Egipto en los oráculos proféticos bíblicos. Estudio de Isaías 19
Por Sergio Fuster
1 abril, 2011
Modificación: 22 mayo, 2020
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La redacción de Isaías 19: 1-25 está dentro de un conjunto de profecías “contra” naciones extranjeras a Israel. El estudio de este capítulo puede dividirse en dos partes: los versículos 1-15 que destacan un juicio condenatorio sobre Egipto, mientras que los versículos 16-25 son un oráculo sobre la “conversión” de Egipto a Yahvé. La coexistencia de estas dos porciones yuxtapuestas muestran un proceso hermenéutico de la intención proselitista y tiende a destacar la actitud salvadora de Yahvé. Es interesante notar que un esquema que se repite en muchos oráculos isíacos es el de condena seguida de promesa restauradora; es decir, la condena contra el enemigo de Yahvé y la promesa con estructura salvífica.

Menfis1

Fig. 1. Vista de las ruinas de Menfis, la bíblica Nof. Foto de Susana Alegre García

Veamos Isaías 19: 1-15

1. Yahvé se ha montado en una rápida nube, y llega a Egipto. Los ídolos de Egipto tiemblan al verle y a los egipcios les falla el corazón.
2. «Azuzaré a los egipcios unos contra otros y se pelearán los hermanos entre sí, un amigo con otro, una ciudad con otra, un reino con otro reino.
3. Egipto no sabrá qué hacer, echaré a perder su prudencia. Irán a consultar a los ídolos, a los adivinos, a los magos y a los brujos.
4. Entregaré a Egipto a un amo sin corazón; un rey cruel los gobernará, dice el Señor Yahvé de los Ejércitos».
5. Desaparecerá el agua del mar, su río no correrá y quedará seco;
6. Los arroyos quedarán infectados, el agua de sus canales disminuirá y se secará.
7. Las plantas que están a orillas del Nilo como los juncos y las cañas se marchitarán, todos los sembrados regados por el Nilo se pondrán amarillos, se secarán y no quedará nada.
8. Los pescadores se quejarán, todos los que tiran el anzuelo en el Nilo andarán tristes, los que extienden la red en el agua se lamentarán.
9. Estarán de muerte los que trabajan el lino, y los que lo limpian y lo hilan, también.
10. Los tejedores quedarán apenados y todos los obreros, desanimados.
11. ¡Son unos estúpidos los príncipes de Zoán! Los sabios de Faraón forman un ministerio de imbéciles, y todavía dicen al Faraón: «Yo soy un alumno de sabios, un alumno de antiguos reyes.»
12. ¿Dónde están tus sabios? Que te digan si lo saben, y que adivinen lo que ha decidido hacer con Egipto Yavé de los Ejércitos.
13. Están locos los príncipes de Zoán, y se engañan los príncipes de Nof, pues hacen desviarse a Egipto ellos, que son los jefes de sus tribus. Yavé les suministró una droga para que pierdan los sentidos.
14. Por eso, Egipto lo hace todo al revés, como un borracho atontado que vomita.
15. Y ya de nada le aprovecha a Egipto lo que pueden hacer la cabeza o la cola, la palmera o el junco.

En los primeros versículos 1-4 se muestra el fracaso político egipcio, se visualiza una manifestación del poder de Yahvé sobre las nubes. Es interesante que este esquema es común en las hierofanías de algunos dioses del mundo bíblico como Baal. Ante tal manifestación de poder, los dioses de Egipto tiemblan y a sus adoradores también les tintinea el corazón. En esta porción se atenta contra las prácticas mágicas del país del Nilo, que recurren a “dioses falsos” en vez de acudir al “Dios verdadero” por ayuda efectiva. Encontramos aquí una propaganda profética en pro del monoteísmo emergente.

Al hablar de una lucha “reino contra reino”, quizás aluda a la pelea entre el Bajo y el Alto Egipto y la inestabilidad reinante en aquellos tiempos (Ezequiel 29: 3; Joel 3: 19).

Israel recuerda, mediante las profecías de Isaías la penosa esclavitud en el país del Nilo (Éxodo 1), ahora le toca al esclavizador ser esclavizado, sufrir castigo por un “rey cruel” (versículo 4). Puede que aluda a la dominación etíope (Dinastía XXV) o tal vez al temor de la invasión asiria de Sargón II, si bien fueron sus sucesores quienes azotaron a Egipto.

En versículos 5-10 Yahvé, como antaño, envía otra plaga contra Egipto, la sequía, otra vez da contra su corazón económico; ya que las plantas, los juncos y las cañas se marchitarán, como el limo negro que siempre fue una bendición para ese pueblo se volverá amarillo. En versículos 11-15 es donde los consejeros egipcios son ironizados. Menciona varias ciudades como Zoán (Tanis) y Nof (Menfis), estas no se darán cuenta de nada (de la amenaza divina) confiados en la protección de sus dioses, como si Yahvé les hubiera dado un narcótico (literalmente borracho por vino).

