Magia Egipcia
Por Amador V. Amores
10 diciembre, 1999
Modificación: 16 mayo, 2020
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En éstas páginas que vais a leer, se ha intentado exponer una representación de ideas y creencias, que los antiguos egipcios tenían respecto a Dios, los dioses, el juicio final, la resurección y la inmortalidad. En una palabra, esbozar brevemente lo bello, lo noble y sublime de su religión. La realidad de éste informe deriva enteramente de trabajos religiosos originales. El último -se puede decir- tiene varios miles de años de antigüedad, y el más antiguo entre seis o siete mil años.

Los compendios citados que componen estas deducciones se han hecho con la intención de ayudar al lector para que juzgue por si mismo con minuciosidad las conclusiones a las que hemos llegado. Muchos escritores que escriben sobre religión egipcia, quieren de alguna manera disimular que ésta tiene dos vertientes: por una parte, una de ellas tiene una enorme semejanza con la religión cristiana de hoy en día, y por la otra está ligada a la religión de muchísimas sectas que florecieron en el tercer y cuarto siglo de nuestra era, y de la que se puede decir tiene parte cristiana y no-cristiana.

Es de la parte no cristiana la que representa una colección de ideas y supersticiones que pertenecen a un estado de existencia salvaje o semi- salvaje, y que mantiene su creencia en las mentes de los egipcios a un alto grado mucho antes que avanzaran hasta la alta civilización que llegaron a gozar. Podemos pensar que estas ideas y creencias, son ideas tontas como si fueran un juego de niños, pero no hay razón posible que nos haga dudar que eran hechos reales para las personas que tenían estas creencias, y que aunque hubiesen sido ideas tontas, pasaron a formar parte de la religión de los egipcios y con ella crecieron y prosperaron, y al final muchas de éstas ideas fueron adoptadas por egipcios que se convirtieron al cristianismo o coptos.

Se hace referencia de éstos conversos en la mejor literatura clásica del antiguo Egipto, y es más que probable que a partir de aquí otras grandes naciones de la antigüedad encontraron su camino, y a través de griegos, romanos, árabes y otros llegaron a Europa. En las páginas siguientes, se va a tratar de exponer toda la evidencia de la parte mágica de la religión egipcia. Todas las referencias que aquí se mencionan son como las del libro «IDEAS EGIPCIAS SOBRE LA VIDA FUTURA», y están sacadas de papiros y otros documentos originales, y los extractos citados son composiciones que fueron empleadas por los egipcios para producir efectos mágicos. La magia de los egipcios tenía dos formas:

  • Aquella que era empleada para intenciones legítimas, con la idea de buscar un beneficio, tanto a los vivos como a los muertos.
  • Aquella que se hacía con nefastas intenciones y que pretendía traer calamidades a aquellos a los que va dirigida.

En los estudios y textos religiosos, vemos como se hacía la magia, llegando a ser ésta la favorita de la religión, y de cómo aparece en ciertos casos totalmente ligada con las concepciones espirituales más sublimes, no dejando lugar a dudas que el objeto principal de los libros de magia y ceremonias eran de uso exclusivo de aquellos, que de alguna manera tenían el conocimiento suficiente para usarlos debidamente.

Tenemos de los hebreos una amplia información acerca del poder de la magia egipcia. San Esteban nos narra que el gran legislador MOISES, aprendió toda la sabiduría de los egipcios y declara que era poderoso tanto en hechos como en palabras, habiendo numerosas experiencias en la vida de MOISES, que nos muestra era un gran experto en las practicas de la magia egipcia. La frase «poderoso en palabras», probablemente quiere decir, que así como la diosa ISIS, él era muy buen orador, Tenia mucha fluidez y exquisita pronunciación, sabiendo dominar en todo momento la situación, comunicando realmente sus deseos. La transformación de una serpiente en lo que es aparentemente un palo y viceversa, son proezas que ya habían tenido lugar anteriormente en tiempos remotos, y la influencia para dominar y dirigir los movimientos de éstos reptiles venenosos era una de las cosas de las que los egipcios se sentían orgullosos, y en los que tenían gran maestría incluso en la época en que se construyeron las pirámides.

Esta es la única prueba –nos dice MOISES-, en la que estaba versado en la magia de los egipcios, porque así como él la tenía, también la poseía el mago ABA-ANER, y el rey NECTANEBUS, así como la gran mayoria de los magos de Egipto.

