El kyphi, incienso mítico de los egipcios ha sido creado de nuevo
Por Coordinadores de AE
Creación: 3 abril, 2002
Modificación: 3 abril, 2002
Visitas: 8.354

Un centro de restauración de museos, un industrial y una «nariz» han reproducido este perfume que va a ser presentado, el 5 de abril, en EL Cairo para comprender mejor la química y las habilidades de los «cosméticos» del antiguo Egipto.

Empieza como una receta que fuera extraida de un tratado de alquimia polvoriento de antaño»Para hacer un excelente kyphi, moled y tamizad caña olorosa (1), citronela, menta y otros ingredientes.

Reservad la dos quintas partes del polvo así obtenido. Moled entonces la misma cantidad de genjibre y de raices olorosas. Mezcladlo todo y codiadlo de vino de oasis. Dejad reposar hasta la mañana siguiente. Añadid unos granos de (raisins epépines) y materias vegetales. dejad macerar cinco dias. Reservad. Por otro lado, hacer deducir, en buenas proporciones, una mezcla de inciendo macho y miel. Incorporad el fruto de la maceración dejad de nuevo reposar cinco dias. Añadir a la preparación así obtenida mirra finamente molida».

Filtro mítico, cuya composición era infinitamente más rica y la fabricación mucho más compleja de lo que hace suponer el resumen precedente, el kyphi era particularmente apreciado por los habitantes del antiguo Egipto. Los sacerdotes lo utilizaban , en fumigación, en sus ritos religiosos. Los médicos, o quienes hacian sus veces, por sus capacidades terapéuticas de provocar el sueño y apaciguar las tensiones. Puede ser tambien por sus fragancias sutiles y complejas, que hacia perder la cabeza a las bellas egipcias.

Para saberlo. Philippe Walter, investigador del CNRS y del centro de investigacion y restauracioón de los museos de Francia y Sandrine Videault, creadora de perfumes y «nariz independiente», en colaboración del fabricantes de cosméticos L’Oreal, han intentado reproducir la receta del kyphi. El resultado, fruto de largas semanas de paciente molienda, tamizaje, maceración, reducción y afinación será presentado, el viernes 5 de abril, en El Cairo, en ocasión de tres exposiciones organizadas por el museo de El Cairo. el Museo de El Louvre y el Museo Arqueológicode Marsella bajo el lema de «Perfumes y cosméticos en el Egipto antiguo».

Esta manifestación, nacida de una idea del Centro francés de cultura y de la cooperación de la embajada de Francia en El Cairo, es la continuación de trabajos, desde hace tiempo iniciados, sobre la cultura, la quimica y la belleza en el Antiguo Egipto. Investigaciones que hace ya tres años dieron lugar al descubrimiento de una sorprendente química de plomo utilizada con fines terapéuticos y cosméticos por los Egipcios (Le Monde, 17 de febrero de 1999). A pesar de los resultados prometedores, los investigadores se quedaron, sin embargo, «se centraron solamente en el analisis químico de los productos encontrados en las tumbas».

Más que de recorrer solamente al exámen químico de restos de maquillaje, pareció natural remontarse en el el tiempo y sumergirse en la «literatura» que los describe. «Pocos textos existen» reconoce el investigador. Sin embargo, las pinturas que adornan, cerca de Luxor, ciertas tumbas tebanas y, por ejemplo, las de una tumba anónima de la dinasía XVIII (reino de Tutmosis iV, aproximadamente 1300-1400 antes de Cristo) atestiguan operaciones de molienda, filtraje, maceración, decocción, de reducción y añadidos de substancias ligantes (2) que suponen una verdadera indústria de substancias perfumadas. Estos «cómics» solo son indicadores. Faltan las recetas precisas de estos maquillajes, unguentos y perfumes. Algunos, en parte, han resistido el tiempo como los del «Laboratorio» del templo ptolomaico de Edfú (II siglo a.c.), en la orilla oeste del nilo, al sur de Luxor, cuyos muros estan decorados por jeroglíficos relativos a los ingredientes utilizados.

Desgraciadamente no demasiado claros o completos para ayudar a los investigadores que, a falta de algo mejor, habrian podido acudir al l papiro de Ebers, un largo documento, descubierto en 1817 que data de 1500 A.C., que describe la composición de unas ochocientas pociones, substancias para las ceremonias religiosas y productos para los cabellos y cuidados de la piel.

