálvez, Catálogo, 2009, pp. 55, 121 y 132. A. Dodson, Catalogue of Egyptian Coffins in Provincial Collections of the United Kingdom, I: The South West. Truro: Royal Cornwall Museum, 2011, pp. 8 y 9. Ver en: www.bristol.ac.uk/archanth/staff/dodson/ecpuk (10/07/2011).
[19] También aparece en sarcófagos antropoides fabricados en piedra. Ver en M. L. Buhl, The Late Egyptian Anthropoid Stone Sarcophagi, Copenhague, 1959, pp. 154-160.
[20] Andrews, 1984, p. 32.
[21] Riggs, CdE 76, pp. 57-68.

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