Rescatadores o contrabandistas de antigüedades
Por Coordinadores de AE
Creación: 14 agosto, 2003
Modificación: 7 junio, 2018
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A pesar de todos los esfuerzos del Ministerio de Cultura para proteger la valiosa herencia de Egipto de contrabandistas de antigüedades, un arquitecto francés que trabaja en el renombrado Centro de Estudios Alejandrinos (CEA) en Alejandría ha estado sacando de contrabando, según se alega, antigüedades fuera del país.

Stéphane Rousseau, de 42 años, fue arrestado la semana pasada en el aeropuerto de Alejandría después que un oficial de aduana descubriese 177 objetos en su equipaje, 157 de ellos eran piezas auténticas mientras que los 19 restantes eran réplicas. Sabri Abdel-Aziz, jefe del departamento del Antiguo Egipto en el Consejo Supremo de Antigüedades (SCA), dijo a Al-Ahram que el botín de Rousseau incluía 144 monedas de bronce y de plata que van desde la época grecorromana al período islámico, tres lámparas coptas, una estatua de una mujer desconocida, dos estatuas de terracota que representan al dios Osiris como un niño, y varias figuras de ushebtis de madera del período tardío.

Según el último informe de investigación del proceso, Rousseau mantiene que fue víctima de un estafador, afirmando que compró esos objetos a un minorista en el mercado de Suq el Goma’a en el área de Attarin en el centro de la ciudad de Alejandría, como copias y no como artículos auténticos.

En una entrevista telefónica con Al-Ahram, Yves Empereur, director del CEA, describió el incidente como un «asunto que ha puesto a la misión francesa en una posición muy difícil y crítica». Dijo que Rousseau es un arquitecto que trabajó de 1992 a 1998 con la misión de la excavación francesa en Tanis, en la región del Delta, y más tarde en 1998 se unió a la misión de rescate del CEA en la necrópolis de El Qabari en Alejandría oriental y a la excavación submarina de la fortaleza de Qaitbay en 1999. En 2002 trabajó en Luxor con la misión alemana en los colosos de Memnón.

«Este hombre quiere llevarse las antigüedades egipcias mientras nuestro equipo está intentando rescatarlas», comentó Empereur. Desde que empezó a trabajar en Egipto hace 27 años, dijo, que nunca ha encontrado algo así. «Yo hago lo mejor para rescatar las antigüedades de Alejandría con la cooperación de mis colegas del SCA y considero que estas acciones de Rousseau son completamente desleales», afirmó, «con lo cual merece todo el castigo de acuerdo a la ley».

El origen de los objetos encontrados en el equipaje de Rousseau se mantiene desconocido. Según Empereur, las piezas recuperadas no podrían robarse de los almacenes del CEA ya que Rousseau no estaba, de hecho, envuelto en las excavaciones; su trabajo era hacer dibujos de los monumentos de piedra. Por consiguiente, continuó Empereur, Rousseau no tenía acceso a los objetos descubiertos durante las excavaciones, ni había entrado nunca en los almacenes dónde se guardan estos objetos. Afirmó que todas las piezas almacenadas son verificadas, controladas y registradas por los inspectores del SCA que acompañan la misión.

«Lo qué apoya mi declaración», agregó, «son las figuras de ushebtis de época faraónica encontradas con Rousseau. De hecho, se compraron en un mercado o se excavaron de algún otro sitio diferente a Alejandría, bien conocido por sus objetos grecorromanos. Rousseau debe decir la verdad para demostrar su inocencia», aconsejó Empereur.

Mohamed Abdel-Maqsud, jefe de antigüedades de la región del Delta y Egipto occidental, dijo que las piezas encontradas en el equipaje de Rousseau datan de los períodos romano, griego e islámico y la mayoría podrían haber sido cogidas del área de Alejandría. «No podemos afirmar definitivamente que las obtuviese de los almacenes de la excavación francesa porque podría haberlas comprado», dijo Abdel-Maqsud.

En un esfuerzo por determinar si estos objetos habían sido robados de los almacenes del CEA o no, oficiales de SCA hicieron una inspección de dos de los almacenes más grandes del CEA con el propósito de hacer un inventario. Abdel-Aziz confirmó que el SCA había revocado el permiso de trabajo de Rousseau, pero no ha suspendido el trabajo de toda la misión porque, «la actitud de una sola persona no debe afectar al resto». «Aun cuando las investigaciones demuestren que Rousseau no robó las piezas, sino que las compró como el sostiene, quedaría excluido y se le prohibirá retomar su trabajo, porque el código del Consejo impide a arqueólogos y obreros arqueológicos comprar o vender antigüedades», insistió Abdel-Aziz.

El ministro de Cultura Faruk Hosni dijo a Al-Weekly que este caso ha incitado a crear una nueva ley de antigüedades que remendaría los huecos de la actual, la número 117 de 1983, y aumentaría las multas por contrabando de antigüedades. «Hasta que el parlamento apruebe la nueva ley, el SCA tomará algunas precauciones para proteger aún más las antigüedades egipcias», dijo Zahi Hawass, secretario general del SCA. Explicó que una nueva ley que afecta a las misiones extranjeras fue promulgada hace un año para controlar los trabajos de excavación y restauración, así como para proveer una autorización perfectamente segura a cada miembro de los equipos arqueológicos. Por otra parte se ha creado un nuevo departamento para rastrear todos los objetos que se exhiben en las casas de subasta internacionales y encontrar la manera de recuperarlos.

En un esfuerzo por prevenir el contrabando, explicó Abdel-Aziz, se han establecido 26 puestos especiales a lo largo de la frontera egipcia, para verificar el equipaje de los pasajeros. Además se han construido varios depósitos de almacenamiento arqueológico de alta tecnología, junto con laboratorios de restauración, en varios sitios arqueológicos en Asuán, Luxor, Qena, Dashur, Guiza, El Fayum, Alejandría, Siwa y Marsa Matruh, para proteger los objetos recientemente descubiertos. También se han instalado nuevas medidas de seguridad innovadoras en varias zonas arqueológicas para reemplazar los antiguos sistemas

Fuente: Al-Ahram Weekly (Nº 651)
http://weekly.ahram.org.eg/

Reseña: Montse Borrás

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