Papiro de Artemidoro en el Museo Egipcio de Turín
Por Coordinadores de AE
Creación: 14 octubre, 2004
Modificación: 8 febrero, 2017
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Recién creada en días pasados y en presencia del Ministro Giuliano Urbani, la Fundación Museo de las Angiguedades Egipcias ya cuenta con una pieza única en el mundo: el Papiro de Artemidoro, destinado a escribir páginas nuevas de la cultura greco-latina. Testimonio raro del Egipto helenístico, su restauración está a punto de finalizar y antes de que empiece el año 2005 estará listo para poder ser expuesto al público. La pieza ha sido adquirida recientemente por la Fundación para el Arte de la ‘Compagnia di San Paolo’.

Su importancia se equipara con la de los Papiros del Mar Muerto y actualmente se encuentra en el Instituto de Papirologia de la Estatal de Milán, donde está siendo restaurado por Claudio Gallazzi de la Universidad de Milán, y Bärbel Kramer del Ateneo de Treviri. Según estudios paleográficos, el papiro se remonta a la primera mitad del siglo I antes de Cristo y fue utilizado hasta el siglo I después de Cristo.

Su historia pasa a través de tres metamorfosis: al principio estuvo destinado para escribir el segundo libro de geografía de Artemidoro de Efeso -con algunos mapas- pero luego quedó sin terminar y fue abandonado en el taller de los artistas a los que se les habían encargado los mapas.

Estos, a su vez, le dieron la segunda utilización, como suporte para ejercitarse en los bocetos de animales reales y mitológicos. Finalmente, el papiro acabó en manos de terceros que lo utilizaron para dibujar bocetos de cabezas, manos y pies copiados de estatuas. A través de los siglos llegó a Europa, donde en 1999 se recopilaron por completo las numerosas partes en las que el paso del tiempo lo había dividido.

En su conjunto mide 250 centímetros de longitud y 32,5 centímetros de altura. En su parte posterior se puede ver el mapa que representa una parte de la península Ibérica y que, probablemente, fue dibujado por un cartógrafo anónimo de la época. El dibujo acompaña las cuatro columnas de texto escrito en griego por Artemi! doro, un geógrafo de Efeso que vivió entre finales del siglo II y principios del siglo I antes de Cristo y que escribió a lo largo de su vida 12 libros que se han perdido con el paso de los siglos.

Como los textos más antiguos, incluída la Biblia, el papiro no presenta un cuerpo único sino que es una obra en la que se ven estilos y artistas diferentes. Una de sus partes más interesantes son los retratos de rostros humanos que contiene y en los que se reconocen rasgos de Zeus, Apolo y Alejandro Magno. ‘Estamos terminando su restauración -ha señalado Gallazzi- Así, una reproducción digital permitirá a los estudiosos analizar los muchos detalles que contiene’ y a través de los que se podrán reconstruir importantes detalles sobre la literatura, el arte y la cartografía de la época.

El Museo Egipcio de Turín ya posee una rica colección de papiros, como el Papiro de las Minas (XX dinastia, siglos XII-XI a.C.) y el papiro con el dibujo de la planta de la tumba del faraón Ramsés IV, también! de la XX dinastía. Sin embargo, para los expertos el Papiro de Artemidoro, redactado en el Egipto tolemáico, representa algo muy especial pues es el primer ejemplo de cartografía tal y como se entiende en sentido moderno.

Fuente: ANSA
http://www.ansa.it/turismopiemonte/notizie/notiziari/espanol/
20041014131133117756.html

Reseña: Xavier Moll

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