El ratón y el gato
Por Susana Alegre García
1 junio, 2007
Modificación: 23 abril, 2020
Visitas: 16.686

Época: Dinastías XIX-XX (1293-1070 a. C.)
Dimensiones: Altura: 9 cm. Ancho máximo: 12’5 cm.
Material: Piedra caliza pintada. Ostracon.
Lugar de conservación: Musées Royaux d’Art et d’Histoire, Bruselas.
Lugar de localización: Con toda probabilidad procede de Deir el-Medina. Fue adquirido por el Musées Royaux d’Art et d’Histoire en Luxor en 1930[1].

Las excavaciones en Deir el-Medina han permitido que podamos conocer muchos aspectos de la vida más cotidiana de un pueblo dedicado a la creación artística. Entre los documentos excepcionales que este singular yacimiento ha conservado, se encuentran un gran conjunto de fragmentos de pieza caliza, de forma irregular, sobre la que estos creadores realizaron sus apuntes, aprendizajes, bocetos, ensayos, proyectos, planos…

También algunas de las imágenes que fueron representadas sobre estos rudimentarios soportes han alcanzado gran celebridad por su belleza, como por ejemplo la célebre contorsionista de larga cabellera que se conserva en el Museo Egipcio de Turín. No obstante, uno de los aspectos más relevantes de las ostracas figurativas, por su excepcionalidad, son las que responden a un objetivo de divertimento. No se tratan de creaciones de encargo más o menos encorsetadas por la voluntad y gustos de los financiadores, ni de la solemnidad de los ámbitos rituales o litúrgicos; se trata de expresiones de responden a una motivación satírica, cargadas de sentido del humor y burla[2].

Ostracon satírico del ratón y el gato. Dinastías XIX-XX. Musées Royaux d'Art et d'Histoire, Bruselas. Foto en el catálogo de la exposición Les artistes de Pharaon. Deir el-Médineh et la Vallée des Rois, París, 2002, p. 187.

Ostracon satírico del ratón y el gato. Dinastías XIX-XX. Musées Royaux d’Art et d’Histoire, Bruselas. Foto en el catálogo de la exposición Les artistes de Pharaon. Deir el-Médineh et la Vallée des Rois, París, 2002, p. 187.

Entre la colección de ostracas de carácter satírico, una de las más representativas se conserva en el Musées Royaux d’Art et d’Histoire[3] (Fig. 1). Sobre la superficie de una lasca irregular de caliza se recoge un tema que es realmente un clásico de todos los tiempos y que se basa en el antagonismo entre ratón y gato; es decir, entre presa y cazador. No obstante, la parodia se expresa precisamente en la dislocación de esa realidad, mostrando así una situación imposible y cómica.

La escena está protagonizada por los dos animales, representados de un modo absolutamente impropio y situados a cada lado de una mesita sobre la que se ha colocado un grandioso pato desplumado. A la izquierda, en una actitud antropomorfa, la rata se muestra sentada sobre un taburete y engalanada con un faldellín largo de lino blanco. En esta cómoda postura, el roedor se deleita con el perfume de una flor de loto que eleva con la mano izquierda; mientras que con la otra sostiene lo que parece ser una cinta de tela, elemento considerado una de las ofrendas básicas del ritual funerario y también frecuentemente representada en los templos como dádiva a la divinidad.

A la derecha, sorprende la figura de un gato que se sostiene erguido sobre las patas traseras mientras abanica a la rata. El felino carece de vestimenta, pero lleva un largo bastón. Este elemento era un tradicional emblema de distinción, aunque  difícilmente puede tener aquí esa lectura. En realidad, más bien parece tratarse de una alusión que subraya la posición innatural del animal, indicando que necesita un elemento de apoyo para sostenerse. El bastón, además, destaca la posición desvalida del gato en relación con la plácida comodidad del ratón, incrementando su actitud servil y enfatizando el tono irónico e irreal  de la escena.

Ostracon fragmentario que muestra a ratón sobre una silla con respaldo. Dinastías XIX-XX. Aunque se conserva sólo de forma parcial, se puede intuir que el resto de la escena posiblemente fuera muy parecida a la Fig. 1. Foto en el catálogo de la exposición Les artistes de Pharaon. Deir el-Médineh et la Vallée des Rois, París, 2002, p. 186

Ostracon fragmentario que muestra a ratón sobre una silla con respaldo. Dinastías XIX-XX. Aunque se conserva sólo de forma parcial, se puede intuir que el resto de la escena posiblemente fuera muy parecida a la Fig. 1. Foto en el catálogo de la exposición Les artistes de Pharaon. Deir el-Médineh et la Vallée des Rois, París, 2002, p. 186.

Por sus características, la imagen del ostracon constituye claramente una parodia de las habituales escenas de adoración, ofrenda y banquete funerario. Escenas protagonizadas por dioses y monarcas, así como por altos dignatarios y secundariamente por sus servidores. De hecho, tanto la alabanza como la ofrenda de alimentos son temáticas constantes en la iconografía religiosa egipcia.

Ostracon satírico de rata-juez y gato-sirviente, castigando a un humano. La sátira se hace aquí más cruel, plasmando una especie de -rebelión de los animales-. Dinastía XIX. Foto en R. y J. JANSSEN, Egyptian Household Animals, Londres, 1989, p. 61, Fig. 51.

