Museo del Mediterráneo en Estocolmo (Medelhavsmuseet)
Estocolmo se ha ido ganando el ser una de las capitales más bonitas del mundo. Ciudad elegante, bulliciosa, amable y bella. La Venecia del Norte, le dicen, y no se equivocan. Sus islas, a orillas del Báltico, reúnen los museos más espectaculares, no sólo por su contenido, sino por los edificios, tanto modernos como otros más señoriales, formando un decorado de cuento.
Como no podía ser menos, desde que el Antiguo Egipto fuera descubierto por Europa en el siglo XIX y se levantaron y recrearon museos para recibir estos tesoros entonces exóticos y preciados, Suecia no se quedó atrás. Por ello, Estocolmo tiene una interesante y amplia colección que en la actualidad se puede visitar en el Meedelhavsmuseet o de las Civilizaciones Mediterráneas. Piezas de todas las épocas que llegaron de diferentes maneras: ya desde finales del siglo XVIII por los comerciantes que las compraban en Alejandría y que fueron a parar a colecciones privadas, a hogares o a escuelas y que con el tiempo se fueron incorporando al Museo, o en el siglo XIX, por el flujo de antigüedades egipcias a Suecia de la mano de los exploradores que viajaron por el Nilo y recolectaron artículos que luego donaron a la Academia Sueca y al Museo Real.
Así, en 1826, el Museo Real recibió una gran donación del cónsul sueco en Egipto, Giovanni Anastasi, como momias, cofres, esculturas y relieves. En la década de 1860, los objetos egipcios fueron transferidos al recién creado Museo Nacional. Había ya unos 1.000 objetos. El primer egiptólogo de Suecia, Karl Piehl, publicó algo sobre inscripciones jeroglíficas, pero por lo demás, el interés en tener en el país una colección egipcia era aún pequeño.
Extracto del articulo La colección egipcia de Estocolmo de Nieves García Centeno con un amplio reportaje fotográfico en la subsección Museos y colecciones egipcias en el Mundo de la sección Museos y exposiciones de Amigos de la Egiptología
Agrademos la colaboración de Nieves García Centeno con el Atlas de Amigos de la Egiptología