A una palabra de MOISES, ARON levantó su cuerda y tocando el agua, ésta se convirtió en sangre. Cuando la sacó, innumerables cantidades de ranas aparecieron. Cuando la arena era tocada por ésta cuerda mágica, ésta se convertía en piojos y así sucesivamente con otras cosas. Cuando MOISES venteó cenizas «hacia el Cielo», éstas bulleron y en su caída hicieron ampollas a hombres y bestias. El extendió su cuerda y hubo granizo y fuego entre los llantos de las personas. Encantó el lino y la cebada. Extendió de nuevo su cuerda y trajo una gran plaga de langosta…..y después vino la obscuridad. MOISES, podía hacer todo esto. También trajo la muerte a los egipcios recién nacidos por orden de su dios y a través de las palabras que ÉL le ordenaba decir.

No obstante hay que hacer una gran distinción entre la magia de MOISES, y la de los egipcios, entre los cuales convivía. El primero lo hacia en nombre del Dios de los hebreos. Los segundos por los dioses de Egipto y por orden del hombre. Sobre el comportamiento posterior de MOISES, entre los egipcios, encontramos como él, extendió su mano sobre el mar, y el Señor motivó a las aguas a separarse debido a un fuerte viento del Este, que duró toda la noche, he hizo en donde había agua un terreno seco al dividirse éstas, para que los hijos de Israel pudieran pasar huyendo de los egipcios entre dos paredes de agua. Cuando los hebreos hubieron pasado, y el ejercito del faraón estaba entre éstas dos paredes de agua, MOISES y en nombre de Dios, extendió su mano sobre el mar y las aguas volvieron a su forma primitiva, ahogando a todo el ejercito egipcio arrastrando a las profundidades a hombres, caballos,carros etc.

A pesar de todo esto, existen pruebas escritas ( ver papiro Westcar), que la separación de las aguas, se hacía por los magos egipcios muchísimo tiempo antes al periodo de MOISES y existe una historia verídica que paso a relatar.

Este documento fue escrito al principio de la Dinastía XVIII –cerca de 1.550 años a.c.- y está bien claro que lo narrado en él, es del tiempo de la Gran Pirámide. La historia es relatada por BAIU-F-RA, al faraón KEOPS, como un acontecimiento sucedido durante el reinado del padre del faraón, y como prueba de la maravillosa magia que su sacerdote poseía. Este se llamaba TCHATCHA-EM –ANKH, y parece ser que cierto día en que el faraón SNEFERU, se hallaba muy triste y bajo de espíritu, éste se dirigió a su corte, esperando que algunos de ellos encontrara alguna cosa o manera que le hiciera levantar el ánimo y poder ser feliz otra vez. Estos fueron incapaces de satisfacer las necesidades del faraón, así que ordenó llamar a su sacerdote y escriba TCHATCHA-EM-ANKH, el cual se personó de inmediato , cosa que de acuerdo con las ordenanzas reales se hizo. Cuando éste llegó el faraón SNEFERU, le dijo:

Hermano mío, me he dirigido a la corte con anterioridad, esperando que alguno de ellos me levantara el ánimo, porque estoy muy decaído, y nadie ha podido hacer nada por mí.

El sacerdote insinuó al faraón que acudiera al lago del palacio y tomara una barca, la cual debería ser equipada debidamente con viandas de palacio, diciéndole también se alegrará el corazón cuando navegue de una parte del lago a la otra., admirando las hermosas orillas y campos. Suplicó al faraón le dejara organizar el viaje, pidiéndole permiso para que le trajeran veinte remos de ébano forrados de oro y veinte jóvenes vírgenes de esbelta belleza.

También solicitó al faraón veinte mallas para vestirlas, las cuales serían usadas en lugar de su indumentaria. Estas cantarían y remarían al mismo tiempo. El faraón aceptó éstas proposiciones y cuando todo estuvo preparado el faraón subió a la barca comenzando su paseo por el lago.
Las jóvenes empezaron a cantar y remar . El faraón de pronto se sintió alegre y empezó a sentirse feliz, aliviando así su corazón entristecido. Fue entonces cuando a una de ellas se la enredó el pelo en uno de los ornamentos que la malla tenía, que era de turquesa, cayó al agua y se hundió.
La joven cesó de remar y cantar, siguiéndola las otras jóvenes. El faraón al observar que habían dejado de remar y cantar, preguntó que pasaba.
Le contestaron, lo que había pasado y el faraón ordenó le llevaran a la orilla, prometiendo que recuperaría el ornamento hundido en el fondo del lago.
Una vez de vuelta ordenó a su sacerdote TCHTCHA-EM-ANKH, se personara de inmediato ante él. Cuando éste estuvo ante su presencia le comentó lo sucedido, diciéndole:

Oh!. TCHTCHA-EM KANKH, hermano mío, he hecho todo lo que me habías recomendado. Mi corazón efectivamente volvió a ser feliz, viendo a las jóvenes cantar y remar, pero sucedió que a una de ellas se la enredó el pelo en un ornamento de turquesa y se cayó al lago hundiéndose. Yo la prometí se lo devolvería.

Acto seguido el sacerdote y escriba , mencionó ciertas palabras mágicas (hekau), causando que una parte del agua del lago se montara sobre la otra, dejando al descubierto el fondo del lago, encontrando el ornamento que había perdido la joven. El agua que tenía doce cúbitos de profundidad creció sobre una parte a veinticuatro cúbitos, cuando TCHATCHA-EM ANKH lo ordenó. A continuación el mago pronunció otra vez unas palabras mágicas volviendo las aguas a su estado original. El faraón agradecido agasajó a su sacerdote con regalos en prueba de su agradecimiento. Esta es la historia de la magia poseída por un mago que vivió en los tiempos del faraón KEOPS, el cual reinó al principio de la Dinastía IV, alrededor de 3.500 años a.c. La copia que poseemos de ésta historia es más antigua que el periodo que vivió MOISES, por lo tanto no existe posibilidad de que distorsione la versión de que las aguas del mar se formen en paredes; una a la derecha y la otra a la izquierda. Por esto el milagro de MOISES, muy bien pudiera tener alguna conexión con el de TCHATCHA-EM-ANKH.

Del «Papiro Westcar», sacamos la siguiente historia:

Un hijo del faraón KEOPS, llamado HERUTATAF, famoso por su inteligencia y cuyo nombre consta en el LIBRO DE LOS MUERTOS unido al descubrimiento de ciertos capítulos de ésa maravillosa recopilación, estaba un día hablando con su padre sojuzgando presuntivamente acerca de la magia poseída por los antiguos; contestando a algún reparo efectuado por KEOPS éste le contestó:

Hasta el momento tu has oído solamente comentarios de lo que los hombres antiguos conocían y no sabemos si éstos son ciertos o falsos, pero ahora te ruego veas a un sabio que conozco tan pronto como sea posible, uno que no te conoce. El faraón KEOPS, le contestó. Quien puede ser ése hombre HERUTATAF?. Este le contestó se llamaba TETA y que vivía en TET-SENEFERU, que tenía 110 años y que hasta ahora mismo se había comido 500 hogazas de pan y el delantero de un buey. También le dijo éste se había bebido 1.000 medidas de cerveza. Que el sabía como poner una cabeza a un cuerpo del cual había sido cortada. Que él sabía como tiene que seguir al león, para que cayera en su trampa. Que el sabía también el número de APTET, que había en el santuario de THOTH.

Hacia mucho tiempo que KEOPS, había visto los APTET del santuario de THOTH, y quería mandar hacerse uno semejante a él, para su propio «horizonte». ( a pesar de que en éste momento es imposible saber que era un APTET, está claro era un objeto o instrumento usado en conexión con alguna clase de magia y por lo tanto el faraón estaba tan interesado como sus vasallos en su obtención).

El faraón KEOPS, dijo a su hijo trajera ante su presencia al mago TETA , cosa que éste se preparó a hacer, una vez que prepararon unas barcas para ir a donde el mago habitaba. Después de haber remontado el río durante un periodo de tiempo, llegaron a TET-SENEFERU, y cuando las barcas estuvieron amarradas a los mojones, el príncipe salió a hacer la otra parte del viaje por tierra, en un armatoste especie de litera, llevada por porteadores. Esta estaba fabricada de ébano, siendo sus brazos de madera » sesnetchem » forrados de oro. Cuando llegaron adonde vivía TETA, los portadores bajaron la litera al suelo, siendo saludado el príncipe por el sabio, el cual estaba reposando sobre una cama de mimbre, estando situada la misma en el porche de la casa, mientras un sirviente le lavaba la cabeza y otro le daba masajes en los pies. Después de un intercambio de saludos y haciendo referencia a HERUTATAF, de ésta honorable visita, le comunicó que venía de muy lejos y traía orden de darle un mensaje de su padre, el faraón KEOPS, a lo que el sabio agradeció enormemente y profetizando éste que el faraón exaltaría todavía más su rango.

