Un mes en la tumba de Djehuty
Por Coordinadores de AE
Creación: 2 marzo, 2002
Modificación: 2 marzo, 2002
Visitas: 2.384

Hallazgos, alegrías y desdichas de un grupo de egiptólogos en campaña en la colina de Dra Abu el-Naga. Hasta cincuenta trabajadores egipcios han trabajado durante la primera de las cinco campañas.

Esto es un no parar. Encontramos momias, arquetas y figurillas por decenas, los relieves y las inscripciones son magníficas… La zona es una bomba de relojería». El egiptólogo José Manuel Galán está entusiasmado. Él y sus compañeros de excavación han pasado un mes en el interior de la tumba de Djehuty, el contable de la reina Hatshepsut, la única mujer que reinó en el Egipto.

El primer vestíbulo -relata- es sobrecogedor, con una estatua fenomenal de Djehuty, inscripciones policromadas y un banquete funerario de gran calidad.

Luego, la tumba se hace más oscura, más polvorienta… Ningún investigador ha entrado aquí nunca, sólo los saqueadores. Cuando metes un foco como luz descubres un mundo», resume este investigador del CSIC que está cumpliendo su sueño de excavar la cueva que se levanta en la colina de Dra Abu el-Naga, cerca de Luxor. Lo que sigue es un resumen del diario.

La entrada a la tumba

El número de la suerte

Día 2. El número de la suerte. Llegamos a la entrada de la tumba a las siete y cuarto de la mañana. Los trabajadores que el rais Alí ha seleccionado se reparten en tres grupos… Poco después entramos en la tumba. Los siete miembros del equipo recorremos el interior examinando las inscripciones y las escenas grabadas. La calidad de los relieves es magnífica. Llegamos al fondo de la tumba de Djehuty. El santuario es mayor de lo que suponíamos.

Las paredes laterales tienen inscripciones hasta el techo.

Llos primeros hallazgos

El dedo de la momia

Apenas llevábamos una hora limpiando el terraplén cuando desenterramos la mano de una estatua de madera, un fragmento de cerámica policromada, un bloque de caliza con una inscripción jeroglífica, un cono funerario del propio Djehuty: Supervisor del Tesoro, Supervisor de los Trabajos, Sirviente de Amón, Pa-wah. Margarita vigiló la criba de la tierra sacada del terraplén. Halló el dedo de una momia.

Preparando la tumba

La hipótesis de Daniel Poltz

Planeamos cómo rehacer la techumbre del patio de entrada. El grupo del sector Este halló varios trozos de tela de lino, huesos de un tamaño notable, fragmentos de cerámica y un cono funerario de gran tamaño, pero sin inscripción. Nos visita el egiptólogo alemán Daniel Poltz: Nos adelanta su hipótesis de que las tumbas de los faraones Ahmose y Amenofis I y la tumba de la reina Ahmose-Nefertari están en esta colina.

El inspector llega tarde…

El desfile de los ushebti

…Y como es él quien tiene la llave de la tumba donde guardamos los utensilios y el material, nos hemos puesto nerviosos. Comenzamos la jornada a lo grande, contratando a 45 obreros. Los materiales no paran de salir:

Aparecen algunos ushebti (pequeñas figurillas que se enterraban con el muerto), cuentas y un ojo, una especie de amuleto que usaban los vivos.

Lo que se lleva el viento

El primer ostracón

Andrés ha tenido la fortuna de encontrar nuestro primer ostracón (un fragmento de cerámica con una inscripción en cursiva realizada con pincel y tinta negra). A media mañana hemos devuelto visita a la expedición australiana que trabaja a pocos metros de nosotros en la tumba de Amenemope, tercer profeta de Amón, sumo sacerdote del clero de la diosa Mut y sumo sacerdote de Ra bajo los reinados de Ramsés II, IV y V. Después de comer se levanta un vendaval, la arena del desierto se cuela a lo bestia. ¿Seguirá la jaima en pie?

Más madera

Desenterramos una momia.

Comenzamos a desenterrar una momia en el sector Sur. El cuerpo estaba incompleto. También ha salido un cono funerario con la inscripción: El Supervisor del ganado de Amón, el líder, Djehuty.

Complicaciones: Una de la vigas del vestíbulo estaba en muy mal estado.

Ladrones de tumbas

Vacilando a los vigilantes

Al iluminar las paredes vemos que hay fragmentos de la pared que han sido robados. Los ladrones seleccionaron primero los relieves más bellos, sobre todo el nombre y la figura de Hori y los cartuchos reales de las inscripciones. Luego perfilaron la zona golpeando con un cincel. Por último extrajeron las lajas con los mejores relieves con una serie de golpes secos.

Lo más curioso es que los ladrones dejaron escrita en árabe la fecha de su saqueo: 5/12/1970. Suponemos que su intención fue dejar en evidencia a los vigilantes.

Fuente: El Norte de Castilla
http://www.nortecastilla.es/diario/suscr/culturf01.htm

Whatsapp
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *