Museo Nacional de Alejandría (Alexandria National Museum – ANM).
Colección del museo nacional de Alejandría (enlace al artículo con fotos)
Con todo lo que Alejandría evoca, la ciudad fundada por el conquistador macedonio que le puso su nombre y que luego gobernarían los Ptolomeos fue descubierta tarde en lo que se refiere a la arqueología: de manera tímida en el primer cuarto del siglo pasado, con más fuerza en los años 60 y 70, en los subsuelos, y ya a finales de los 90, en el fondo del mar, en donde prácticamente yace. Por ello, todavía tiene mucho que ofrecernos en este sentido. A falta de un museo subacuático, proyecto en el que las autoridades egipcias trabajan con la UNESCO, Alejandría inauguró en el año 2003 el Museo Nacional de Alejandría (Alexandria National Museum, ANM). Este singular edificio recoge ya algunas de las piezas salvadas del mar y, como no puede ser de otra manera, pues faltan espacios adecuados todavía en el país para poder mostrarlas todas, dispone de una interesante colección de otros períodos del Antiguo Egipto.
Este museo no está en una sede cualquiera, sino en lo que fue la residencia de Al-Asaad Bassili, un rico comerciante de la madera que le encargó la tarea de construcción a un ingeniero francés al que le gustaba el estilo italiano y así fue que en 1926 levantó un palacio en blanco rodeado por un extenso jardín. En 1960 fue adquirido por los americanos para su consulado, pero en los años 90 los egipcios lo compraron para su uso como museo. Su acondicionamiento les costó un capital, pero ha merecido la pena, pues está a la altura de cualquier otro museo internacional que se precie.
El ANM está dividido en tres plantas y alberga más de 1.800 objetos que reconstruyen la historia de Alejandría y de Egipto.
La planta sótano está dedicada a la época faraónica, con piezas magníficas, además de varias momias que fueron obtenidas por la administración del museo. También se recrea una cámara funeraria. La planta baja corresponde al período grecorromano. En este lugar también se han colocado varias de las piezas rescatadas del fondo del mar de las últimas excavaciones subacuáticas. El primer piso es para la época copta e islámica.
Mensaje cultural
Hay que destacar que desde el Ministerio de Cultura se quiere modificar la función de los museos egipcios, no como edificios que simplemente almacenan piezas y las muestran, sino como transmisores de un mensaje cultural, en este caso, narrando la historia de sus habitantes a lo largo de la Antigüedad, siendo el de Alejandría el primero de estas características.
La decoración del museo no es casual, por ejemplo en lo que se refiere al color usado para pintar las paredes. Mientras que la sala faraónica está en azul, el color del viaje a la vida eterna, la sección grecorromana es de un color mármol, expresando la sensualidad y la alegría de la vida. Por el contrario, las zonas copta e islámica comparten el color verde.
Las piezas que se muestran no han estado antes nunca expuestas y provienen tanto de los almacenes del Museo Egipcio como del Copto e Islámico del Cairo. Otros artefactos provienen del Museo Grecorromano de Alejandría, todavía en reformas.
Destaca una estatua del rey Menkaure, el constructor de la tercera pirámide de Giza; una cabeza de una estatua de Akhenaton y una cabeza de la reina Hatshepsut. Hay también una delicada estatua de un escriba o de sirvientes realizando diversas actividades en su día a día, además de mesas de ofrendas, herramientas e imágenes de dioses. Como dije anteriormente, hay una réplica de una tumba similar a las del Valle de los Reyes y que contiene el ajuar funerario, los vasos canopos, un sarcófago antropoide con la momia en su interior, ushebtis y otros objetos de propiedad del difunto.
Aunque Alejandría fue una ciudad grecorromana de gran esplendor, no hay apenas objetos de este período, pero destacan unas figuras de terracota Tanagra que representan a damas vestidas al estilo griego, con niños o mascotas.
Del período romano se puede ver un busto del emperador Adriano y una estatua en granito de Caracalla, además de los primeros estudios científicos sobre el cuerpo humano realizados en Alejandría, con figuras en mármol de manos, piernas y torsos. Sin embargo, lo más destacable de esta sección es la parte dedicada a la arqueología subacuática. Para entender esta rama de la arqueología, hay fotografías explicando las últimas excavaciones marinas y se muestran los objetos rescatados en los últimos años del fondo del Mediterráneo en donde yace la ciudad original, como una estatua de basalto negro de un sumo sacerdote del templo de Isis, sacada en 1998, o una estatua de granito de Isis de 2,2 metros, hallada en mayo de 2001. También se ha rescatado del lecho marino una estela de granito del rey Nakhtnebef, que es una copia idéntica a la estela de Naucratis, descubierta en la también hundida ciudad de Heraclión.
Por último, la planta dedicada al mundo islámico y copto incluye iconos de Jesús, la Virgen y la Última Cena, así como lápidas de piedra con los primeros símbolos cristianos, aún con la influencia grecorromana y egipcia. En la parte islámica destaca una colección de 162 monedas de oro y plata, candelabros, cerámica decorada y puertas con una decoración geométrica increíble en marfil. También hay una bonita colección de objetos pertenecientes a la última familia real en Egipto, como joyas o vajilla de cristal.
Lo más destacable de este museo es que cuenta con un laboratorio de restauración y un sistema de seguridad de última generación. Además, en el sótano se ha adecuado una sala audiovisual para que los visitantes puedan recorrer el contenido por ordenador y ver cada pieza desde todos los ángulos. Por otro lado, el antiguo garaje que usaba el personal del consulado americano se ha adecuado como sala de conferencias para 150 personas y se puede disfrutar de un teatro al aire libre con un aforo de 800 personas.
Autora del texto y de las fotos (26 de junio 2019) Nieves García Centeno
El Museo de Alejandría abre sus puertas al público reseña de Montse Borrás en 2003 en la sección de Noticias de Amigos de la Egiptología