Canopo
Dice la leyenda que Canopo debe su nombre al timonel Canopo, quien murió después de traer a Menelao y Helena aquí, al final de la guerra de Troya.
Canopo fue fundada antes que Alejandría. También dio su nombre al área situada al oeste de la boca del Nilo más occidental: la región canopica. La ciudad de Canopo, llamada Peguti por los egipcios, está a unos 35 km. al noreste de Alejandría y en el tiempo de los Ptolomeos estuvo unida a esta ciudad por un canal. Fue un centro religioso y parte de la red del poder ptolemaico.
La excavación del IEASM en la zona oeste de la ciudad llevó al descubrimiento del Serapeo, un templo dedicado a Serapis. Parte de Canopo se ha transformado en la actual Abukir, mientras Canopo Este, lugar del Serapeo, está ahora sumergida.
Osiris canopo
Siglo II – I a.C.
Realizado en mármol
Un Osiris canopo es una vasija coronada con una cabeza que representa al dios Osiris, al que se rendía culto en esta región. Contenía simbólicamente el agua benéfica del Nilo.
Esta vasija, que es de mármol macizo, apareció cerca del templo de Canopo. Una escena religiosa decora su panza. En el centro un escarabeo levanta el disco solar, rodeado de dos cobras. Debajo, dos divinidades infantiles enmarcan un naos, pequeña capilla de piedra del templo egipcio.
Amuleto en forma de Osiris canopo
Época Romana (siglos I – IV d.C.)
Realizado en bronce, altura 6 cm. ancho 2,2 cm. grosor 1,9 cm.
Los amuletos también servían de pesas. Este, en referencia al culto de Osiris, tiene la forma de un Osiris canopo.
Espejo en miniatura
Época Romana (siglos I – IV d.C.)
Realizado en plomo, altura 2,5 cm. diámetro 4,4 cm. grosor 0,3 cm.
Este minúsculo objeto es una ofrenda. Al dorso, se pueden ver las Tres Gracias. Las muchachas personifican la juventud, la belleza y la pureza, es un tema familiar en el mundo helenístico y romano.
Amuleto del templo de Serapis
Época Ptolemaica (305 – 30 a.C.)
Realizado en plomo, altura 1,1 cm. grosor 0,42 cm. anchura 1,2 cm.
Los fieles buscaban la curación en el templo de Serapis y los milagros se hacían constar en los archivos. El amuleto es un símbolo de esta profunda devoción y de esa esperanza.
Mesa de ofrendas
Siglo II a.C.
Realizada en granito negro
Las cavidades y el canal servían para las libaciones: en ellos se vertían diferentes líquidos en honor de los dioses. Podían hacerse ofrendas de cerveza, carne, flores. La decoración floral en relieve podían ser lotos.
Estela con la representación de Isis – Termutis
Época Romana, siglo II d.C.
Realizada en mármol
Representación popular de Isis en Época Romana: Isis – Termutis suele asociarse a Agathosdaimon, dios protector de Alejandría, que se representa en forma de serpiente enroscada.
Cabeza de Serapis
Época Romana, siglo II d.C.
Realizado en mármol
Copia romana de una estatua ptolemaica de Serapis. El orificio superior de la cabeza estaba destinado a fijar su tocado, el calathos, símbolo de la fertilidad.
Cabeza de Serapis con calathos
Siglo II a.C.
Realizado en mármol
Estamos ante una representación de Serapis, divinidad creada por Ptolomeo I (305 – 283 a.C.). Fusión de Osiris y de Apis, es el dios de los muertos, de la fertilidad, y también protector de los marinos y sanador. Como en este caso, se le suele representar con barba y cabello largo (como Zeus) o en el trono junto al Cerbero, pues también se le asimilaba a Hades, dios del Mas Allá. Su tocado, en forma de cilindro ligeramente acampanado en su parte superior, se denomina calathos, es un símbolo de las divinidades del mundo de los muertos.
Cabeza femenina
Siglo III a.C.
Realizado en diorita
Los mechones de cabello, finamente esculpidos, permiten relacionar esta obra con la tradición griega. Se trata sin duda de Berenice II, cuarta reina de la dinastía lágida, que murió en 221 a.C.
Estatua de un hombre con vestimenta drapeada
Siglo II a.C.