Ostracon satírico de rata-juez y gato-sirviente, castigando a un humano. La sátira se hace aquí más cruel, plasmando una especie de -rebelión de los animales-. Dinastía XIX. Foto en R. y J. JANSSEN, Egyptian Household Animals, Londres, 1989, p. 61, Fig. 51.

El tono humorístico de la escena representada sobre este ostracon conservado en Bruselas, se basa fundamentalmente en la sustitución de personas por animales. Ello es un recurso habitual en el contexto de las escenas paródicas y constituye una especie constante en las temáticas iconográficas burlescas. También es frecuente la representación de las presas y sus depredadores en marcos inhabituales, como por ejemplo gacelas jugando al senet con leones. En realidad, la contraposición de ratón y gato puede haber sido una especie de clásico en el terreno de la iconografías satíricas, habiéndose localizado otros ejemplos, o muy similares (Fig. 2 y 3), pero también se han conservado temáticas distintas protagonizadas por estos antagonistas donde la rata puede llegar incluso a usurpar la posición habitual del faraón guerrero, convirtiéndose entonces los gatos en mascotas bajo sus órdenes y en soldados (Fig. 4).

Ostracon de la rata-faraón en batalla. Dinastías XIX. La sátira plasmada en este papiro conservado en Turín ridiculiza las escenas en las que monarcas como Ramsés II, acompañados de su mascota león, se lanzaban contra los enemigos. Aquí diversos personajes animales sustituyen a los protagonistas de la heroica escena tradicional. Foto en P. F. HOULIHAN, Comic Relief in Ancient Egyptian Art, Ancient Egypt, mars/arpil, 2002, p. 19

Ostracon de la rata-faraón en batalla. Dinastías XIX. La sátira plasmada en este papiro conservado en Turín ridiculiza las escenas en las que monarcas como Ramsés II, acompañados de su mascota león, se lanzaban contra los enemigos. Aquí diversos personajes animales sustituyen a los protagonistas de la heroica escena tradicional. Foto en P. F. HOULIHAN, Comic Relief in Ancient Egyptian Art, Ancient Egypt, mars/arpil, 2002, p. 19.

El tono cómico de la escena del ostracon (Fig. 1), también viene definido por tratarse de un contexto que es además teóricamente muy solemne. A ello sumar que son animales enemigos y que mantienen una terrible pugna, sin embargo, aquí la presa es alimentada por el depredador. En este mundo al revés, además, el receptor de la alabanza es una rata, que también es ofrendada con un espectacular pato; manjar que, sin duda, haría las delicias del felino pero que resulta impropia de un roedor. De modo que la intensidad cómica se consigue a través de diversas dislocaciones de la normalidad, pero desde luego hay un aspecto que no se puede olvidar: una rata es aquí la encarnación de un alto dignatario. De modo que teniendo en cuenta el referente iconográfico, el juego de ironías podría llevarnos hasta la crítica social.

Puede que la sátira del ratón y gato sea un instrumento para dar cabida a ciertas insatisfacciones o reproches sociales, ya que, en definitiva, es la rata la que recibe los cuidados y el enorme pato entregado por el servil gato: ¿acaso están insinuando los artistas egipcios que determinadas personas equiparables a desagradables animales les arrebatan sus alimentos?. Puede que aquí, en esta escena satírica, el felino se muestre sumiso e incluso que mantenga con dificultades el equilibrio, pero a la hora de la verdad cazará al ratón y será su «manjar».  ¿Hay en este ostracon un anhelo de rebelión social?. ¿Será el gato, es decir, el servidor, el que finalmente se comerá el pato y al propio ratón?.

La rivalidad entre el ratón y el gato sirvió a los artistas egipcios como recurso para burlarse de algunos aspectos del mundo en que vivieron, aunque sin duda en el caso que nos ocupa es evidente que hay además una ridiculización caricaturesca del propio trabajo efectuado por los habitantes de la aldea de Deir el-Medina. La representación cómica del ostracon se inspira, sin lugar a dudas, en las mismas escenas que tan frecuentemente realizaron estos creadores en la ornamentación de las Moradas de Eternidad de faraones, sacerdotes, altos dignatarios, funcionarios… etc. Obras que constituían el eje de su trabajo y de su vida.

Las otraca satíricas, con la inmediatez de sus trazos rápidos y libres, nos aproximan al sentido del humor egipcio, a su capacidad de burla y a su destreza a la hora de realizar caricaturas. Plasman, en definitiva, la maestría de unos artistas capaces de burlarse de su entorno, de sus dirigentes, de sus tradiciones e incluso de ellos mismos.


Notas:
[1] M. WERBROUCK, Ostraca à figures, Bulletin des musées royaux d’art et d’histoire 6, 1934, p. 139, Fig, 32. También en A. MINAULT-GOUT en Ostracon figuré satirique: souris servie par un chat en el catálogo de la exposición Les artistes de Pharaon. Deir el-Medineh et la Vallée des Rois, París, 2002, p. 186.
[2] Sobre diversos aspectos relativos a la plasmación del humor en la literatura y en el arte el Antiguo Egipto ver B. VAN DE VALLE, L’Humour dans la littérature et dans l’art de l’ancienne Égypte, Leiden, 1969. También en P. H. HOULIHAN, Comic Relief in Ancient Egyptian Art, Ancient Egypt, vol. 2, mar/april, 2002, pp. 14-21.
[3]
Inv. E 6727.

 

Autora Susana Alegre García

Whatsapp
Telegram