Los babuinos sagrados egipcios padecían patologías debido a su cría en cautiverio, según ha documentado un equipo de investigadores al estudiar los restos de 36 de estos animales momificados descubiertos en el yacimiento de Gabbanat el-Qurub en 1905 y conservados actualmente en el Museo de las Confluencias en Lyon.

Los análisis efectuados por el Real Instituto Belga de Ciencias Naturales, bajo la dirección de Win Van Neer y publicados en la revista Plos One, arrojan la evidencia de que los babuinos, criados para ser momificados y utilizados como exvoto, padecían deficiencias alimentarias, patologías esqueléticas, deformaciones y en muchos casos raquitismo, debido al cautiverio y a la falta de luz solar.

El Dr. Win Van Neer afirma que en los trabajos de investigación han podido demostrar que Gabbanat el-Qurud se veneraba a dos tipos de babuino: papio hamadryas y papio anubis o oliva, además de otros monos como el macaca sylvanus y el chlorecebus aetiops, todos ellos ajenos al hábitat egipcio, lo que implica que fueron importados con fines rituales de regiones diferentes: desde el valle del Nilo sudanés, el Cuerno de África o la parte suroeste de la Península Arábiga. Además, los autores del trabajo han señalado que se observan condiciones de vida igualmente precarias en restos de momias de babuinos descubiertos en otros yacimientos arqueológicos, como Saqqara y Tuna el-Gebel.

Según el artículo en Plos One, los babuinos sagrados egipcios, que terminaban siendo momificados y entregados como ofrendas, sufrieron trastornos metabólicos propios de la falta de nutrientes y diversos desequilibrios generados en buena parte por la desnutrición crónica y por las condiciones adversas propia de una vida precaria. Aunque también hay indicios de que se les ofrecía abundante comida, al parecer no era la adecuada. Los investigadores afirman: <<La vida no era fácil para los babuinos sagrados de Egipto>>.

Fuente: Artículo en Revista Plos One