Realizada en granito rosa
El gesto que exhibe la figura no existía en la estatuaria egipcia antes de la aparición del chal en la Época Greco-Egipcia. No se sabe si se trata de la representación de un sacerdote o de un benefactor.
Estatua de reina
Siglo III a.C.
Realizada en granito negro
Los brazos pegados al cuerpo y el pie izquierdo adelantado confieren un porte faraónico a la soberana. Esta representación a la egipcia se contradice con el tratamiento de los ropajes, en forma de “paño mojado”, que recuerda a los mármoles griegos; un maravilloso ejemplo de fusión entre dos estéticas.
El nudo que ata los extremos del chal permite identificar a Isis. Encarnada aquí por la reina Arsinoe II, fue considerada una manifestación de Afrodita, diosa de la belleza. Ptolomeo II (309 – 246 a.C.), su esposo y hermano, impuso su culto en todo Egipto.
Cabeza de faraón
XXV Dinastía, siglo VIII a.C.
Realizada en cuarcita
Estatua sin duda trasladada a Canopo desde otro lugar en la Época Ptolemaica. Algunos detalles del tratamiento del rostro permiten datarla.
Cabeza de faraón
XXX Dinastía (380 – 343 a.C.)
Realizada en granito negro
Esta notable escultura está ejecutada en un granito de grano muy fino, atravesado por dos vetas de cuarzo rosa. El tratamiento del ureo, formado por un bucle cuádrupla, empuja a pensar que se trata de una efigie de Nectanebo II (360 – 343 a.C.). Este soberano, último de los faraones egipcios, tuvo un final de reinado marcado por la guerra con los persas. Huyó del sitio de Menfis para llegar al Alto Egipto, donde organizó la resistencia a los invasores.
Cabeza de faraón
XXVI Dinastía (664 – 525 a.C.)
Realizada en diorita
Estatua de diorita, una piedra dura egipcia, de grano muy denso, difícil de trabajar. El trabajo escultórico, liso y preciso, es característico de las efigies de los faraones de esta época.
Esfinges
La vía de acceso al templo egipcio está flanqueada por esfinges. Estos retratos de monarcas tienen una cabeza humana que simboliza la inteligencia y un cuerpo de león que representa la fuerza física del faraón. Los Ptolomeos mantienen esta tradición, de esta forma se preserva la continuidad ideológica.
En los templos construidos en la Época Ptolemaica encontramos también estatuas de la Época Faraónica, conocidas como “pharaonica”. Estas “antigüedades” procedían de otros lugares.
Cabezas de esfinge
Época Ptolemaica (305 – 30 a.C.)
Realizadas en granito rosa
Cabezas de esfinges en diferentes estados de conservación. Están fracturadas a la altura del cuello, sus narices están cercenadas o rotas. La representación de los ojos, la boca y las mejillas, permiten su datación en la Época Ptolemaica.
Cabeza de Esfinge
Época Ptolemaica (305 – 30 a.C.)
Realizada en diorita
Esta soberbia cabeza de esfinge representa, probablemente, a uno de los primeros Ptolomeos. Presenta una fractura en diagonal a la altura de la parte izquierda del nemes que se extiende hasta el borde inferior derecho del mismo. A pesar de mantener los cánones tradicionales, esta manera de representar, menos rígida, más plástica, permite encontrar semejanzas con las efigies reales procedentes de la Época Ptolemaica.
Esfinge
XIX Dinastía, reinado de Ramses II
Realizada en cuarcita
Esta esfinge faraónica podría haber sido transportada desde otro lugar de Egipto hasta Canopo, en la Época Grecorromana. Su factura y la inscripción que lleva permiten fecharla.
Esfinge
Final de la Época Ptolemaica – Época Romana, siglo I a.C.
Realizada en granito negro
Pequeña esfinge de la Época Griega o Romana, testigo de la perennidad de este símbolo de poder y fuerza de una dinastía a otra.
Esfinges (dos de la derecha)
Siglo II a.C.
Realizadas en granito rosa
El cuerpo de una de las esfinges es extremadamente realista, mientras que la otra está apenas esbozada.
Esfinges (dos de la izquierda)
Siglo V a.C.
Realizadas en diorita
Las fracturas limpias hacen pensar en un acto voluntario de destrucción. Los daños que afectan a ambas esfinges no permiten determinar si pertenecen al mismo taller.
