Conclusión de la investigación
El hombre en su interés de encontrar la forma de imitar el cristal de roca y las gemas preciosas que nos brinda la naturaleza, logró desarrollar en el Antiguo Egipto el vidrio, material que revolucionó la orfebrería y el ajuar funerario alcanzando su máximo esplendor durante el Imperio Nuevo.
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La técnica de trabajar el vidrio en sus orígenes fue con una caña de madera o carrizo cubierta de barro con la finalidad de que soportara el calor del material fundido y para facilitar su manipulación con la pinza. De igual forma la caña cubierta de barro era indispensable para ayudarse a pasar la mezcla vítrea a los pequeños moldes de barro en los cuales se fabricaban placas de vidrio para trabajar posteriormente en frío. Más tarde con el desarrollo de los metales se pasa al uso de la caña de metal, la cual era más resistente al calor; por último como parte de la evolución tecnológica en el periodo grecorromano se pasa al proceso de soplar el vidrio en grandes producciones logrando fabricar piezas muy delgadas. No hay otra forma de tomar del crisol la materia prima fundida y trabajar los recipientes huecos encontrados en la antigüedad sin las dos herramientas que aun en la actualidad siguen siendo los mismos utensilios desde hace cuatro mil años; la caña y la pinza.
La fabricación del vidrio en el Antiguo Egipto es un misterio develado, no es un hecho aislado, es un proceso técnico que está documentado en una gran cantidad de tumbas, zonas arqueológicas y restos físicos que prueban no solo su origen y antigüedad sino el desarrollo de los diferentes procesos y herramientas utilizadas y su por demás comprobada utilización ritual. El vidrio se vuelve utilitario a partir del triunfo del Imperio Romano en el país del Nilo
