La muerte, de Alejandro Magno a Cleopatra
Por Coordinadores de AE
22 noviembre, 2002
Modificación: 24 noviembre, 2017
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El museo de Arles antiguo ha reunido sarcófagos, mesas de ofrenda y otras momias para presentar al público «La muerte no es un fin», exposición consagrada a los ritos funerarios en Egipto, de Alejandro Magno a Cleopatra. La época ptolomaica en la que los reyes griegos reinaron en Egipto entre los siglos IV y I A.C. vió como cómo dos comunidades específicas «compartían costumbres a lo largo del tiempo» según ha comentado Alain Charron, conservador del patrimonio del museo y comisario de la exposición.

En Egipto dice «los griegos se encontraron a una civilización mucho más antigua. Poco a poco adoptaron los hábitos egipcios, especialmente los funerarios».

Un centenar de piezas, varias de ellas prestadas por el Louvre o museos de provincias, ilustran las prácticas funerarias en vigor y sus influencias reciprocas. Después de una parte introductoria «sobre los tiempos fuertes de la época», un capítulo de la exposición, abierta hasta el 5 de enero, se consagra a las prácticas puramente griegas, otro a las prácticas egipcias y el último a los animales momificados.

Los griegos utilizaron sobre todo la inhumación y en menor medida la cremación, «insoportable para los egipcios» por lo que esto significaba » anular toda posibilidad de ir al más allá», explica Alain Charron. «En Egipto, no se incineraba más que a ciertos criminales de los que se quería estar seguro de no volver a ver».»Morir a la egipcia»

Placas de loculus (nichos de enterramientos subterráneos) y urnas cinerarias, donde las huesos restantes después de la cremación se colocaban en orden anatómico «lo que implica técnicas de cremación particulares» se hallan junto a diferentes ofrendas funerarias (lámparas de aceite, alabastros…).

Del lado egipcio, la momificación se «democratiza» y se extiende a una parte más importante de la población incluso si «mucha gente sin medios comparten fosas comunes en el desierto donde se cumple una especie de momificación natural».

Algunos griegos como el General Dioskourides, ministro de finanzas y jefe de la guardia de corps del rey, que no hablaba más que griego» escogían » morir a la egipcia» como testimonia su imponente sarcófago de piedra.

Están igualmente presentes pequeños cofres funerarios que reemplazan los vasos canopes, sirviendo para recoger las vísceras, extractos de papiros del «Libro de los Muertos» o mesas de ofrenda en las que figuran todo lo que será necesario al difunto en el más allá : comida y agua. «para los Egipcios, si una cosa es dicha o representada, existe» explica Alain Charron.

Por último, varias momias de animales, gatos, cocodrilos, musarañas, peces, varans testimonian la devoción de los egipcios por sus dioses representados bajo una forma animal. «Los Egipcios no vacilaban en matar animales si tenían necesidad de momias para hacer demandas a las divinidades» añade el comisario. Más de un millón de momias de ibis, pájaros del dios Thot, se han encontrado en la necrópolis de Saqqara.

Fuente: La Recherche
http://www.larecherche.fr/archeologie/n021122072350.i07pl94o.html

Reseña: Montse Borrás

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