Una estación fructífera
Por Coordinadores de AE
Creación: 28 agosto, 2003
Modificación: 7 junio, 2018
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Los arqueólogos y equipos que han trabajado en las excavaciones de la campaña de primavera-verano, que va de marzo a julio, han hecho importantes descubrimientos en distintos sitios alrededor de todo el país.

En la necrópolis del Abusir, a 45 kilómetros al oeste de Alejandría, un equipo arqueológico húngaro de la universidad de Pàzmàny, en Budapest, tropezó con un escondrijo que contenía artículos de oro de época bizantina, mientras llevaban a cabo una limpieza rutinaria cerca de la acrópolis que Ptolomeo II construyó en el siglo IV a.C. El tesoro oculto ahora descubierto consta de cinco monedas de oro acuñadas en Constantinopla y de un brazalete, también de oro, adornado con nueve cruces.

El descubrimiento en la necrópolis de Abusir es incomparable, «dijo el ministro de Cultura Faruk Hosni, añadiendo que se trataba de los primeros objetos de oro encontrados en la zona. El equipo húngaro había desenterrado previamente varios objetos caseros de bronce así como algunas estatuas de granito de la diosa Isis.

Mohamed Abdel Maqsud, jefe de antigüedades para el Bajo Egipto, dijo que dos de las monedas tenían grabado el busto del emperador bizantino Mauricio Tiberio que gobernó desde el 582 al 602 d.C. Otra está adornada con el emperador Heraclio en un lado y su hijo Heraclio Constantino en el otro. El emperador bizantino Focas, que gobernó del 602 al 610, aparece en otras dos monedas.

Abusir, una zona rica en monumentos del período ptolemaico y grecorromano, se extiende a lo largo de un área de dos kilómetros cuadrados y fue construida sobre una colina de piedra caliza. El culto de Isis estuvo muy arraigado en esta ciudad por el mar cuyo nombre en tiempos de la fundación era Tapósiris Magna.

Entre las muchas pretensiones de la ciudad a la fama se encuentra la casa que contiene la prensa de vino más antigua conocida y uno de los primeros puentes construidos.

Dirigiéndose al oeste, hacia Siwa, deteniéndose a 150 Km al este del oasis, se encuentra la misión arqueológica italiana del Museo de Turín, localizada en la orilla de un lago salado conocido como Bahrein. Esta expedición desenterró los restos de un templo faraónico que data de la XXX dinastía. Un regalo para egiptólogos y estetas por igual; los muros se encuentran recubiertos de complejos relieves.

«Es un descubrimiento maravilloso tanto para los estudiosos científicos como para la historia del arte,» dijo Hosni, añadiendo que permitirá aumentar la comprensión de los egiptólogos sobre la vida en el oasis durante el siglo IV a.C.

Aunque el templo parece haber estado dedicado al dios Amón, todos los dioses principales de los antiguos egipcios aparecen representados en los relieves de sus derrumbadas paredes. Se ha excavado por completo una naos (una pequeña capilla) construida y decorada por el rey Nectanebo I (380 a 360 a.C.).

Es un descubrimiento muy significativo desde una perspectiva histórica, «dijo Zahi Hawass, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades (SCA), quien subrayó que además de ser el primer monumento conocido construido por Nectanebo I en el oasis de Siwa, confirma su voluntad política de desarrollar el oasis y el flanco occidental de Egipto y mejorar los puntos que unían las caravanas con el valle del Nilo.

Paolo Gallo, jefe de la misión, afirmó que las inscripciones de las paredes del templo proporcionaron a los egiptólogos el antiguo nombre de Bahrein, Imespep.

Mahmud Afifi, que dirige la oficina técnica del SCA, dijo que Imespep fue, en origen, una ciudad de la ruta entre los oasis de Bahariya y de Siwa. El sitio está situado en una parte del desierto occidental llamada el Gran mar de arena, que se piensa pudo ser el lugar de enterramiento del emperador persa Cambises y de su ejército, que invadió la región en el año 525 a.C.

Fue, mientras se buscaban evidencias de esta campaña, dijo Afifi, cuando una misión arqueológica egipcia encontró una estela que representaba al rey Nectanebo I haciendo una ofrenda a los dioses locales de Siwa -el primer hallazgo que demuestra que el rey estuvo en la zona.

