Una egiptóloga sevillana busca la ruta de las especias
Por Coordinadores de AE
21 mayo, 2002
Modificación: 2 enero, 2018
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Myriam Seco

La sevillana Myriam Seco, la única arqueóloga española radicada en Egipto, quiere descubrir en la costa del Mar Rojo los secretos de la ruta comercial que hace más de 4.000 años abrieron los egipcios hacia el país de Punt, la Arabia Feliz y la India, zona que con posterioridad explotarían los griegos y romanos.

Arqueología itinerante’ tienen por parte de la autoridad competente la concesión para investigar un total de 200 kilómetros de la costa africana egipcia del Mar Rojo, concretamente desde Safaga a Marsa Alam, un área amenazada por el rápido desarrollo turístico de la zona, lo que puede acabar con los vestigios de la Antigüedad. De ahí la intervención, antes de que resulte demasiado tarde.

«Es una costa que tiene una barrera de arrecifes continua, con la que los barcos podían chocar fácilmente y naufragar. Por eso es propicia para encontrar pecios (restos de embarcaciones naufragadas), de los cuales nos interesan especialmente los de los periodos faraónicos», explicó Myriam Seco.

Tras los pasos del oficial egipcio Henu, primero del que se tiene constancia que hace más de 4.000 años, en la XI dinastía del Imperio Medio faraónico, encabezó una expedición de coptos desde la ribera del Nilo hasta Quseir, en el Mar Rojo, Seco quiere cartografiar esas bahías y catalogar sus instalaciones portuarias y pecios para obtener una información lo más detallada posible.

Sobrada de preparación y entusiasmo, pero escasa de dinero, el objetivo actual de la egiptóloga sevillana es buscar financiación para pagar el alquiler de los costosos equipos de navegación y el sónar para hacer la carta submarina de la zona y descubrir los restos de naufragios.

‘In situ’, grupo formado por Seco con la arquitecto Isabel Hairy, la documentalista Julie Bonopera y el arqueólogo Murad El Amuri, en colaboración con el Consejo Superior de Antigüedades de Egipto, realizó durante el verano del año pasado su primera campaña de prospecciones en las bahías que van de Marsa Alam hasta 30 kilómetros al norte.

Tras descubrir indicios de que la navegación era frecuente desde que los faraones enviaban expediciones a buscar animales, madera y otras mercancías al país de Punt, en el África negra, el equipo se propone este otoño buscar pecios desde Qusair hacia el sur.

En el periodo griego, unos 300 años antes de Cristo, «Ptolomeo II, el mismo que creó la Biblioteca y levantó el Faro de Alejandría, construyó en el Mar Rojo el puerto de Berenice, utilizado en la ruta marítima de las especias hasta la India», explicó Seco.

Reaprovechamiento

«También sirvió Berenice a los griegos, junto con otros puertos, para la importación desde África y Asia de elefantes, que sus ejércitos utilizaban en el combate», agregó la egiptóloga.

Los romanos, casi en el inicio de la era cristiana, desarrollaron aún más Berenice, «por donde importaban incienso y mirra de la Arabia Feliz (Yemen) y especias del sur de Asia», que trasladaban a todo el Imperio en caravanas de burros y camellos que llegaban a las costas del Mediterráneo.

Después de estudiar en Sevilla y doctorarse en Egiptología en Tubinga, Myriam Seco hizo prácticas profesionales en Egipto entre los años 1.996 y 1.998, año en el que se asentó en este país, de donde prácticamente no se ha movido salvo las veces que regresa a su ciudad natal durante las vacaciones.

Desde entonces, ha pasado de excavación en excavación, algunas de ellas sumamente importantes, «siempre con miedo» de quedarse sin trabajo, «porque los proyectos se acaban, aunque hasta ahora siempre ha aparecido otro», comenta.

Ha colaborado con equipos franceses de arqueología submarina en el puerto de Alejandría, donde están los restos del histórico faro, y alemanes, dirigidos por Rainer Stadelman, en las pirámides de Dashur, cerca de El Cairo, y Luxor, la antigua y monumental Tebas. De este modo, ha alternado la arqueología en el desierto y el valle del Nilo con la labor submarina, pues, para ella, «compaginar mar y tierra está bien, porque así puedes tener ocupado todo el año», aparte de que le resulta «mucho más variado». Su interés por el fondo del mar le ha llevado a aceptar trabajos de arqueología submarina en diversos lugares y, después de pasar el próximo mes de junio en Alejandría con el equipo del francés Jean Yves Empereur, se trasladará en julio a Tiro, en el sur del Líbano.

En Tiro, una de las ciudades fenicias más importantes, estudiará el puerto con otro grupo galo que tiene un proyecto «muy ambicioso y duradero», comenta la atareada e ilusionada arqueóloga. No ha sido un camino de rosas, pero Myriam Seco ha sabido salir airosa de cuantos obstáculos le han salido al paso.

Esta joven sevillana no desaprovechó la senda abierta en la Universidad de Sevilla por el profesor Francisco Presedo, considerado padre de los estudios de Orientalística y Egiptología en la ciudad.

Tras ello, se doctoró en una prestigiosa universidad europea y hoy día, con su dominio de casi cinco idiomas y su brillante currículo, se ha ganado el respeto de las autoridades egipcias, lo que acredita su solvencia no escasa de medios.

Fuente: Diario de Sevilla

 

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