Reportaje sobre Vassil Dobrev y sus trabajos en busca del faraón perdido
Por Coordinadores de AE
Creación: 27 diciembre, 2003
Modificación: 27 diciembre, 2003
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Después del descubrimiento de las tumba de un sacerdote real en saqqara, los arqueólogos por fin ¿van a saber quien fue Userkare, el faraón desconocido de la VI dinastía? Una narración con aspecto de investigación policial.

Para librar a los bajos relieves de su capa de arena, los arqueólogos rehacen sin saberlo los gestos de los pintores que representaron, hace ya 4.300 años, al gran sacerdodte Hau-Nefer y a su esposa Khuti. El cepillado hace aparecer las siluetas de los difuntos: los ojos rasgados, los perdiles, los peinados delicadamente trenzados se dibujan, sus labios esbozan una sonrisa… Su juventud parece desafiar a la muerte.

En la época del Antiguo Egipto (2700-2200 a J.C.), las pirámides eran el centro de la economía egipcia: una gran parte del pueblo vivía, pensaba y producía para alimentar estos vastos complejos funerarios. La mayor parte de los faraones de las cuatro dinastias que marcaron este peródo fueron inhumados en la meseta de Saqqara que se hallaba frente a la capital Menfis. Vasil Dobrev, director de la misión arqueológica de la IFAO (Instituto Francés de arqueología Oriental de El Cairo) explica:

– Las pirámides de los cuatro reyes conocidos de la VI Dinastía se encuentran casi todas en la zona sur de Saqqara, situadas en un ordén cronológico que va de norte a sur. Faltan, sin embargo, en esta lista los monumentos funerarios de tres soberanos, que no han sido encontrados jamás. Entre ellos, Usarkare, que reinó entre el primer rey de la Vi dinastía (Trti) y el tercero (Pepi I).

Hace ya más de diecisiete años que el egiptólogo frances trabaja en este sitio. Especializado en el estudio de las inscripciones de los que hicieron las pirámides, se interesa particularmente en su construcción:

– Una idea simple me cruzó un dia por la cabeza: para comprender mejor las diferentes etapas de construcción, habría de encontrarse la pirámide inacabada de un faraón que hubiera reinado poco tiempo. Uno de los mejores candidatos era Usarkare, cuyo reinado, probablemente, no habia superado los cuatro años…

Sin embargo, no era cosa fácil encontrar el rastro de un faraón desaparecido. Vasil Dobrev había notado, estudiando en el Museo Egipcio de El Cairo la tapa de un sarcófago de una reina del Imperio Antiguo, que había un «espacio en blanco» entre los reyes Teti y Pepi I. Siempre en el mismo museo, había notado que un faraón de la XIII disnastía, el rey Khendjer, había escogido como segundo nombre Userkare. Una manera de rendir homenaje a su ilustre ancestro.

Colores de una increible frescura

El hecho de que Khendjer-Userkare escogiera Saqqara-sur para construir su pirámide decidió al egiptólogo para trabajar en ese sitio.

– Habia muchas posibilidades, explica Vassil Dobrev, para que la tumba de Usarkare se encontrara aquí, en el sitio de Tabbet al-Guech, a 1.200 metros del más antiguo monumento de piedra de la humanidad, la pirámide de Djoser.

Había que estar un poco loco para imaginar una necrópolis, con sus capillas, sus patios y sus peristilos, en medio de un desierto de guijarros y arena. Para ir más allá de lo qiue el ojo distingue, el arqueólogo debe poseer excelentes conocimientos de egiptología y también un sólido sentido de la observación. Pero, especialmente, tener suerte! Después de haber se asegurado, con la ayuda de un «theodolite» GPS captando las señales de ocho satélites y de una cartografía del suelo realizada por Damien Laisney (topografo de la misión), que las bases de las pirámides en Saqqara-Sur están sitiuadas a la misma altira, alrededor de 45 metros encima del nivel del mar, Vassil Dobrev ha puesto en práctica su reciente «teoría de los ejes».

– Los emplazamientos de las pirámides no parecen ser escogidos al azar sino en función de una voluntad de alineamiento. Teniendo en cuenta este ordenamiento, la pirámide de Userkare debería encontrarse entre las pirámides de Teti y de Pepi I, en un espacio vacio anormalmente importante, vista la enorme densidad de tumbas en la necrópolis.

Las excavaciones estratográficas realizadas en el otoño de 2002 debían mostrar que su intuición era buena. Para la arqueología moderna, el objetivo no es el mismo que a principios del siglo pasado.

– No se corre tras tesoros enterrados, sino que se aplican métodos rigurosos, estudiando el suelo, capa por capa, sin dejar nada al azar. La colección del museo no es la finalidad de la investigación sino la recogida de informaciones precisas.

La capa superior muestra pronto los primeros indicios: a 50 centímetros de profundidad, los sarcófagos de una mujer y su hijo son sacados de la arena, así como los cestos de ofrendas perfectamente conservados. Pero no son los vestigios que el egiptólogo esperaba:

– Estas tumbas que datan del período saita o de la Baja época (VII-III A.C.), nos señalaban que estabamos en el buen camino… Algunos metros más abajo, descubrimos construcciones de ladrillo sin cocer que abrigaban una gran cantidad de esqueletos y de objetos funerarios menudos. Esto era una buena señal ya que durante este periodo los dignatarios reutilizaban las necrópolis de sus ilustres predecesores.

