El Cairo regala al viajero lugares insospechados, únicos, que quedan anotados en el registro de nuestra memoria para siempre. Sin duda uno de ellos es Al Mukattam.
El nombre esconde sitios como Tura en el sur, de donde su piedra caliza de calidad cubrió las pirámides de la cercana Guiza o como Gebel El Ahmar (Monte Rojo); al norte a orillas del barrio cairota de Abbasiyya, un barrio con casas de estilo europeo; cabe añadir que esta montaña fue considerada sagrada antes del Islam, donde monasterios cristianos, oratorios o cuevas de ascetas, dieron carácter y leyendas al lugar, donde en una de ellas se dice que Dios hablo a Moisés.
Sin duda otro de los lugares que recomendados es la Iglesia de la Roca de San Simeón. Un lugar que deja sin palabras al visitante, expresiones como, inimaginable, increíble, grandioso, no hacen justicia a este antiguo lugar sagrado, hoy un lugar de plegaria, de oración, donde miles de cristianos se reúnen en las fechas principales del calendario ortodoxo copto.
El lugar asombra, el aforo de la cueva/iglesia de San Simeón es de 4.000 personas, pero es que el de Santa María puede acoger a 20.000. Los grabados en las paredes, las estatuas, la iconografía en los altares, su grandeza, todo el lugar es una maravilla.
Para poder acceder a las iglesias de San Simeón y de Santa María es imprescindible pasar por Manshiyat Naser, por el barrio de los Zabbaleen.
Manshiyat, la ciudad basura
En este barrio deEl Cairo viven unas 60.000 almas, son los zabbaleen, literalmente significa “gente basura”, cristianos coptos que concentrados en una parte del barrio llamada Garbage City, se dedican a recuperar y a seleccionar basura. Es difícil para nosotros comprender, ni siquiera asimilar como se pueda vivir así, la suciedad, la penuria, el olor, lo invaden todo; pero ellos viven allí, van a la escuela, tienen tiendas, trabajan reciclando, cada amanecer es un nuevo día y siguen luchando.