La dimisión de Zahi Hawass vuelve a abrir el debate sobre la repatriación de material arqueológico a países en desarrollo. Hawass es famoso por sus intensas campañas públicas exigiendo la devolución de material arqueológico extraído de Egipto de manera ilícita.
Sin embargo, el controvertido ataque al Museo Egipcio de El Cairo ha puesto de relieve la dificultad de defender el patrimonio histórico en tiempos de inestabilidad. A esto se suman las acusaciones de corrupción y mala praxis contra Hawass, que parecen minimizar sus esfuerzos por recuperar el patrimonio histórico de Egipto. Su gorro fedora, reminiscente de Indiana Jones y su participación en un gran número de documentales han sido objeto de denuncia por parte de la comunidad arqueológica egipcia, que acusan al ministro de estar endiosado y de atribuirse el trabajo de otros.
Sin embargo, para Zahi Hawass, el uso de los medios de comunicación es un punto clave para promocionar Egipto, el trabajo de arqueólogos nacionales y obtener el apoyo del público en su lucha por la repatriación de material arqueológico.
Sea como fuere, lo cierto es que la personalidad apabullante de Hawass, su pasión por el patrimonio de Egipto y sus tácticas publicitarias han conseguido que el Museo Metropolitano de Nueva York acuerde devolver 19 piezas extraídas ilegalmente de Egipto por Howard Carter (descubridor de la tumba de Tutankhamon).
Es difícil estimar el impacto que va a tener la caída de Mubarak y la dimisión de Hawass en los procesos de repatriación ya abiertos. Los ataques a yacimientos durante las revueltas parecen reforzar la posición de los museos occidentales, que alegan que el material arqueológico está más seguro en sus fronteras.
Sin embargo, el propio Neues Museum de Berlin, actual hogar de la bella Nefertiti, no debe olvidar que hace poco más de medio siglo un bombardeo aliado destruyó un gran número de frescos budistas extraídos impunemente de Asia Central. En realidad, esta discusión oculta una serie de intereses económicos que nadie parece querer reconocer.
El turismo cultural ha ido en aumento en las últimas décadas, generando una riqueza nada despreciable en ciudades con grandes museos. El patrimonio arqueológico no es sólo un vestigio del pasado, sino un recurso no renovable que puede ser usado para generar riqueza. La repatriación de material podría favorecer el desarrollo económico de países en desarrollo y mejorar la calidad de vida de la comunidad local.
Fuente: ABC
http://www.abc.es/20110305/cultura/abcm-volvera-nefertiti-egipto-201103041808.html
Reseña: Roberto Cerracin
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