Inaugurado en 1902, el Museo Egipcio de El Cairo en la plaza Tahrir hacía mucho que había perdido su antiguo esplendor. La clásica elegancia y el carácter innovador con el que una vez nació, se había convertido con el paso del tiempo en decrepitud y abandono, en vitrinas llenas de polvo y espacios expositivos trasformados en meros almacenes abarrotados, faltos de iluminación, medidas de preservación, indicaciones…

Afortunadamente en los últimos años el Museo Egipcio en la plaza Tahrir ha vivido bastantes cambios. Desde 2019 un equipo del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, en cooperación con un comité integrado por especialistas procedentes del Louvre, del British Museum, del museo egipcio de Turín, del Neues Museum de Berlín y el Rijksmuseum van Oudheden en Leiden, han emprendido la latera de convertirlo en un museo más acorde con los tiempos, rehabilitándolo y dando coherencia a la colección, que ha sido reorganizada ya en algunas de sus salas. Una remodelación que es respetuosa con la tradición y solera de la institución. Los visitantes del museo ya pueden percibir estos cambios y la primera parte del proyecto de rehabilitación ha sido inaugurada oficialmente el 21 de febrero.

Nueva presentación en la sala creada para exponer el tesoro de Psusenes

Algunas de las piezas que acogía el Museo de El Cairo han sido trasladadas en la última década al Gran Egyptian Museum (todavía sin inaugurar), al Museo de la Civilización Egipcia y al Museo de Hurgada; sin embargo, el centenario edificio en Tahrir continúa adelante su historia, con una colección extraordinaria que será visita obligada para los amantes del antiguo Egipto. El Museo Egipcio, aunque queda mucho por hacer, reemprende un nuevo camino como institución emblemática de la egiptología, conservando en su interior algunas de las antigüedades más relevantes legadas por la civilización faraónica.

Nueva presentación, iluminación… en Salas dedicadas al Imperio Antiguo