Quince siglos en cuatro metros de muro
Por Coordinadores de AE
Creación: 6 diciembre, 2002
Modificación: 6 diciembre, 2002
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Casi 1.500 años de la historia del Egipto faraónico, del 2100 al 650 antes de Cristo, quedaron encerrados en cuatro metros de muro de Heracleópolis Magna, la actual Ignashia, y la arqueóloga española Carmen Pérez Die ha desvelado ese pasado. «En los últimos años, gracias sobre todo a la cerámica, hemos establecido una secuencia estratigráfica que refleja la historia cultural y sociológica de la ciudad, desde el Primer Periído Intermedio, las dinastías faraónicas IX y X, hasta la época saíta, la dinastía XXVI», explicó, sobre el terreno, la egiptóloga.

Jefa de la Sección de Antigüedades Egipcias del Museo Arqueológico Nacional de Madrid, Pérez Die dirige desde hace 19 años el equipo español que cada otoño viaja a Ignashia, en el Egipto Medio, para «reunir las piezas de un puzzle que vas entendiendo cuando empiezas a tener suficientes y ves que encajan». «El día más emocionante fue cuando, al cabo de ocho o diez años, en un segundo, descubrí el contexto de los objetos que íbamos encontrando y empecé a pergueñar el puzzle», afirmó Pérez Die, que este año ha coordinado nuevos trabajos de excavación, restauración y documentación.

Junto a Pérez Die, han estado los arqueólogos Carmen López Roa, Salomé Zurinaga y Luis López, los restauradores María Antonia Moreno y Miguel López, el antropólogo Juan Antonio Sánchez y el dibujante Antonio Guio, con la colaboración de Juan Medina y financiados por el Ministerio de Educación y Cultura de España. «Todos tratamos de recobrar la memoria de los antiguos egipcios y comprender cómo respondían a las cuestiones esenciales de la existencia: la vida y la muerte. La importancia que daban a la muerte hace que nos dejaran información en sus tumbas que reflejan lo que hacían en su vida cotidiana», agregó.

Este año, han recobrado cinco estelas de falsa puerta enteras y grandes fragmentos de otras, con inscripciones policromadas de fórmulas funerarias para obtener los alimentos -pan, cerveza, ocas y bueyes- que el faraón, dueño del país, y los dioses de la muerte, Osiris y Anubis, han de conceder al difunto para la otra vida.

En las estelas aparecen los nombres de los difuntos, como los de dos mujeres, Merit y Jeti, «pero nunca hemos encontrado detalles para una datación exacta ni el nombre de ningún faraón que nos haya permitido conocer con precisión a que reinado pertenece una tumba», admitió desencantada.

«Las estelas, en sus emplazamientos originales y orientadas hacia el este, y varias tumbas de piedra recubiertas de adobe y masa de barro y paja, situadas en línea y con la entrada en el norte, han permitido una interpretación y reconstrucción gráfica de como pudo ser el cementerio antiguo, formado hace unos 4.000 años por calles que lo recorrían de este a oeste», describe la egiptóloga.

En los últimos días de la excavación encontraron en esta línea una nueva tumba con inscripciones, sin el nombre del difunto, correspondiente al final del Primer Período Intermedio o el inicio del Imperio Medio y «en la cara este de la tumba estaba la mayor estela encontrada en el yacimiento, de más de 500 kilos», comentó.

En otra tumba de un estrato superior, de entre la XXII y la XXIV dinastías, unos 800 años antes de Cristo, «aparecieron unos canopos, vasos usados para guardar las vísceras extraídas en la momificación, y una amplia colección de useptis, figuritas humanas que hacían el trabajo por el muerto en el más allá», indicó Pérez Die.

Heracleópolis Magna fue la capital de Egipto durante el Primer Período Intermedio, una época oscura y conflictiva de enfrentamientos internos en la que la ciudad sólo dominaba con dificultades la zona del Delta del Nilo.

El principal descubrimiento del yacimiento, realizado hace dos temporadas, fue la tumba de un importante funcionario que vivió hace unos 4000 años, Uadyit Hotep, que adornó su «morada de eternidad» con su propia imagen sentada frente a una procesión funeraria y el inventario de objetos que quería llevarse al más allá.

Fuente: Diario de Noticias (Navarra)
http://www.noticiasdenavarra.com/ediciones/20021206/cultura/
d06cul1503.php

Reseña: Montse Borrás

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