Busto del dios Nilo
Época Romana, siglo II d.C.
Realizado en grauvaca
Representación clásicamente romana de un dios fluvial. Estas estatuas de piedra oscura egipcia tenían mucho éxito entre la clientela acomodada, no solo procedente del Delta del Nilo, sino también de Italia.
Estatua de Isis y busto de Harpócrates
Harpócrates es hijo de Isis y Serapis-Osiris. En tiempo de los Lágidas ocupa el sitio de Horus, dios niño, hijo de Osiris.
La postura de este Harpócrates mofletudo, encontrado en las excavaciones de Canopo, sugería que se encontraba sobre el pecho de otro personaje. Movidos por la intuición, los arqueólogos lo relacionaron con fotografías de una estatua de Isis, tomadas en los años 1940. Esta Isis, conservada en el museo marítimo de Alejandría, procedía de las excavaciones realizadas por Omar Tussum. Diferentes análisis confirmaron la hipótesis. ¡El niño había recuperado a su madre!
Estatua de Isis
Época Romana, siglos I – IV d.C.
Realizada en mármol
Esta estatua se encuentra muy deteriorada. Representa a una mujer sentada, con vestido largo y fino cuyos apretados pliegues caen hasta el suelo, su pie izquierdo está ligeramente retrasado, un amplio manto recubre sus piernas. Sobre el muslo izquierdo de la diosa quedan restos muy fragmentados de la parte baja del tronco del niño, se puede distinguir parte de la desgastada nalga izquierda, y pegada al vientre se conserva también la pierna derecha del infante divino.
Harpócrates
Época Romana, siglos I – IV d.C.
Realizada en mármol
Ptolomeo IV (234 – 205 a.C.) dedica al dios niño Harpócrates un santuario en el Serapeo de Alejandría. A partir de esa época se venera a Harpócrates como hijo de Isis y Serapis.
El naos de las Décadas
Un naos es una pequeña capilla monolítica, situada en la parte más sagrada del santuario, que albergaba la estatua del dios. La historia de este naos es muy singular.
En 1940, Omar Tussum descubrió la base y la pared posterior durante unas excavaciones en la bahía de Abukir. En 1954, los especialistas relacionan estos fragmentos con el techo de un naos conservado en el Louvre desde el siglo XIX. El descubrimiento de los cuatro nuevos fragmentos por el equipo del IEASM permite por fin la reconstrucción, casi completa, del Naos de las Décadas.
Naos de las Décadas
Reinado de Nectanebo I (380 – 362 a.C.)
Realizado en basalto, parece que medía 1,78 m.
Este naos es único en su género: las imágenes e inscripciones grabadas en sus paredes exteriores constituyen la representación más antigua conocida de un calendario egipcio dividido en décadas de vocación astrológica. Parece ser que fue desmantelado por los cristianos cuando destruyeron los templos.
La representación del dios
Dentro del naos se encontraba una estatua del dios Shu de unos 30 cm. Esta divinidad personifica la atmósfera gaseosa que los egipcios sitúan entre el cielo y la tierra. Se le representa en forma de león, tal y como lo podemos observar en el fondo del naos. Un texto precisa que la estatua era de “plata revestida de oro fino”. Cuando se abrían las puertas del naos, el dios aparecía deslumbrante como el sol sobre el fondo oscuro del basalto, que evoca la noche.
Representaciones en la cara interna del naos
El cocodrilo para combatir a los enemigos refugiados en las aguas.
El toro aplastando a la serpiente Apofis, enemiga del sol.
Representaciones en el exterior del naos
El ave con cabeza humana representa la nueva estrella decano que se alza durante los diez días de la década indicada.
La esfinge armada representa en el cielo del Este al dios Shu, que defiende a Egipto con la ayuda del sol de levante y de las estrellas decanos visibles al este.
El carnero con cabeza de león representa a Shu, Señor de la Vida, que ejerce su acción a través del sol del meridiano y de las estrellas decanos culminantes en el cielo del sur.
La momia de pie con cabeza de chacal es Shu, que ejerce sus acciones con el sol poniente y las estrellas decanos que declinan al oeste.
La momia tendida simboliza la desaparición del sol (la noche) acompañada por las estrellas decanos invisibles durante la década indicada.