Con la llegada del verano, el Alto Egipto es testigo de decenas de romerías a los lugares atribuidos a la Sagrada Familia en su huida a la tierra de los faraones, itinerario con el que la Iglesia Copta pretende fortalecer la fe, pero también atraer el turismo a una de las zonas más deprimidas del país.

Las festividades arrancaron el pasado 1 de junio en la localidad de Mallawi, a 250 kilómetros al sur de El Cairo, con la procesión de la barca, que conmemora la llegada de la Sagrada Familia al centro de Egipto tras escapar de las persecuciones del rey Herodes.

Fuertemente escoltado por la Policía, el obispo de la región y sus diáconos cruzaron el Nilo en una faluca con una vela latina en la que se dibujaba un enorme icono, para oficiar una misa en el monte de Kom María, lugar de devoción tanto para musulmanes como cristianos por creerse escenario de milagros.

Las mujeres suelen acercarse anualmente a su cima y dejarse rodar por su ladera en busca de un embarazo que no llega o un novio que se resiste a ser casado.

«He venido desde Alejandría para participar en el ‘maulid’ y visitar a nuestros familiares. Lo hacemos cada año. El pasado me quedé encinta», dijo a EFE una de las romeras mientras tatuaban en el brazo la cruz copta a su hija más pequeña.

La ceremonia se caracteriza por el calor, el fervor, el colorido y la fe, pero también por las fuertes medidas de seguridad, ya que la región ha sido escenario de luchas entre extremistas cristianos y musulmanes, y fue reducto hace años de los integristas islámicos más violentos.

El pasado febrero, la localidad de Bani Walmas, vecina a Mallawi, fue testigo de un violento choque entre cristianos y musulmanes que protestaban por el ruido de las campanas de una nueva iglesia, enfrentamiento en el que resultaron heridas 15 personas.

El 31 de diciembre de 2000, la provincia de Sohag, también en el Alto Egipto, registró los peores disturbios religiosos del país en los últimos 30 años, cuando 23 personas murieron en tres días de enfrentamientos.

La comunidad ortodoxa copta, muy extendida en las regiones centrales de Egipto, constituye el 20 por ciento de la población total del país, que asciende a más de 67 millones de habitantes.

Desde el fin de la ocupación romana de Egipto y hasta la invasión musulmana, en el año 641, el Cristianismo se extendió y dominó el antiguo país de los faraones.

Durante aquellos siglos, las tradicionales peregrinaciones a los templos faraónicos fueron paulatinamente sustituidas por romerías cristianas, que convirtieron en iconos bizantinos los dioses de los faraones, y en iglesias sus santuarios.

Fue en el siglo IV cuando el Papa copto Teófilo tuvo una revelación durante un sueño en el que se le indicó el lugar preciso en el que habitó la Sagrada Familia en los oscuros años de la infancia de Jesús, no recogidos en los Evangelios.

Hasta entonces, la única referencia de la huida a Egipto era el pasaje del Evangelio de San Mateo (22:20) en el que el señor le pide a San José que se establezca en ese país, pero no se cita en qué localidades.

En los siglos sucesivos, diferentes padres de la Iglesia copta tuvieron «sueños reveladores» con los que ha sido posible dibujar el itinerario sacro. Según el recorrido oficial de la Iglesia egipcia, la Sagrada Familia entró por la península del Sinaí, atravesó el mar Rojo y se refugió en el delta del Nilo y los alrededores de El Cairo antes de bajar por el valle del río.

La ruta es ahora presentada por la Iglesia copta como un factor de fortalecimiento de la comunidad frente a la mayoría musulmana, pero también como una futura fuente de riqueza para una zona abandonada, donde se masca la pobreza.

Sin embargo, las estrictas medidas de Seguridad -no es posible viajar por la zona sin una faraónica escolta policial- y la carencia de las más mínimas instalaciones turísticas -hoteles y restaurantes- hacen que la empresa parezca titánica, mientras la esperanza reside en que la fe sea recompensada con otro milagro.

Fuente: EFE
http://www.efe.es/mundo/detallecronica.asp?opcion=2&id=3561382

Reseña: Montse Borrás