«He leido montones de recetas, explica SandrineVideault. Recetas anti-arrigas y anti-envejecimiento. Recetas de kyphi que no utilizaban mas que diez ingredientes, otras que tenian cincuenta. Finalmente nos hemos quedado con una, la de Edfú que hemos completado con dieciseis ingredientes, descrita por el griego Plutarco» ¿La razón?» porque el texto del moralista griego era más fácil de traducir que el de los jeroglíficos.» La labor no ha sido fácil porque no era suficiente para tener éxito, de aplicar al pie de la letra la receta de este filtro que, dicen, «tenia el poder de llevar a la dormición, esclarecer los sueños, apaciguar las tensiones de la ansiedad cotidiana, llevando calma y tranquilidad a todos aquellos aquellos que lo respiraban.

El incienso, ciertamente es necesario, como precisa el texto de Plutarco. Pero, ¿cual? » Existen varias decenas de especies, de mirra, una quincena, explican Philippe Walter y Sandrine Videault. ¿¿Cual escoger?. ¿Cual o cuales los egipcios iban a buscar lejos de ellos? para la caña olorosa otros interrogantes.» Cómo comprender la utilización del Acorus Calamus, se interroga Sandrine Videault. ¿se trataba del tallo, del grano, del rizoma?.

Para la canela, ¿hay que tomar la hoja o la corteza?. Un verdadero trabajo de hormiga, en encuestador pacientemente nutrido del saber de historiadores, de antropólogos y egiptólogos. Un trabajo punteado de vacilaciones, de experimentaciones con elecciones, que al final, los investigadores esperan que seran el reflejo de una realidad difícil de verificar. ¿Esta síntesis de kyphy, o más problablemente de un kyphy, ha sido, desde un punto de vista estricto, científicamente inútil?

«Ciertamente no, respondePhilippe Walter. Esta operación, precisa, es una prolongación natural de las investigaciones que habiamos efectuado previamente sobre los maquillajes y los unguentos, con la colaboración del departamento de investigación de L’Oreal desde un punto de vista tanto químico como cosmético».

Todo este pasado viene hoy a añadirse al paciente, y a veces «sulfuroso» trabajo de sandrine Videault sobre la utilización de materias tóxicas como el Acorus calamus. Una investigación que hace la dicha de L’Oreal en la medida que revela que «los egipcios eran grandes perfumistas», que, muy pronto habían utilizado «una piramide olfativa con notas de cabeza, de corazón y de fondo» y que eran «maestros , en el pasado, en la elaboración de productos que recuperan los olores». de esto a retomar ciertas habilidades para crear perfumes de hoy en dia, hay un paso que Sandrine Videault no vacila en dar, en espera de quemar un poco de este kyphy moderno, para conocer sus matices.

Jean-François Augereau

Un asombroso acorde miel-incienso

Fue una experiencia «magnífica y sorprendente a la vez». Sorprendente cuando, al verter el vino de palma sobre el polvo obtenido en el mortero para fabricar el kyphi, los vapores «me han quemado la piel». «eso me picaba y me producia somnolencia» explica sandrine Vidault. Ciertos Acorus Calamus, la caña olorosa, que entra en la receta, es conocida por su toxicidad pero esto solo se experimenta al mezclarlo con el vino, mientras que no sucede durante la operación de molienda. Magnífica experiencia también, recuerda la creadora de perfumes «cuando se empieza a identificar las razones de la receta».

Así, en las dos primeras etapas » se está en la menta» mientras que en el momento de la maceración «son los matices especiados los que se manifiestan», Incluso para este «acorde miel-incienso» que yo no hubiera osado usar en tales proporciones». Hay, quizá, recetas de maestro, como las descritas por Plinio, a base de (benjoin) e incienso las cuales se reencuentran en las notas de los grandes perfumes modernos.

¿Cuestión de moda?

Si los egipcios han tirado mano de la galena y de la cerusita para fabricar maquillajes y ungüentos, han tenido igualmente el recurso de dos cloruros de plomo de color blanco, la lauronita y la phosgonita, que existen en estado natural, pero que los químicos, sin embargo, han demostrado que en Egipo era el producto de una síntesis voluntaria y orquestada. Otros trabajos, ligados a las investigaciones emprendidas el sitio de El-Adaima por Beatrix Midant-Reynes (Centre d’anthropologie, UMR 150, CNRS, Toulouse) y Eric Crubezy (Université Paul-Sabatier, Toulouse), han permitido interesarse en los productos «verdes», a base de cobre que,quinientos años antes, hicieron moda antes de los «negros» de la galena. Los cloruros y los silicatos de cobre utilizados, creiblemente originarios de yacimientos que afloran en el desierto del Sinai, han sido detectados en las paletas de piedra, como el pez de la época de Nagada (3.600 a 3.200 A.C.) reproducido aquí, que servia de mortero para moler estas substancias.

Fuente: Le Monde

Whatsapp
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *