Anjesenamón o Ankesenamen es mayormente conocida por ser la esposa del rey Tutankamón, ya que poco se sabe de esta reina joven que desapareció tras la temprana muerte de su rey. Sin embargo, ella debió ser muy importante en la vida y reinado de Tutankamón ya que en la tumba de éste aparece representada muchísimas veces junto a él, en actitudes que demuestran unidad, cariño, compañerismo y presencia constante en las distintas actividades del rey niño.
Anjesenamón era la tercera hija de Akenatón y de Nefertiti, la Gran Esposa Real. Anjesenamón nació en la época de un Egipto envuelto en la revolución religiosa sin precedentes en Amarna, creada por su padre y causada por el abandono al culto a las antiguas deidades egipcias en favor del único dios Atón.
Con la muerte de su padre, se convirtió, a los 13 años, en la Gran Esposa Real de su hermanastro Tutankamón, que tendría 8 o 10 años. Más tarde, al asumir como reyes, restauraron la antigua religión y abandonaron la ciudad.
Reconstrucción de Anjesenamón
Para la reconstrucción facial de Anjesenamón he utilizado mis conocimientos de arte, matemáticas y anatomía, mi experiencia como retratista, y es resultado de un extenso proceso de estudio de sus representaciones. He analizado cada imagen disponible de ella con métodos matemáticos que hacen hincapié en las proporciones, ángulos vinculantes de las partes del rostro, líneas y ejes de acción y equilibrio. Además de un estudio anatómico de sus rasgos y de las representaciones de sus parientes, entre ellos el propio Tutankamón.
Artísticamente, me he valido del estudio del arte amarniano (estilo en que aparece en la mayoría de sus representaciones, ya que, incluso después del abandono del culto a Atón y abandono de Amarna, éste se mantuvo vigente por un tiempo o levemente hibridizado con las representaciones clásicas).
En cada representación hallé una constante en su rostro. Se trata de sus rasgos «dulcemente redondeados», su mentón bastante pequeño y retraído (a diferencia de las representaciones de sus padres en que es marcado y pronunciado), su nariz pequeña y bastante recta y de tabique fino y deslizante desde el ceño; sus labios carnosos pero pequeños (guardan parecido con los de su padre en sus contornos curvos), sus mejillas rellenas, su frente oblicua que lleva sutilmente el cráneo hacia atrás. Me llamó la atención la representación de sus ojos. Aparecen almendrados, rasgados y elevados hacia la sien, con una expresión de calma y misterio cercana a imágenes de la cultura asiática.
En mis Reconstrucciones la he representado, concretamente, de frente y perfil para que se puedan apreciar los rasgos que he «hallado». Artísticamente, la represento con distintas técnicas y métodos para apreciarla en su integridad.
Les dejo mis recreaciones con la esperanza de que en algún momento pueda hallarse el lugar donde reposa para la eternidad
Bocetos y estudios preparatorios:
Variaciones plásticas:
Cesareo Alfonso García *22017940527119
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