La maldición del verdadero-falso faraón de François Pinault
Por Coordinadores de AE
Creación: 17 agosto, 2003
Modificación: 7 junio, 2018
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Varios egiptólogos reconocidos piensan que la estatua de Sesostris III comprada por la PDG del Grupo PPR en 1998 es moderna. Los expertos judicatarios la juzgan auténtica, el tribunal de París ha rechazado la anulación de la venta. El matrimonio Pinault prevé recurso de casación.

En su última obra, Christiane Desroches-Noblecourt , persiste y afirma : la estatua de Sesostris III adquirida por los Srs. Pinault, en el Hotel Drout, hace cuatro años y medio, por más de 5 millones de francos, es, «en su género, una obra maestra.».

El problema es que los Srs Pinault no parecen compartir este entusiasmo. Aparentemente convencidos que esta estatua es falsa, demandaran a la justicia revisar el fallo de la corte de justicia de París que ha rechazado anular esta venta. El asunto será llevado ante el tribunal de París el 10 de setiembre.

La versión que da de los hechos Christiane Desroches-Noblecourt aporta algunos elementos nuevos. La venta de la estatua había sido anunciada el 10 de noviembre de 1998. El catálogo, redactado por el experto Chakib Slitine, precisaba que había sido ejecutada bajo el reinado del faraón. Christiane Desroches-Noblecourt revela que «la Sra. Pinault , antes de la fecha de la compra, se había dirigido a una conservadora del Louvre, Elisabeth Delange, que había emitido un informe a primera vista favorable».

Dicho de otra forma, es a partir de la opinión de Elisabeth Delange que los Sres. Pinault decidieron comprar la estatua. Pero, ay! algunos días más tarde, «Liberation» publica esta declaración del profesor Wildung al l cual le había ofrecido la pieza unos quince años antes. «Nosotros rechazamos comprarla porque había serias razones para pensar que había sido fabricada en la primera mitad del siglo XX (d.C.)» A la mañana siguiente los Srs. Pinault piden al «commissaire-priseur » de recoger la estatua. Algún tiempo más tarde, su abogado toma contacto con Christiane Desroches-Noblecourt y le hace saber que la Sra. Pinault desea que ella «examine» juntamente con la Sra. Elisabeth Delange, la estatua de Sesostris III. Siendo aceptada esta proposición, estas damas fueron designadas como expertas judiciales. No podemos por menos de plantearnos dos preguntas. Primero interrogarnos sobre la intención que tenían los Srs. Pinault proponiendo como expertos a Christiane Desroches-Noblecourt y t Elisabeth Delange puesto que sabían que esta última ya se había pronunciado a favor de la autenticidad. Enseguida debemos preguntarnos si Elisabeth Delange debía aceptar esta misión. En principio, un experto puede ser recusado «si precedentemente ha aconsejado a una de las partes». Y si tal fuera el caso, debe declararlo al juez (art. 234 del nuevo código de procedimiento civil).

Sea lo que sea, en el informe que ellas envían el 11 de abril de 2000, Cristiane Desroches-Noblecourt y Elisabeth Delange, declaran que la estatua no es del reinado de Sesostris III, si no que se trata de una estatua muy probablemente de una «imagen conmemorativa» ejecutada entre 1850 y 1720 a.C. Estas conclusiones habrían de dar satisfacción a los Srs. Pinault. Sin embargo, deciden demandar en justicia la anulación de la venta. ¿Qué ha pasado? Parece que después de la entrega del informe de los expertos, los Srs. Pinault contactan con los dirigentes del Louvre para saber si la estatua interesaba al museo y recibieron una respuesta negativa. Se pleiteará pues. Su abogado expone que ellos esperaban adquirir una estatua contemporánea del faraón y no de una época posterior. Pero el tribunal de París deniega a los Srs. Pinault su demanda.. Entonces cambian de argumento y sostienen que hay una seria duda en cuanto a la autenticidad de la estatua. En apoyo de sus afirmaciones, entregan un informe redactado por un egiptólogo Luc Watrin. Este había enviado fotografías de la escultura a algunos egiptólogos de gran renombre. La mayor parte le habían respondido que dudaban de la autenticidad de la pieza.

La corte de París (25 de marzo de 2002) dio fin al asunto confirmando simplemente el juicio del tribunal. El asunto de Sesostris III parecía terminado. Sin embargo, François Pinault encarga al Laboratorio Francine-Maurer, especialista en el estudio científico de obras de arte, un análisis de la estatua. Las conclusiones de este análisis son categóricas: «Esta escultura es un objeto moderno».

Será la justicia quien decida si el fallo de la corte de París debe ser o no revisado. Si el recurso es aplazado y el tribunal de casación formado contra el fallo de la corte de París es rechazado, nos encontraremos ante una situación, al menos, insólita: la estatua de Sesostris III será judicialmente auténtica y científicamente muy dudosa.

 

Fuente: Le Monde
http://www.lemonde.fr/article/0,5987,3246–330783-,00.html

Reseña: Montse Borrás

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