Una de las noticias más singulares del año ha sido la protagonizada por un equipo de arqueólogos suecos que en colaboración con el Ministerio de Antigüedades de Egipto, ha descubierto una tumba que se remonta a la Dinastía XVIII en el yacimiento arqueológico de Gebel el-Silsila que, debido a su profundidad y proximidad del Nilo, ha aparecido afectada por el agua y el fango.
A la tumba se accede mediante un pozo de unos 5 metros de profundidad, que da acceso a dos cámaras funerarias. Las paredes no presenta decoración y pesar de haber sido saqueada, los arqueólogos han descubierto en la tumba diversos sarcófagos realizados en piedra caliza (algunos infantiles), grandes recipientes cerámicos, amuletos, ushebtis, pequeños ornamentos…
Ushebtis
Amuletos, escarabeos, orgamentos..
Los hallazgos indican que la tumba era colectiva y que en ella se enterraron al menos 60 individuos, adultos y niños. En ninguna otra tumba de Gebel el-Silsila se han encontrado tantos individuos enterrados juntos.
Los directores del equipo de arqueólogos, Maria Nilsson y John Ward, de la Universidad de Lud, consideran que la tumba se remonta a la Dinastía XVIII, concretamente al período tutmósida; es decir, el enterramiento tiene unos 3400 años de antigüedad.
Sarcófago infantil y cámara inundada.
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