De hecho, es poco lo que se conoce sobre el oasis de Siwa durante el antiguo Egipto. No se han encontrado objetos fechados en ninguno de los 3 principales períodos -Reino Antiguo, Medio y Nuevo- aunque hay cierta evidencia que sugiere que Siwa, junto con otros o, se encontraba bajo el dominio de Ramsés III.

Mirando hacia el sur, las excavaciones de Deir el Barsha en Minya, donde durante esta primavera y verano trabajó un equipo de arqueólogos belgas de la Katholieke Universiteit de Leuven, aportaron lo que se cree son dos complejos funerarios del Reino Medio. Las tumbas contienen objetos que evidencian las prácticas funerarias seguidas por la gente de diferentes estratos sociales.

«El hallazgo no fue totalmente inesperado,» explicó Harco Willems, director de campo de la misión belga. Willems dijo que el equipo llevó a cabo un examen magnetométrico del área para ver lo que yacía debajo de cementerio de Deir Al-Barsha. Estos exámenes detectaron desviaciones en el campo magnético que, generalmente, son el resultado de la intervención humana en un paisaje natural, por ejemplo las paredes del ladrillo de barro.

«Al principio, los resultados del examen -el mayor realizado en Egipto- parecieron decepcionantes, pero en la esquina noroeste del área investigada, apareció una estructura rectangular de aproximadamente 20×20 m,» semanario comentó Willems a Al-Ahram Weekly. Las excavaciones, este año, confirmaron los resultados del examen con el descubrimiento de una pared rectangular que contenía la entrada a un pozo funerario.

Aunque algunas de las tumbas descubiertas anteriormente en la zona habían sido saqueadas, las halladas este año parecían haber permanecido intactas durante unos 3.500 años. «No podemos afirmar todavía cuál es la superficie del área inviolada, pero esperamos que sea mucho mayor que lo que hasta ahora hemos desenterrado» dijo Willems.

Hawass dijo que entre los artículos funerarios hallados en el interior de la tumba del Reino Medio (200 a.C. (sic)) había recipientes de cerámica, joyería, objetos de bronce y una máscara funeraria dorada. Las tumbas del Reino Antiguo contenían diferentes recipientes de alabastro, reposacabezas, máscaras funerarias, vasos canopos pintados y tarros, alguno de los cuales permanece todavía sellado.

«Esto no es todo lo que la misión húngara ha encontrado,» dijo Samir Anis, director general de antigüedades del Egipto Medio, añadiendo que los hallazgos incluyen dos modelos de barcos realizados en madera y pertenecientes al Reino Medio, junto con un par de pulseras de oro y varios escarabajos.

Willems comentó que las excavaciones, hasta el momento, demuestran que aunque la gente enterrada en Deir el Barsha no era pobre, sus tumbas eran mucho menores que otras encontradas anteriormente en la zona. «Pensamos que era el cementerio de la clase media durante el Reino Medio,» dijo, añadiendo que los objetos de las tumbas corroboran este punto de vista.

Como ejemplo, Willems dijo que los ataúdes hallados en las tumbas más grandes se hicieron de costosa madera de cedro importada de Líbano, mientras que los de las tumbas más pequeñas estaban hechos de una madera más barata y una calidad menor, aunque se habían recubierto con una chapa de madera de cedro.

Anis añadió que la misión también había limpiado el patio abierto de Dyehuti Hotep, un gobernador de Deir el Barsha durante el Reino Medio, y descubierto una colección de bloques de piedra caliza pintada en los que aparecen las hijas de Dyehuti y una estela fechada en época de Nectanebo I y Nectanebo II.

Mohamed Isamil, director de investigación científica en la oficina técnica del SCA, dijo, a Al-Ahram Weekly, que aunque los arqueólogos sabían desde hace tiempo que Deir Al-Barsha era un yacimiento rico en objetos, sólo se habían llevado a cabo excavaciones esporádicas desde finales del siglo XIX. A principios del siglo XX, dijo Magdi el Ghandur, jefe de misiones extranjeras del SCA, las tumbas sufrieron importantes saqueos y muchos de los objetos fueron a parar a museos occidentales.

Fuente: Al-Ahram Weekly (Nº 653)
http://weekly.ahram.org.eg/

Reseña: Montse Borrás

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