Una española saca a la luz el tercer coloso de Memnon
Por Coordinadores de AE
Creación: 5 mayo, 2003
Modificación: 24 noviembre, 2017
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Una española excavó este año en Luxor en busca del tercer coloso de Memnon, de casi 3.500 años de antigüedad y que pasa a sumarse a los dos que figuran entre los más importantes vestigios arqueológicos y atractivos turísticos de Egipto. Miryam Seco, nacida en Sevilla en 1967, realizó el trabajo en compañía de los expertos alemanes Hourig Sourouzian y Rainer Stadelmann, pero ella fue la primera que vio los rasgos del coloso que emergían de nuevo a la luz tras milenios de olvido.

«Fue una emoción muy difícil de describir», dijo la egiptóloga, que desde 1998 es la única arqueóloga española que reside permanentemente en este país, donde entre otras misiones ha participado en el rescate de los vestigios del Faro de Alejandría.

Como la famosa pareja de esculturas monumentales, el nuevo coloso representa a Amenofis III y formó parte del templo funerario que ese faraón levantó en la antigua Karnak, al sur de El Cairo, y el mayor del Imperio Nuevo, entre los siglos XVI y XI antes de Cristo.

De doce metros de altura, la estatua permanecía enterrada en la arena en contraste con las otras dos, que franqueaban la entrada del templo y que seguían en pie cuando el lugar fue visitado en el siglo II antes de nuestra era por el sabio griego al que deben el nombre.

La excavación, que se extendió de noviembre de 2002 a enero de 2003, se inscribe en el proyecto de convertir el templo en un museo al aire libre donde el visitante pueda admirar in situ los restos de una construcción que asombró en la antigüedad.

En el Nilo Situado en la orilla occidental del río Nilo, no lejos del Valle de los Reyes, el templo fúnebre de Amenofis III estaba compuesto por tres patios, un peristilo, una sala hipóstila y un santuario, con una longitud total de quinientos metros.

Además de los colosos descubiertos, el recinto albergaba otros tres de dimensiones semejantes y una treintena más pequeños, de alrededor de siete metros de altura y que el equipo de arqueólogos se propone excavar en próximas campañas.

En el templo había asimismo seiscientas estatuas de la diosa Sekhmet, con cara de leona, protectora de reyes y cuyo culto fue muy popular durante el reinado de Amenofis III, en el siglo XIV antes de Cristo y cuando el arte faraónico alcanzó su máximo esplendor.

Uno de los mayores desafíos de la misión es también localizar una escultura de un hipopótamo blanco de alabastro de dos metros de longitud y cuya existencia se conoce por el anterior equipo de arqueólogos que trabajó en la zona durante los años sesenta.

Tras descubrir la escultura, aquellos especialistas la volvieron a enterrar para preservarla de la intemperie, aunque sin dejar pruebas documentales de dónde la sepultaban de nuevo.

«Se trata de algo excepcional. Los hipopótamos encarnaban a dioses protectores pero es muy raro encontrar representaciones de ese animal y de ese tamaño», explica Seco, que tras estudiar Historia Antigua en la Universidad de Sevilla completó su formación en el Instituto de Egiptología de Tubinga, en Alemania.

La pasión de la sevillana por la arqueología se remonta a su infancia, cuando su padre «me hablaba de las culturas antiguas y nos enseñaba, a mí y a mis primos, a descubrir rastros del pasado en cualquier piedrecita que buscábamos para enseñársela».

Fuente: Noticias de Navarra
http://www.noticiasdenavarra.com/ediciones/20030505/cultura/
d05cul0409.php

Reseña: Montse Borrás

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