Origen y personalidad de la Serpiente-Rerek en los Textos de los Sarcófagos
Por Jorge Roberto Ogdon
24 febrero, 2002
Modificación: 21 abril, 2020
Visitas: 10.954

El reducido número de sortilegios dedicados a la serpiente-rerek en los Textos de los Sarcófagos constituye nuestra única y más antigua documentación sobre su personalidad, siendo que la misma es totalmente ignorada en los Textos de las Pirámides[1].

La otra única referencia contemporánea a los TdS – y fuera de ellos – se consigna en una capilla pétrea (Museo del Louvre E.25485[2]), que J. Vandier identificó tentativamente como una «caja de estatua» o «serdab portátil», constituida por dos paneles paralelos cuyas caras externas están inscriptas, por un lado, con una versión novedosa pero incompleta de un conocido himno relacionado a la literatura funeraria y a la presentación de un ramo floral específico, y, por el otro, con un encantamiento intitulado Dicho para rechazar a la serpiente-Rerek, esto es, del mismo modo que algunos Dichos de los TdS[3].

Es interesante notar que el conjunto de composiciones de los TdS [citados por n° de Dicho] que registran su nombre, se encuentra exclusivamente en ataúdes procedentes de localidades del Alto Egipto, como lo enseña claramente la Tabla 1:

TABLA 1. Distribución geográfica de los Dichos-Rerek en los Textos de los Sarcófagos

TABLA 1. Distribución geográfica de los Dichos-Rerek en los Textos de los Sarcófagos

Se evidencia así una neta especificación en cuanto a la locación y distribución espacial de la tradición acerca de este ente serpentino, restringida especialmente al área de El-Bersheh y más al sur. Este hecho contrasta con la ausencia de estos Dichos-Rerek en ataúdes de la región menfita o la de extractos de los TdP en los procedentes del sur que les contienen. La aparición de la fórmula Dd-md.w, «Recitado de las palabras», tan característica en estos últimos, en el Dicho 378 – en un solo ataúd, procedente de Tebas -, y que podría sugerir una derivación directa de un texto más antiguo – perteneciente a la época y tradiciones de los TdP – aunque no seleccionado en las versiones conocidas de éstos, se transforma en realidad en un recurso del compilador para garantizar la eficacia de una fórmula – y de una tradición – que, por su propio origen local, no tenía «legitimidad regia», y que, por lo tanto, debemos considerar como nacida en el seno del regionalismo sureño, que, por primera vez, quedaba asentada por escrito, y que alcanzó, de esta manera, el rango de tradición literaria consagrada por el uso, como veremos luego.

De este modo, tendríamos que el nombre rrk aparece, por primera vez, en el Reino Medio, y este hecho nos permite subrayar que nos enfrentamos a la conceptualización de una nueva imagen simbólica del clásico «oponente» serpentino, tan extendida en los tiempos de los TdP Desde el punto de vista del usuario de estos sortilegios, la serpiente es una representante concreta de los peligros que acechan al cuerpo momificado que se encuentra encerrado dentro del ataúd: el título del Dicho 378 es ilustrativo en cuanto a esta intención maligna: Rechazar a la Rerek y no (dejarle) tomar la cabeza de un hombre de sí mismo. Obviamente, aquí se está expresando el temor a que la serpiente encuentre la forma de acceder a la cámara mortuoria del sepulcro y dañar el cadáver, cuya preservación era una condición sine qua non para la integridad espiritual del difunto y su resurrección en la Otra Vida. De hecho, en el Período Tardío se encuentran encantamientos anti-ofidios inscriptos sobre los bordes del ataúd y su tapa[4], esto es, el único sitio por el que una resbalosa serpiente podría entrar al interior del sarcófago y atacar a la momia.

En dicho carácter, Rerek se asimila, en el Dicho 369, a una HfAw, voz colectiva para designar a toda criatura reptante dañina, especialmente «gusanos» y «víboras, sierpes»: xsf HfAw m Xr(t)-nTr, «Rechazar a una serpiente-hefau en el Inframundo», dice la rúbrica, y debemos recordar que Xr(t)-nTr es una designación del cementerio. No es casual que el Dicho 375, que menciona a Rerek en una fragmentada rúbrica[5], lleve por título tm wnm s in HfAw m Xr(t)-nTr, «(Dicho para que) un hombre no sea devorado por una serpiente-hefau en el Inframundo/necrópolis» (en un ataúd procedente de El-Bersheh). Y compárese: «en cuanto a él, Aquel quien Destruye las Auras, ¡que no dañe a Ra en su filamento!» en el Dicho 586.

Se justificaría, de esta manera, la referencia mitológica a Osiris (p.ej., en los Dichos 369-70: «Osiris», «Aquel de Busiris»; 379: «Señor de los Muros»; 434: «Osiris»), quien representa al muerto enterrado pero cuyo destino último es la resurrección: «¡Ven, levántate por ti mismo, oh Señor de los Muros, y busca a la Dama de Uto, estirando el cuerpo viviente!» (Dicho 379).

Asociadas al dios de los muertos y la resurrección, no podían faltar las figuras de Horus, como defensor de su divino padre; de Mafdet, la diosa felina llamada «Dama de Uto» y «Señora de la Mansión de la Vida»; o de Hathor, la diosa vacuna y madre celestial, proveyendo un marco mitológico que vuelve efectivo el resultado del encantamiento mágico, uno por su papel protagónico en la protección de su progenitor, las otras por la naturaleza vivificante inherente a sus esencias femeninas y sus roles como guardianas y protectoras de la vida.

