Nefertiti, la reina del Atón
Por Arturo Blázquez Navarro
17 abril, 2004
Modificación: 16 mayo, 2020
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La bella ha venido: Nefertiti en Tebas

Mirad, os digo que podría informaros acerca de las formas de los dioses; conozco sus templos y estoy versado en sus escritos, es decir, en los inventarios de los cuerpos primigenios, y he contemplado cómo dejaban de existir, uno tras otro, aunque estuvieran hechos de alguna suerte de piedra preciosa o (…). Excepto el dios que se engendró a sí mismo (Atum)…[5]

Orígenes de Nefertiti

La bella ha venido es el precioso significado del nombre de esta reina. Se nos presenta, apareciendo de la nada, esta importante y hermosa figura. Parece que emergiera de entre las tinieblas, justo cuando su marido Amenhotep IV se convirtió en el único gobernante de Egipto, aunque es seguro que estuvieran casados de antes, puesto que, en el último tercio del reinado de su marido, sus tres primeras hijas ya podían tener hijos.

Los orígenes de Nefertiti continúan siendo bastante oscuros, aunque parece que casi todos los egiptólogos están de acuerdo en este tema. En un primer momento, se pensó que podría ser de origen extranjero, incluso algunos la identificaron con Tadujepa, una princesa procedente del reino de Mitani, hija de Tushratta, el rey. La teoría tenía a su favor el nombre de Nefertiti (la bella ha venido) que podría aludir a una llegada desde el extranjero[6] y también resultaba bastante atractiva para algunos investigadores porque convertiría al Atón en una divinidad extranjera, plagio del Yahvé hebreo, traída por Nefertiti. Pero hay sólidos argumentos en contra de esta teoría: Nefertiti tuvo una nodriza egipcia, Tiy (II)[7] e incluso una hermana egipcia: Mutnedyemet (o quizá Mutbenret). Además, el nombre Nefertiti, a pesar de no ser muy común, era un nombre típico de Egipto porque aludía a la llegada de Hathor procedente de Nubia (en otras versiones Tefnut, Bastet, Sejmet…)[8]. Y Atón ciertamente no era una divinidad extranjera, y mucho menos hebrea, siendo desde el Imperio Medio considerado un dios solar (los reyes al morir se unían con el Atón como en el Cuento de Sinuhé, que describe la muerte de Amenemhat I).

La teoría más aceptada por los egiptólogos convierte a Nefertiti en la prima de Amenhotep IV, su marido. Como ya he dicho antes, Yuya, el abuelo de Amenhotep IV, tenía por título un extraño nombre: Necherit (el padre del dios). Muchos interpretan este título sacerdotal como una reivindicación de su papel como suegro del rey. Otros dos hombres de este período tuvieron el mismo título: Aanen y Ay (II)[9]. Del primero se sabe que era hermano de Tiy I y del segundo, se supone que también lo era. Ay (II) resaltó muchísimo su título, bastante más que Aanen[10]. Ello unido al elevado estatus de poder y riqueza de Ay (II) durante el reinado Amenhotep IV nos hace pensar que era el padre de Nefertiti. Pero la esposa de Ay (II), Tiy (II) nunca había dicho nada más sobre Nefertiti sino que había sido su nodriza, por lo que creemos que la madre de Nefertiti era una esposa anterior de Ay (II), desconocida para nosotros, que murió al dar a luz, convirtiéndose su segunda esposa en la nodriza de la hija de su marido.

Los inicios de la revolución

Nefertiti apareció como de la nada en el momento en que su marido Amenhotep IV dejó de ser un faraón convencional (a la muerte de su padre, Amenhotep III). Este cambio se puede observar en la tumba tebana de Ramose: junto a las tradicionales escenas con el sobrio estilo de su padre, aparecen, provocadoramente, unas escenas en un estilo insólito: un disco solar, Atón, cuyo nombre aparece metido en dos cartuchos como si de un faraón se tratara, extiende sus rayos sobre Amenhotep IV y Nefertiti, dándoles los símbolos del poder (uas) y de la vida (anj). Amenhotep IV y Nefertiti aparecen exultantes, mirando a través de lo que los egiptólogos denominan Ventana de la Aparición. Amenhotep IV se embarcó en un ambicioso proyecto de construcción en el interior de la ciudad templo de Amón: Karnak. Los templos, evidentemente iban dedicados a Atón. Amenhotep IV mandó construir cuatro templos: Guemetpaatón, Rudmenu, Tenimenu y Hutbenben.

Amenhotep IV, antes de la muerte de su padre

Amenhotep IV, antes de la muerte de su padre

 

Nefertiti y Amenhotep tras la muerte de su padre

Nefertiti y Amenhotep tras la muerte de su padre

Al usar un tipo de piedra más pequeño del normal conocido como talalates, se salvaron los bloques de la destrucción por haber sido reutilizados cuando la memoria de Amenhotep IV fue perseguida. Todo lo que sabemos sobre los templos lo debemos al Akhenaten Temple Project, que ha reconstruido importantes escenas, que nos han ayudado a conocer la gran importancia de la que Nefertiti gozó desde el principio del reinado de su marido. Gracias a este estudio sabemos que Nefertiti aparece el doble de veces en las escenas que poseemos del templo e incluso es mostrada en la típica posición del faraón: golpeando a una enemiga de Egipto.

Nefertiti castiga a una enemiga de Egipto

Nefertiti castiga a una enemiga de Egipto

 

El nombre de Nefertiti

El nombre de Nefertiti

El misterioso hab-sed[11] del Atón

En el año tercero de su reinado, Amenhotep IV celebró su hab-sed En su festival, a diferencia de los tres que celebró su padre, solamente se mencionaba una divinidad: Atón. Por qué celebro tan pronto su hab-sed es algo que no acabamos de entender. Normalmente, los faraones no respetaban la ley de los treinta años (por ejemplo, Amenhotep III celebró su primer hab-sed en el año trigésimo, su segundo en el trigésimo cuarto y el tercero en el trigésimo séptimo; se sabe que planeaba un cuarto para un año entre su trigésimo noveno y su cuadragésimo primero) pero no era normal celebrarlo tan pronto.

La explicación más verosímil es que, si como creemos hubo dos años de corregencia entre Amenhotep III y Amenhotep IV, el hijo simplemente celebrara el cuarto festival de su padre en lo que sería su año trigésimo noveno, al haber este muerto antes de celebrarlo.

Revolución: el faraón cambia su nombre y crea su religión

En su cuarto año de reinado, Amenhotep IV, abandonando por completo el culto al dios Amón, cambió su nombre de Amenhotep[12] a Ajenatón[13]. Simultáneamente, Nefertiti adaptó su nombre convirtiéndolo en Neferneferuatón[14] Nefertiti. Ajenatón y Nefertiti tuvieron cuatro hijas en Tebas: Meritatón, que nació alrededor del año primero; Maketatón, que nació alrededor del año cuarto; Anjesenpaatón, que nació antes del año séptimo y Neferneferuatón Tasherit[15], nacida en el año octavo.

Ajenatón aprovechó muchos de los elementos de la religión solar, entre ellos destacan:

  • La traducción de los nombres de Atón son: Viva Ra-Horajty que se regocija en el horizonte. En su nombre de Shu que es el Atón.
  • Los nombres del rey del Alto y el Bajo Egipto de Ajenatón (prenomen) son Neferjeperura[16] Uaenra[17].
  • Uno de los epítetos que más usó Ajenatón es Anjemmaat, el que vive según el orden cósmico o el que vive en Maat (diosa encarnación del orden cósmico)
  • Reproduciendo la tríada primigenia de la cosmogonía heliopolitana, Ajenatón formo una tríada: Atón en el papel de Atum, Ajenatón en el papel de Shu y Nefertiti en el papel de Tefnut.
  • Nefertiti además empeñaba el papel de diosa de la fertilidad, puesto tradicionalmente asociado a Hathor.
  • Mientras que Ajenatón se convertía en el alter ego de Atón en la tierra.
  • El culto a Atón se convirtió también en un culto a la realeza presente y pasada (los dioses de la religión de Ajenatón son Ajenatón, Nefertiti, sus hijas y los anteriores faraones).
  • También reutilizaron parte de la iconografía solar como el de la esfinge o el culto a la piedra Benben.

