La Biblioteca Nacional expone los manuscritos que trajeron a Europa el saber de Alejandría
Por Coordinadores de AE
Creación: 10 julio, 2003
Modificación: 7 junio, 2018
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La Biblioteca de Alejandría cuenta desde ayer con una ventana abierta en Madrid. En realidad, esa ventana española hacia el saber de la Antigüedad ha existido siempre, ya que, tras la destrucción de la mítica biblioteca hace unos 1.600 años, gran parte de esos conocimientos llegaron a Occidente precisamente a través de las traducciones al árabe, hebreo y latín realizadas en las escuelas de Al Andalus y Toledo.

La novedad es que todos esos manuscritos y vestigios, unidos a monedas, esculturas, mapas, cartas, mosaicos y terracotas de la época, así como a documentos del nuevo proyecto alejandrino, se exponen juntos por primera vez en la exposición «La Bibliotheca Alexandrina. Homenaje a la memoria, apuesta por el futuro».

La muestra, que se podrá visitar hasta el 21 de septiembre, fue inaugurada ayer en la Biblioteca Nacional por Su Majestad la Reina, una de las principales defensoras del legado alejandrino. De hecho, Doña Sofía formó parte en 1990 de la comisión internacional de apoyo al renacimiento de la Biblioteca de Alejandría, sueño que vio convertido en realidad el pasado 16 de octubre, cuando asistió a la inauguración del nuevo edificio, levantado gracias a Naciones Unidas y al apoyo internacional. La muestra ahora expuesta pretende contribuir a ese acontecimiento que supone el renacimiento de la antigua Biblioteca en el mismo lugar donde estuvo el mayor templo cultural de todos los tiempos.

El primer Renacimiento europeo

Durante la inauguración de la exposición, la Reina estuvo acompañada, entre otros, por la ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo; el representante de la Biblioteca de Alejandría, Taher Khalifa; el profesor egipcio Mostafá Abdel El Abbadi, precursor de la reconstrucción de la Biblioteca, y Jaime de Marichalar, presidente de la Fundación Winterthur, que patrocina la muestra.

«Lo más importante -afirmó la comisaria de la exposición, Paloma Fernández de Avilés- es que, por primera vez, el espectador va a comprender que la cultura helenística no se perdió nunca, pues gracias a esa correa de transmisión que es el Mediterráneo llegó a Europa». Si el pensamiento europeo pudo ser fecundado con el saber de Aristóteles fue gracias a las traducciones del griego al árabe realizadas por el cordobés Averroes en Al Andalus.

Estos textos, posteriormente traducidos al latín, llevaron a Occidente el saber de la Antigüedad, de forma que «el primer Renacimiento europeo partió de España». Y lo mismo ocurrió con las obras de Euclides, Arquímedes, Dioscórides, Galeno y Ptolomeo, que se pueden contemplar en la muestra. Además de estos valiosos manuscritos, entre las más de 300 piezas expuestas -procedentes de la Biblioteca Nacional, el Museo Arqueológico, el Archivo de Simancas, la Biblioteca de El Escorial y la Biblioteca Nacional de Francia, entre otras instituciones-, se podrían destacar la «Cosmografía» de Ptolomeo, la «Biblia Pauperum», el «Libro de la Esfera», de Alfonso X El Sabio, donde el Rey de Castilla reúne los conocimientos de la época sobre astronomía, o el magnífico mapamundi de Christiaan Sgrooten, del siglo XVI, considerado una de las joyas de la Biblioteca Nacional.

Dentro del legado médico, los visitantes pueden contemplar un ejemplar del «Dioscórides» traducido del griego al castellano y completado con sus conocimientos por el doctor Andrés de Laguna. Esta obra, que trata «acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos», fue realizada para el Príncipe Felipe (futuro Felipe II). Precisamente la Medicina fue uno de los campos que más progresó en la época helenística hasta que, tras la conquista romana de Alejandría, se prohibieron las disecciones de cadáveres, lo que frenó el avance de la Anatomía y mantuvo vigente los conocimientos anteriores hasta finales de la Edad Media. Entre las esculturas expuestas, destacan las de la musa Clío, que recibe a los visitantes; la cabeza faraónica de un Ptolomeo y Afrodita bañándose, y entre las cerámicas, el Plato de Peces, magníficamente conservado.

Documentos originales

Sin embargo, se echa de menos en la exposición algún manuscrito procedente de la Biblioteca de Alejandría, pues éstos sólo se muestran en versión digital, pero no hay ningún original. Según la comisaria, «el conservador de los fondos egipcios no permite su salida». No obstante, otras fuentes próximas a la muestra aseguraron que hace un mes llegaron a España manuscritos procedentes de Alejandría y que ayer mismo, al comprobar que no estaban expuestos, el propio director del Centro de Manuscritos de la Biblioteca egipcia, Youssef Ziedan, optó por recuperarlos y llevárselos de nuevo.

 

Fuente: ABC
http:www.abc.es

Reseña: Montse Borrás

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