Ramsés II está sentado mirando a la carretera que lleva a Can Maiol, la masía del siglo XVIII donde la Fundació Arqueològica Clos ha recreado el antiguo Egipto para que niños y adultos puedan aprender las técnicas de los arqueólogos.

Medio centenar de alumnos de cuarto curso de ESO, con chaleco, cubo, pala, brújula y pincel, se afanaban ayer por desenterrar tesoros ocultos de la época de los faraones. Pero no estamos en Egipto, sino a 20 kilómetros de Barcelona, en el Campus Arqueològic que a partir del próximo día 10 se abrirá al público para que todos, interesados y curiosos, puedan investigar y aprender a respetar el patrimonio.

Es una experiencia única en Europa. De las 16 hectáreas que tiene la finca -cedida por el Ayuntamiento de la población a la Fundación por un período de 25 años renovables-, ahora se ocupan 7 hectáreas, dedicadas al Antiguo Egipto. En el 2002 el centro se ampliará a tumbas precolombinas y a Roma, más adelante a los vikingos, a la antigua China y a los íberos.

Todo es de cartón piedra, pero la simulación es perfecta. Cada grupo, guiado por un monitor, «excava» su tumba hasta dar con el hueso de un esqueleto, con un sarcófago, con un vaso canopo. Los escolares aprenden a descubrir e interpretar el mundo, a valorar el patrimonio y la herencia cultural.

Doscientos millones de pesetas se han invertido en restaurar la masía y en recrear a escala los primeros yacimientos. Durante la semana, 110 niños, a partir de los 9 años, podrán «jugar» a los descubrimientos. Los fines de semana el Campus Arqueològic se abrirá para adultos y familias, o para ejecutivos que prefieran la arqueología a la guerra para divertirse y trabajar en equipo.

El interior de la masía lo ocupan los talleres de momificación y jeroglíficos. En el exterior, los «arqueoespais», la zona de excavación donde están escondidas seis tumbas del periodo predinástico, tres tumbas del imperio nuevo y la gran tumba de Sennendjem, una réplica a escala real de la que descubrió el año 1888 el egiptólogo catalán Eduard Toda.

Los programas didácticos diseñados para este Campus Arqueològic se adaptan a la edad y conocimientos de los participantes. «Descubrir el mundo de la arqueología», «Excavar y estudiar el pasado» y «En busca de los faraones» son los primeros que se han puesto en marcha.

Se trata, en definitiva, de un parque temático para divertir instruyendo, y para pasar todo el día, con comida incluida, por 18 euros (casi 3.000 pesetas). Cuando esté acabado, tendrá capacidad para 240 aprendices de arqueólogo. Estará abierto durante las vacaciones y podrán hacerse colonias de verano.

Arqueología, dibujo, topografía… Cada participante podrá elegir su actividad, según sus conocimientos y preferencias. Los del taller de momificación, por ejemplo, quitan las vendas de la momia y aprenden las técnicas de conservación del cuerpo. Mientras tanto, fuera, un grupo ha terminado de excavar la tumba del escriba Naag y su mujer, la cantora Merit. Otros han desenterrado un esqueleto en posición fetal y el resto han descendido a las entrañas de la tierra, provistos de linternas, hasta dar con la tumba sellada que les abrirá los ojos a las maravillas ocultas.

Teresa Padrós, alcaldesa de Palau de Plegamans; Jordi Clos, presidente de la fundación, y Juan Ramírez, director general de Würth, firmaron ayer los convenios de colaboración y mecenazgo que permiten llevar adelante el proyecto. El municipio aporta la masía y becas para alumnos. La empresa alemana ha donado 60 millones de pesetas que, con los 200 de la fundación, han hecho posible crear esta «misión» arqueológica, lúdica e instructiva. Ya no hay que viajar a Egipto para ver una pirámide: pronto tendremos una en estamasía de Can Maiol. Será en el 2004, para la culminación del Campus.

Fuente: La Vanguardia
http://www.vanguardia.es/cgi-bin/noticia.pl?dia=05_12&link
=vb0546a&sec=cul