Los nuevos nombres de Amenhotep IV: Neferjeperura Uaenra (prenomen) Ajenatón (nomen)

Los nuevos nombres de Amenhotep IV: Neferjeperura Uaenra (prenomen) Ajenatón (nomen)

Los nuevos nombres de Amenhotep IV: Neferjeperura Uaenra (prenomen) Ajenatón (nomen)

 

El nuevo nombre de Nefertiti: Neferneferuatón Nefertiti

El nuevo nombre de Nefertiti: Neferneferuatón Nefertiti

 

Los nombres del Atón

Los nombres del Atón

Los nombres del Atón

El coloso asexuado

Los restos más llamativos que dejó Ajenatón en Tebas son una serie de estatuas gigantescas conocidas como los colosos. Todas ellas vienen sin el nombre de la persona que los representa, ya que los cartuchos simplemente contienen el nombre del Atón, aunque a partir de los símbolos que portan y el aspecto que tienen casi todas ellas, es fácil determinar que el representado es Ajenatón. Pero hay un problema: una de ellas es totalmente distinta de los demás: el coloso asexuado. Dado que el resto de las estatuas estaban vestidas, algunos pensaron que estaba a medio terminar (faltaría tallar la falda), pero la estatua está visiblemente terminada y además muestra un hueco entre las piernas que no se hubiera hecho si hubieran pensado en tallarle más tarde una falda. También se pensó que probablemente podía haber sido creada para llevar una falda de oro, pero no hay restos de ninguna hendidura en la estatua para sujetar la falda. Otros dijeron que reflejaba una horrible realidad de Ajenatón, pero en ese caso ¿de dónde salen los hijos que tuvo con Nefertiti y con otras mujeres? En la actualidad los egiptólogos están divididos en dos opiniones: que eso no sea más que una afectación artística que considera a Ajenatón como el alter ego de Atón (padre y madre de la humanidad), siendo ambos andróginos o bien, que simplemente esa estatua no represente a Ajenatón sino a Nefertiti como Tefnut (siendo las otras estatuas representaciones de Ajenatón como Shu).

Coloso de Ajenatón

Coloso de Ajenatón

Coloso asexuado

Coloso asexuado

Una nueva capital para una nueva religión

En el año quinto de su reinado Ajenatón decidió trasladar la capitalidad religiosa (Tebas) y la económica (Menfis) a una nueva ciudad, consagrada a Atón. Eligió un paraje desértico del Medio Egipto cercano a Hermópolis (la ciudad consagrada al dios lunar Thoth), en el lugar ahora conocido como el-Amarna[18] (o Tell el-Amarna). La ciudad se empezó a construir rápidamente, usando ladrillos. Ajenatón mandó construir palacios, templos y tumbas. En pocos años, Egipto construyó una ciudad de ensueño, Ajetatón. Con este gesto, Ajenatón se alejó del clero del dios Amón y de los países extranjeros. De los primeros, quitándoles poder económico y de los segundos, por una mera razón geográfica: mientras que Tebas estaba en el centro del imperio egipcio[19] Ajetatón estaba en el centro del Egipto tradicional[20]. En esa decisión se puede entrever el desprecio hacia ambos que caracterizaría el resto de su reinado.


[5] Discurso de Ajenatón encontrado en Karnak y reconstruido por Donald Redford y el Akhenaten (sic) Temple Project.
[6] Cuando una princesa llegaba a Egipto desde el extranjero se le solía poner un nombre egipcio.
[7] Luego sería reina como esposa de Ay II.
[8] Mito de la Diosa Lejana.
[9] Más tarde reinaría como faraón.
[10] Tanto que, cuando se convirtió en rey, lo incluyó en su cartucho.
[11] Festival que normalmente se celebraba a los treinta años de gobierno y servía para renovar la fuerza y la magia del faraón.
[12] Amón está satisfecho.
[13] Espíritu transfigurado de Atón (o quien es útil a Atón).
[14] La perfecta perfección de Atón.
[15] Tasherit significa la pequeña por excelencia. También podría traducirse con el anglicismo junior
[16] La perfecta entre las transformaciones de Ra.
[17] El único de Ra.
[18] De ahí viene el nombre de este período.
[19] Sus fronteras: al norte, el río Éufrates y al sur, la Cuarta Catarata del Nilo.
[20] Sus fronteras: al norte, el delta del Nilo y al sur, la Primera Catarata del Nilo.

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