Después de las estructuras de ladrillo, los arqueologos descubrieron una verdadera calle bordeada de tumbas rupestres que databan del Imperio Antiguo. Pronto, las palas dejaron al descubierto la parte superior de una entrada, y bajos relieves pintados aparecieron bajo los cepillos de los investigadores.

Extraordinariamente bien conservados, sus colores parecian tan frescos como si acabaran de estar aplicados: rojo-marrón para los hombres, ocre-amarillo para las siluetas femeninas. Cerca , unos cartuchos llevaban el nombre de los difuntos : Hau-Nefer y su esposa Khuti.

– ¿Quién era este Hau-Nefer, magníficamente enterrado aquí? se pregunta Vassil Dobrev. Según las inscripciones, se trataba de un gran sacerdote encargado de vestir las estatuas, prepararlas y lavarlas, en ocasión de las ceremonias reales que se desarrollaban en el templo de Pepi I, situado a 800 metros aproximadamente de la tumba.

Inspeccionando mas atentamente esta entrada, el arqueólogo notó la ausencia de ciertas piedras del marco que parecian haber sido serrado para desdibujar la biografia del difunto. Incluso, en los bajos relieves, Bernard Mathieu, director del IFAO y uno de los más eminentes epigrafistas franceses, descubre que ha cambiado de esposa en el curso de su vida:

– La figura de la primera mujer, joven y aparentemente esposa legítima de Hau-Nefer, estaba intacta. Por el contrario, la segunda, compañera de sus dias de vejez, había sido desfigurada. Mutilando sus ojos y su boca, alguien había querido privarla de toda esperanza de resurrección, conforme a la teología egipcia.

Una sombría historia de venganza

¿Esposa o concubina? Un nuevo misterio viene a unirse al de las piedras suprimidas. El desarrollo de las exvaciones permiten sacar a la luz nuevas tumbas de personajes alrededor de la sepultura del gran sacerdote, confirmando al equipo de Vassil Dobrev la certeza de que una necrópolis de gran importancia se oculta bajo el dédalo de corredores y salas funerarias descubiertas. ¿ Puede ser la pirámide del faraón perdido de la VI dinastía, Userkare?

– Es interesante de subrayar, comenta Vassil Dobrev, que es en Saqqara que se han descubierto las únicas pirámides ornadas de textos religiosos. Los jeroglíficos recubren las paredes de arcilla de las cámaras funerarias, bajo la forma la más pòetica que sea, afín de ser agradables al faraón difunto , sentado en el trono de Osiris.

Verdaderos archivos del Imperio Antiguo, estos textos constituyen una riqueza inestimable para los científicos que encuentran en ellos una mina de informaciones sobre los faraones pero tambien sobre la vida cotidiana alrededor de los palacios.. Descifrando estos jeroglíficos, Bernard Mathieu descubre que la segunda esposa del gran sacerdote Hau-Nefer era, en realidad, su hija mayor. Habría sido investida oficialmente por su padre despues de la muerte misteriosa de su madre , Khuti… Una pregunta se hacen entonces los arqueólogos : si este poder fue legítimo, ¿porqué el rostro de la nueva sacerdotisa fue borrado para siempre?

Hay que jugar un poco a Indiana Jones cuando se lanza uno siguiendo el rastro de una historia que se desarrolló hace 4000 años.ntonces el espíritu de deducción puede ser útil. ¿El culpable de este acto malévolo no seria el hijo mayor de Hau-Nefer? En efecto, ¿ podría haber sido eliminado de la confianza paterna en provecho de su hermana? En este caso, la tumba del gran sacerdote de la VI dinastía vendría a revelarnos una sórdida intriga familiar.

Es Dallas en tiempo de los faraones

– Sin darnos la menor indicación sobre la tumba del faraón perdido! suspira Vassil Dobrev

Para el egiptólogo francés, cada indicio es precioso ya que puede aportar una respuesta al enigma. Así se puede imaginar su estado febril cuando los terraceros le anuncian que han descubierto dos pozos funerarios xcde los cuales, uno, más profundo, parece dar acceso a una vasta cavidad.

¿Tendría al final la llave del misterio? Al resplandor de su antorcha, Vassil se sumerge en el estrecho pozo. Al final, su decepción es grande: el esqueleto de Hau_Nefer está dislocado, su tapa de madera completamente descompuesta y el mobiliario funerario ha desaparecido…

– Por razones quizá políticas, subraya Vassil Dobrev, el lugar fue saqueado hacia el final del Imperio Antiguo.

Un detalle , sin embargo, sorprende al arqueólogo: los saqueadores no solamanet han robado los muebles y las joyas sino que igualmente han hecho desaparecer ciertas inscripciones grabadas en las paredes de la tumba. ¿Se trata de textos comprometedores?

– Estamos frente a una voluntad manifiesta de borrar una parte del pasado de hau-Nefer!

Aparentemente ha traicionado al faraón que servia. ¿El difunto estaba implicado en una conspiración? ¿A menos de que se trate de Userkare? Un sacerdote egipcio del siglo III A.C., Maneton, explica en su Historia de Egipto que él tomo el poder despues que su predecesor, el rey Teti, fuera asesinado por su guardia de corps. ¿Userkare habría encargado el crimen? En este caso, las inscripciones han sido destruidas afin de desterrar de la memoria colectiva el nombre del soberano contestado…

Estos indicios llevan al arqueólogo francés a pensar que no está muy lejos de la pirámide del faraón perdido.

Fuente: Le Figaro
http://www.lefigaro.fr/magazine/20031229.MAG0015.html

Reseña: Montse Borrás

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