Algunos textos sugieren una esencia cósmica para Rerek; así en TdS VII, 95u, la madre divina de esta serpiente es la propia diosa del Cielo, Nut (y cf. TdS VII, 95d, donde se dice que Rerek «asciende al cielo»). Más lógicamente, también aparece en relación con la tierra (Akr, cf. TdS, 98g), la cual, en una conocida imagen literaria afín a los TdP, recibe el veneno del ofidio bajo la forma de una «llama» (sDyt). A esto agreguemos que la sierpe puede ser constreñida a «hundirse» en la tierra (cf. TdS VII, 96b y 98b), otra metáfora para señalar su impotencia ante el poder del mago o los dioses que ya aparece en los TdP.

El dios Atum detiene a la serpiente Apep (o, Apofis). Escena del Libro de las Puertas en la tumba (KV 16) de Ramsés I. Foto © 1980 Gianni Dagli Orti, Istituto Geografico de Agostini-Novara

El dios Atum detiene a la serpiente Apep (o, Apofis). Escena del Libro de las Puertas en la tumba (KV 16) de Ramsés I. Foto © 1980 Gianni Dagli Orti, Istituto Geografico de Agostini-Novara

En este aspecto cósmico, Rerek deviene un antagonista del dios supremo, personificado por una forma del dios solar: Ra (TdS VI, 206i-l; 207i-k.o) o Atum (Vi, 207q). Así, ambas deidades pueden sufrir la «mordedura» de la serpiente (Ra = VII, 97g y 98k; Atum = 95b); sus colmillos y su veneno (mtwt) son temidos por estos dioses – recordar la Leyenda de Ra e Isis, en la que el dios es picado mortíferamente por una sierpe mágica confeccionada por la diosa -, y, en consecuencia, por el difunto que se confunde con ellos (cf. VII, 98g; V, 286a y 287a); su mirada vidriosa y acerada es enfatizada como un auténtico aojo: «¡Oh Ojos Azules, quien tiene la mirada acuosa, cuyo poder es severo!» (Dicho 586). La aterradora e hipnótica mirada de las serpientes es elocuentemente denotada en el siguiente párrafo de los TdS:

¡Oh Ra…, si tú pasas <indemne> por el Ojo de siete codos (de altura) y la Pupila de tres y medio codos (de circunferencia), entonces tú salvarás al Osiris N, una excelente manifestación (bA iqr) entre tus marineros! ¡Cuando tú estás a salvo, él está a salvo![6]

Siendo que el espíritu del difunto es uno con la deidad suprema, aquel comparte el destino de ésta, y un cierto peligro acecha a ambos en ese momento de transición del astro, entre el límite del mundo diurno y el nocturno, en la frontera del mundo de los vivos con el mundo de los muertos; el atardecer y el acto de morir son situaciones de transformación, de metamorfosis, de cambios de un estado o condición de Ser a otro, desconocido para el Hombre aunque no para el Mago, quien ha sido iniciado en el conocimiento del Otro Mundo.

Ilustraciones de los 33 y siguientes en el Libro de los Muertos. (MuseoEgipcio de Turín 1791) DE IUFÄNJ. Foto © 1993, Ediciones Destino

Ilustraciones de los 33 y siguientes en el Libro de los Muertos. (MuseoEgipcio de Turín 1791) DE IUFÄNJ. Foto © 1993, Ediciones Destino

El conflicto entre el Orden y el Caos universales admite variados simbolismos para hacerse comprensible a la conciencia humana. En este sentido, es significativo que en la capilla Museo del Louvre E.25485 este enfrentamiento eterno tome el aspecto de un ataque a los ojos de Ra y de Baba en sus «instantes de furia» (scil., los de Rerek). Si tenemos en cuento el valor simbólico del Ojo en el pensamiento egipcio antiguo, la ceguera de la divinidad acarrearía su inacción e impotencia, esto es, su falta de «quehacer demiúrgico», y la consecuente sumisión del Orden al Caos: una verdadera calamidad subversiva del Universo todo tal como lo conoce el ser humano. El nuevo encantamiento refiere, pues, a la preservación de la cualidad creativa, ergo vital, del demiurgo y del difunto, cuyos «ojos» (i.e., su capacidad creativa) se deben conservar indemnes para asegurar la vida eterna: el destino del espíritu, en este sentido, es una verdadera epifanía de las «luminarias celestiales» (Ra = sol; Baba = luna), en donde el plano metafórico y mitológico de referencia es claro.


[*] Este artículo es la versión en español de las secciones 2 y 3 de nuestra monografía intitulada Tradición y originalidad en los encantamientos anti-ofidios en los Textos de las Pirámides y los Textos de los Sarcófagos; col. Estudios del C.E.A.E., vol. 2 (Buenos Aires, 1997), a la que hemos hecho algunas ligeras modificaciones. Especial para Amigos de la Egiptología, España. © 1997, 2002, Jorge R. Ogdon. Queda hecho el depósito que marca la Ley N° 11.723 de Registro de la Propiedad Intelectual de la República Argentina. Es propiedad.
[1] Para este tema, ver nuestra monografía citada en [*], Primera Parte.
[2] J. Vandier, 1963, 1-20; 1968, 121-4.
[3] Dicho 379; variantes con agregados en Dichos 378, 434-6 y 640. Ver el dossier de testimonios literarios, al final de esta nota.
[4] Cf. M.-L. Buhl, 1959, 24 (Leyden L.6) y 28 (MFA-Boston 30.843).
[5] Que reza xsf rrk Dd.i rA pn […], «Rechazar a Rerek. Digo este Dicho…».
[6] Dicho 21 = TdS I, 72b-c.

Páginas: 1 2

Whatsapp
Telegram