¿Podríais enamoraros de Alejandría?
Por Bartomeu Egea
15 octubre, 2020
Modificación: 26 octubre, 2020
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¿Podríais enamoraros de Alejandría? La respuesta es sí, pero para que sea posible, debemos pisar sus calles, conocer a su gente, dedicarle tiempo a esta hermosa ciudad, sí, hermosa, quizá no tiene aquel “ville divine” que viajeros burgueses del siglo pasado veían en ella, pero su aparente decadencia es casi un “déjame tranquila”… ni turistas, ni religiones, ni modas, ni redes sociales, ni …… es como si quisiera ser simplemente un buen lugar para vivir y eso es fantástico por lo sencillo.

¿Por qué amar a Alejandría? ¿Qué tiene esta ciudad? La bahía, el rompeolas, la versión Mediterránea del malecón cubano, el paseo marítimo al anochecer, los vendedores, el olor del maíz asado, el paseo lleno de parejas novatas en eso del amor, sus edificios, viejos, rotos, con sus balcones llenos de ropa tendida… mil detalles que recuerdan a la Barcelona de los años 60, sus taxis amarillos y negros, los tranvías, estos hoteles siempre a un pequeño paso de la decadencia, los callejones como un «mercadillo»permanente, con cierto orden, aquí los de los muebles, allí los de los animales vivos, más allá los de las frutas, al lado los de la ropa, todo con orden, como el cambio de guardia en el monumento al soldado desaparecido o las banderas en los edificios oficiales.

¿Sus cafés? Cada uno más interesante que el anterior, más viejo y más atractivo, con sus clientes de perfil griego abstraídos en eternas partidas de dominó. O sus mujeres, hermosas, despiertas, abiertas, listas, rompiendo tópicos. Los pescadores que más tarde llenarán de frutos, el mismo mar de nuestras costas, los restaurantes de la ciudad. Los miles de sombrillas de las playas sus «merenderos». Y también su historia, su Kom el-Deka, los museos, la nueva biblioteca, los palacios, el préstamo griego de su fundador, la huella arabesca presente pero no excluyente.

Mientras intentamos poner orden, recordando como escritores, cantantes, poetas, han hecho de esta ciudad una referencia en sus vidas, iniciamos esta visita.

Ciudadela y Fortaleza de Qatbey

Emprendemos camino hacia el extremo oeste de la bahía donde antaño dicen estaba ubicado el faro de Alejandría construido en 279 a.C. por Techos, un arquitecto bajo las ordenes de Ptolomeo I. El edificio fue derruido por unos terremotos en los años 1303 y 1323. Allí podemos visitar la ciudadela la fortaleza de Qait Bay, que en 1480 construyó el sultán Qaitbey utilizando los restos del faro.

El lugar se llamaba Pharos (ahora unido a tierra, fue en realidad una pequeña isla). Homero la menciona en la Odisea. Según la leyenda, el rey de Esparta Menelao desembarcó en la isla, el nombre de la que no conocía. Preguntó a un hombre cuál era el nombre del propietario y el egipcio contestó Per-Aa (en egipcio antiguo, Faraón). El rey entendió Pharos, por lo que dio a la isla este nombre.

Un apunte. Alejandría (al-Eskandareya) fundada por Alejandro magno en 332 a.C. en el lugar ya habitado en el antiguo Egipto de Raqedum. Con sus mas de 4 millones de habitantes, es la segunda ciudad del país, por cierto tiene metro además de un bus turístico de dos pisos que funciona bien.

Palacio y Jardines de Montazah

En el extremo este de la corniche se nos presenta el palacio residencia del ultimo rey de Egipto, desde donde partió al exilio dorado de Capri y Mónaco. Hablamos del Rey Faruq, soberano de Nubia, Kordofán y Darfur, (hoy Sudán), derrocado por el Movimiento de Oficiales Libres que estaba encabezado por Gamal Abdel Nasser, en julio de 1952.

El lugar frente al mar en una pequeña loma es un jardín increíble para el viajero, el césped, los árboles, las palmeras y el palacio en sí, hacen de Montazah una cita obligada.

Amoud el-Sawara

En este lugar es donde se erige el Pilar de Pompeyo y el Serapeum, la primera es una gran columna levantada en 300 d.C. en honor del emperador Diocleciano, quien salvó a la ciudad de Alejandría de un hambre espantosa. En el lado occidental de la columna está grabado, «Al justo emperador, el dios de Alejandría, el invencible Diocleciano». Sin embargo, los franceses la llamaron pilar de Pompeyo por una equivocada interpretación. Los árabes la llaman «Amoud el-Sawara», columna de los jinetes. Aunque al parecer trabajos más recientes determinarían que corresponde a una columna del templo de Serapis o del Serapeum próximo, erigida en el lugar en tiempos del emperador Arcadio.

La columna mide más de 20 m de altura, con un diámetro de 2,71 m en su base, de granito rojo pulido traído desde el Alto Egipto a través del Nilo

Kom El Dekka

Nuestra siguiente etapa es Kom El Dekka, en este barrio de la ciudad esta la zona arqueológica visitable que contiene el anfiteatro, los baños y la villa de los pájaros (de la época de Adriano), todos monumentos del período de dominación romana.

Las Catacumbas de Kom Ash Shuqqafa

Son el lugar de enterramiento romano conocido más grande de Egipto. Con una síntesis sin par de la antigua iconografía funeraria egipcia, griega y romana, son unas catacumbas que consisten en tres niveles de tumbas y cámaras excavadas en roca, llegando a una profundidad de 35 m. La entrada se realzia a través de una escalera de caracol originalmente del siglo II dC.
Notable entre las representaciones existentes la de Anubis, el dios egipcio de los muertos, pero vistiendo como un legionario romano y con la visible cola de una serpiente, la de Agathos Daimon, una divinidad griega.

El Museo Nacional de Alejandría

El Museo Nacional de Alejandría es un excelente museo que atesora un resumen de la historia del pasado de Alejandría, desde la antigüedad hasta la época moderna.
La planta baja está dedicada a los tiempos grecorromanos e incluye una esfinge y otras esculturas encontradas durante las excavaciones subacuáticas en Abukir.

El sótano abarca una sorprendente colección del período faraónico con hallazgos de todo Egipto.
La planta superior nos muestra los períodos bizantinos, islámicos y modernos, como monedas, armas otomanas y joyas.

Al alejandrino no le gusta el verano en exceso, su playa, su calle, su cotidiana vida, se ve invadida por egipcios del resto del país, especialmente los cairotas que vienen en busca de un clima mas apacible, por el mismo motivo es recomendable hacer este trip en la primavera o el otoño, veréis la Alejandría de verdad.

¿Qué tiene esta ciudad ? ¿Qué atrae de ella? Quizá es indiferencia o tan solo una bienvenida, a su manera te dice que tan solo eres un viajero más de los que durante casi 2400 años la han paseado, ya muy curtida y a la vez generosa se deja robar trocitos en forma de imágenes, en forma de sonrisas, en forma de recuerdos, sabedora de formar parte de la historia de este Mediterráneo que baña sus pies.

Creo que con este pequeño relato, podemos ayudar a algún viajero a decidirse, pero hemos de decir que Alejandría es mucho más, sus lugares próximos de la costa, las mezquitas y los museos que aquí no os mencionamos, callejear o simplemente el sentarse en una cafetería a ver pasar la gente y respirar el Mediterráneo Egipcio, todo esto, si es que se necesitan excusas, son un buen motivo para Alejandrear.

Callejear. Alejandrear.

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