La «carne de los dioses», como los antiguos egipcios llamaban al oro, centra una amplia y única exposición en el Kunsthistorisches Museum de Viena (KHM) bajo el título «El oro de los faraones». «No es el valor material del oro lo que presentamos en primer plano, sino el lugar en la vida cultural y religiosa que tuvo ese metal precioso en los tiempos faraónicos», señala el director del Museo vienés, Wilfried Seipel.

El ministro egipcio de Cultura, Farouk Hosny, y su homóloga austriaca, Elisabeth Gehrer, expresaron su satisfacción por haber logrado reunir todas las piezas para la exhibición, procedente de diversos museos y colecciones del mundo a pesar de las dificultades surgidas tras el 11-S.

«Pese a todas las turbulencias, hemos conseguido ofrecer un panorama que abarca unos tres siglos, ilustrados por unos 200 objetos, a lo que se añade la reapertura de la colección egipcia del KHM, así como documentos e inscripciones que revelan el significado que tenía el oro para esta célebre cultura», añadió Seipel.

La muestra arranca en la época de las dinastías faraónicas en el siglo IV antes de nuestra era, en la que por vez primera está probada la creación de collares formados en lámina de oro, así como joyeros de oro y piedras engarzadas en ese metal. Constituye un amplio abanico que abarca hasta el fin de los faraones, pasando por el Antiguo, Medio y Nuevo Imperio. Según Seipel, en la muestra se pueden admirar por vez primera fuera de su país de origen parte de las joyas encontradas en la tumba de la Reina Achotep, madre de Ahmose, el fundador de la dinastía 18, pertenecientes ahora al Museo Nacional Egipcio.

Del tiempo del rey Sethus I data una inscripción en la que el monarca advierte a las caravanas que pasan cerca de las minas de oro y que reza: «En cuanto al oro, se trata de la carne de los dioses y no es de vuestra propiedad, y absteneos de decir aquello que Ra (el dios del sol) dijo al comienzo de su habla: «Mi piel es de elektron puro».

Fuente: ABC
http://www.khm.at/pharaonengold/