La nariz de la Esfinge de Guiza
Por Susana Alegre García
4 enero, 2016
Fig. 1. Grabado realizado por F. L. Norden, que recorrió Egipto entre 1737-38,
y que forma parte de la colección de Santiago Entrena Gil.
Imagen gentileza de Santiago Entrena Gil a Amigos de la Egiptología-AE.
Modificación: 24 abril, 2020
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La Gran Esfinge es uno de los monumentos más célebres e impresionantes legados por el antiguo Egipto. La imagen pétrea y grandiosa, que se alza ante las pirámides de Guiza con su rostro solemne y su cuerpo de león, es un foco inevitable de atracción y de asombro. No es raro que los primeros viajeros occidentales que la vieron se quedaran perplejos por sus dimensiones y por su aspecto; una visión sorprendente que a algunos les inspiró serenidad y belleza, mientras que otros interpretaron el monumento con cierta aprensión y sobrecogimiento. De hecho, la tradición de turbación y hasta temor ante la Esfinge queda perfectamente plasmada en el nombre árabe del monumento: «Abu el-Hol», el padre del terror.

Ya sea fascinados por su expresión serena o por su aspecto inquietante, lo cierto es que al mirar la Esfinge parece que surge un interrogante recurrente: ¿qué le ha ocurrido a su nariz? Ciertamente los daños en esta parte de la cara llaman la atención, teniendo en cuenta que el resto del rostro parece mucho mejor preservado.

Entre 1798-1801 Egipto sufrió la conquista napoleónica y es en este periodo cuando se supone que las tropas francesas destrozaron la nariz de la Gran Esfinge, ya sea mediante cañonazos o acribillando el monumento egipcio a balazos. Un singular modo, en teoría, de afinar la puntería o de entretenerse en despótica diversión. Sin embargo, lo cierto es que resulta chocante que un ejército capaz de aplaudir ante la magnificencia de las ruinas de la antigua Tebas [1] y que estuvo acompañado por un amplio grupo de sabios que iban a publicar la primera gran obra científica de la egiptología «La Description de l’Égypte»[2], fueran a la vez tan insensibles al legado faraónico como para destruirlo con su armamento. Además, para desagravio a Napoleón y a su ejército, hay que tener en cuenta que es sabido que la Esfinge de Guiza ya carecía de nariz antes de que el ejército de Napoleón pisara tierras egipcias.

Aunque en los dibujos y grabados de los viajeros que visitaron Egipto en siglos pasados muchas veces se muestran idealizaciones, interpretaciones o reinvenciones de lo que sus ojos vieron; lo cierto es que en otros casos sí que existía un deseo de rigor y verosimilitud, intentando no dar alas al impulso imaginativo. Y es precisamente en uno de los grabados de uno de estos viajeros, Frederik Ludwik Norden [3], donde podemos observar que la Gran Esfinge carecía ya de nariz en 1737 (Fig. 1). En definitiva, Norden muestra que la Esfinge estaba dañada al menos 61 años antes de la llegada de Napoleón al Nilo.

Los quebrantos en la nariz de la Gran Esfinge, en realidad, parece que se remontan a tiempos mucho más remotos, al menos a juzgar por las explicaciones ofrecidas por el historiador árabe al-Maqrizi en el siglo XV [4], cuando narra que la esfinge de Guiza fue víctima del iconoclasta y líder sufí Muhammad al-Dahr Sa’im en el año 1378, quien por lo visto consideró ofensivo que los campesinos egipcios desarrollaran supersticiones relacionadas con la Esfinge, a cuya imagen incluso realizaban ofrendas para propiciar adecuadas inundaciones y conseguir buenas cosechas. Sa’im al-Dahr atacó por este motivo el monumento faraónico, destrozando su nariz y dañando también las orejas. Poco después sus actos fueron juzgados y considerados vandálicos, y el culpable fue colgado.

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Fig. 2. Esfinge de Guiza en la actualidad.
Foto de Susana Alegre García.

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Fig. 3. Esfinge de Guiza en la actualidad.
Foto de Susana Alegre García.

La Esfinge de Guiza es un monumento muy antiguo y fascinante, cuya cabeza ha estado expuesta a la intemperie durante milenios (el cuerpo ha quedado algo más preservado al estar enterrado por la arena a lo largo de muchos siglos). De modo que, sin lugar a dudas, el mayor culpable del deterioro del monumento es el inexorable paso del tiempo [5]. La nariz, más expuesta que otras zonas, ha resultado especialmente dañada en un rostro desgastado por inclemencias climáticas como el viento del desierto, el azote de la arena y los cambios de temperatura. A ello hay que sumar, mucho más recientemente, los graves estragos causados por la contaminación y las nocivas filtraciones de aguas subterráneas que socavan su integridad estructural, sin olvidar los efectos indeseados causados por restauraciones no siempre demasiado cautas. También la intolerancia y la irresponsabilidad han marcado su destino, aunque esperemos que esta obra maravillosa se mantenga en pie mucho tiempo y que las últimas medidas emprendidas puedan preservar este monumento para el disfrute de las generaciones futuras.

Susana Alegre García
Coordinadora de las Secciones de Arte https://www.egiptologia.com/arte.html y de Egiptomanía https://www.egiptologia.com/egiptomania.html de Amigos de la Egiptología – AE

Notas:
[1] Anécdota recogida por Vivant Denon en Voyage, obra en que plasma sus vivencias durante la conquista napoleónica de Egipto y publicada en 1802: «…de pronto, el ejército, como un solo hombre, se detuvo lleno de asombro ante la vista de estas ruinas dispersas, y todos batieron palmas de alegría, como si el fin y el objeto de sus gloriosos afanes, y la propia conquista de Egipto, se hubiera alcanzado con la toma de posesión de los espléndidos restos de esta antigua metrópolis».
[2] Algunos aspectos de esta singular obra, pionera de la egiptología, en Aventuras de la Egiptología https://www.egiptologia.com/historia-de-la-egiptologia/611-aventuras-de-la-egiptologia.html
[3] Marino y viajero aventurero, nacido en Glückstadt en 1708 y fallecido en París en 1742. En 1737-1738 remontó el Nilo, llegando hasta la Segunda Catarata. En su recorrido por tierras egipcias realizó cientos de dibujos y descripciones que se publicaron tras su muerte en la obra en dos volúmenes: Voyage d’Égypte et de Nubie, Copenhague, 1750-1755.
[4] Ver en https://es.wikipedia.org/wiki/Al-Maqrizi
[5] Imágenes sobre la evolución del estado de la Esfinge y algunas de las restauraciones en Exposición de fotos de la Esfinge en Arlés
https://www.egiptologia.com/noticias/1-ultimas-noticias-sobre-egipto/3843-2015-08-25-19-48-11.html

 

Autora Susana Alegre García

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