El escandaloso «papiro erótico». Una pieza única expuesta en público por primera vez
Por Coordinadores de AE
14 febrero, 2003
Modificación: 19 octubre, 2017
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El célebre «papiro erótico», expuesto por primera ve en público, en la muestra sobre Deir-el-Medina es una pieza única, proveniente de la Colección Drovetti adquirida en el 1824 por el estado de los Saboya, primer núcleo del Museo Egipcio. Pero no lo busque4is en el catálogo (ed. Electa, pp. 305 e 37): solo en el último momento la superintendente Anna Maria Donadoni ha decidido, entre mil dudas, a sacarlo fuera de la papiroteca, donde está conservado al abrigo de ojos morbosos. «Veamos como va» dice » dentro de algunos días decidiremos. Es cierto que si el efecto fuese el de atraer a los escolares «in vena di battutacce…»

Figuraciones explícitamente pornográfica no son inusuales sobre los fragmentos de piedra calcárea pintada y en los grafittis del antiguo Egipto: en Deir-el-Bahari, cercano al templo de Hatshepsut, las paredes de una gruta están llenas de ellos, mientras que un ostracón expuesto en el palacio Bricherasio exhibe un hombre y una mujer desnudos abrazados de pie y enteramente dibujados de perfil (con una infracción deliberada de los cánones que querían que el cuerpo que en todos los casos fuera representado frontalmente), mientras que alrededor una serie de figuras mas pequeñas (los hijos?) los empujan al coito.

Pero el tema sexual aparece una única vez en el papiro, en la extraordinaria viñeta que finalmente todos podrán disfrutar (si la cosa no degenera) : sobre un rollo que se extiende en 174 cms. se ven parejas de todo tipo, con muchachas «assatanate» y sacerdotes priapescos con falos desbordantes, en una euforia contagiosa que comparten también con animales. Un poco demasiados, quizá, para los visitantes menos maliciosos. Pero ni siquiera un buen motivo puede ocultar el documente en el secreto. En el «Gabinetto erotico» del Museo Arqueológico de Nápoles, entre las piezas pompeyanas, hay de peores. Allí el problema ha estado resuelto limitando el acceso a los menores acompañados.

Fuente: La Stampa
http://www.lastampa.it/edicola/sitoweb/Cultura/art10.asp

Reseña: Montse Borrás

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