Veamos Isaías 16-25

16. Ese día, los egipcios comenzarán a temblar de susto y terror como las mujeres, cuando vean que Yavé agita su mano.
17. Egipto le tendrá miedo al país de Judá; cada vez que alguien se acuerde de los judíos se pondrá pálido de susto, porque recordará las amenazas de Yahvé de los Ejércitos.
18. Entonces habrá en Egipto cinco ciudades que hablarán la lengua de Canaán, y que jurarán por Yahvé de los Ejércitos. Y de ellas una se llamará Ciudad del Sol.
19. Aquel día, se levantará un altar a Yahvé en medio del país de Egipto y cerca de la frontera se colocará un monumento de piedra a Yahvé.
20. Este será para Yahvé de los Ejércitos una señal y un testimonio en el país de Egipto. Y cuando se vean oprimidos y pidan socorro a Yahvé, éste les mandará un salvador que los defenderá y libertará.
21. Así, Yahvé se dará a conocer a los egipcios y éstos, al conocerlo, le honrarán con sacrificios y ofrendas. Harán votos a Yavé y los cumplirán.
22. Pues bien, si Yavé ha castigado estrictamente a los egipcios, también los sanará. Se volverán a Yahvé, que los atenderá y los consolará.
23. Y habrá entonces un camino que vaya de Egipto a Asiria. Los asirios irán a Egipto y los egipcios a Asiria; Egipto y Asiria servirán a Yahvé.
24. Por último, Israel se juntará con Egipto y Asiria, y esto será una bendición para el mundo entero.
25. Yahvé de los Ejércitos lo bendecirá con estas palabras: «Benditos sean mi pueblo de Egipto y Asur, la obra de mis manos, e Israel, mi herencia.»

Mientras que la primera parte hablaba de lo local y de condena; aquí se asume un lenguaje universal y desalvación. Esta porción está compuesta de seis breves oráculos que comienzan con la expresión: “aquel (ese) día”. Estos, aunque pudieron estar originalmente en forma independiente, conforman en líneas generales una estructura bastante cerrada. Los egipcios recordarán a los israelitas con miedo recordando las obras de Yahvé. El oráculo parece dirigirse a los habitantes del país del Nilo, aunque también hay que recordar que desde antiguo hubo israelitas radicados en Egipto (2 Reyes 23: 34; Jeremías 24: 8).

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Fig. 2. Foto de una Biblia inglesa, tomada de: http://es.wikipedia.org/wiki/Libro_de_Isa%C3%ADas

 

Los versículos 19-20 hablan de la presencia cúltica de Yahvé y se menciona para ello la instauración de una estela (señal) con un fin unidor y que al mismo tiempo sirva como símbolo de la presencia de Yahvé y su propósito liberador. En todo el bloque paleotestamentario está asociado la “roca” con “culto” y “recuerdo”. Esto quizás nos evoque el clamor de los israelitas durante su cautividad en Egipto, como una instancia mítica narrativa y que en aquella ocasión Yahvé realizó un acto salvífico y a partir de allí se coloca la “señal”.

Los egipcios serán convertidos: “heridos” y “curados”. Es interesante esta idea de disciplina a través del dolor y la calamidad (Isaías 30: 20). Isaías muestra a Yahvé como el gran educador de naciones. En “aquel día” habrá una “calzada” con Asiria (en hebreo “mesillá”, literalmente: “pasaje”) que marca la comunicación entre Asiria y Egipto y alude a las buenas relaciones que tendrán. En el pasado Yahvé hizo calzadas en el sentido que abrió caminos para la liberación de su pueblo. Ambos servirán a Yahvé (literalmente “a sus propósitos”) y bajo una mirada más universalista, Yahvé abre la posibilidad de su adoración a otros pueblos extranjeros. Israel, que está en el “centro” geográfico entre Asiria y Egipto, será un mediador. Antes que los ejércitos asirios pasen a Egipto, serán bendecidos por el pueblo de Yahvé.

Bibliografía

L. Alonso Schökel, Profetas I, Madrid, 1980.
J. Asurmendi, Isaías 1-19, Madrid, 1981.
H. Cazelles, Introducción crítica al Antiguo Testamento, Barcelona, 1981.
J. Croatto, Isaías 1-39, I, Buenos Aires, 1989.
O. García de la Fuente, La cronología de los reyes de Judá y la interpretación de algunos oráculos de Isaías 1-39, Buenos Aires, 1972.
C. Schvindt, “Análisis literario y de la relectura de las tradiciones de Isaías 19: 16-25” en Revista bíblica 48 (1986), pp. 51-59.
L. Sicre, Los Dioses olvidados, Madrid, 1979.

 

Autor Prof. Sergio Fuster 

 

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