Una vez que los saludos terminaron, partieron todos al embarcadero, ayudando el príncipe con su brazo al viejo mago. Una vez llegaron al río, el sabio comentó a HERUTATAF, necesitaría otra barca para llevar a sus hijos y a sus libros, cosa que se preparó inmediatamente.
Cuando llegaron al palacio de KEOPS, éste ordenó llevaran rápidamente al mago a la Columnata en donde lo recibiría. Una vez TETA, fue presentado al faraón, éste le dijo. ¿Cómo es que nunca te visto ¿ A lo que el mago respondió. Señor, aquel que es llamado acude, y ya que tu lo has hecho, aquí estoy.

De acuerdo con lo que yo sé le dijo KEOPS, ¿ Es verdad que eres capaz de poner una cabeza en un cuerpo, la cual ha sido previamente cortada y separada de éste?. El sabio le respondió, efectivamente yo sé como hacer esto. Acto seguido KEOPS dijo. Traerme un prisionero para infligir su sentencia. TETA, se opuso diciendo: señor no permitir que esto se haga con un hombre, sino sobre un animal sagrado. Al oír aquello, alguien trajo un ganso, cortándole acto seguido la cabeza. TETA colocó el cuerpo del ganso al lado Oeste de la Columnata y la cabeza al lado Este de la misma. TETA, que estaba de pié, recitó varias palabras mágicas, empezando el cuerpo del ganso en ése mismo momento a moverse, así como su cabeza. Cada vez que la cabeza y el cuerpo se movían se acercaban más y más, hasta que en un momento determinado, la cabeza encajo perfectamente en el cuerpo. Este acto de magia, lo repitió con un ave y con un buey.

La historia que hemos recogido del PAPIRO WESTCAR, nos da suficiente información para comprobar que durante la Dinastía IV, la magia estaba reconocida como arte entre los egipcios y todo lo que hemos aprendido de textos posteriores nos indica que es imposible imaginar esto no ocurriera en cualquier época anterior o posterior.

La sabiduría de los egipcios se divide en dos formas, mejor dicho poseídas de dos formas de sabiduría, las cuales les permitía distribuirla entre el mundo material y espiritual. No obstante las naciones limítrofes siempre confundieron éstas dos formas y en consecuencia nunca lo entendieron.

Uno de los nombres más antiguos de Egipto es KAMT o QEMT, palabra que significa negro u obscuro. Se le llamaba de ésta manera por la gran cantidad de limo que se amontona a cada lado del Nilo. Los egipcios cristianos ó cóptos transmitieron ésta palabra a los griegos, romanos, sirios y árabes como KHEME. En una época muy primitiva los egipcios eran famosos por su maestría trabajando metales y según los escritores griegos, los egipcios empleaban mercurio, para el proceso de separación del oro y la plata.

De éstos procesos sale una substancia o polvo negro, que se suponía tenía maravillosos efectos mágicos, pues creían que éste polvo contenía las individualidades del metal. Místicamente, éste polvo negro está identificado con el cuerpo de OSIRIS, que sabemos poseía en El Mas Allá, por lo tanto a los dos se les atribuía cualidades mágicas y de ambas se pensaban eran el origen de la vida y del poder. A medida que crecía en Egipto, el conocimiento práctico del proceso del metal, creció también en el país la creencia de que el poder mágico existía en la fusión y aleación de los metales.

De ésta manera el arte de manipularlos y el conocimiento que poseían de la química, acerca de los mismos fueron descritos con el nombre de KHEMIA, que significa preparación de mineral negro (o poder), considerado como el principio activo de la transmutación de los metales. A éste nombre los árabes la añadieron el articulo AL, y como resultado de ello tenemos la palabra AL-KHEMEIA o ALQUEMIA, nombre que perpetuará la reputación de los egipcios como prósperos investigadores de la magia blanca y arte negro.

Los jeroglíficos que frecuentemente cubrían las paredes de las tumbas, las figuras de sus dioses bien grabadas o pintadas sobre estelas o sarcófagos, impresionaría todavía más al populacho, el cual tenía miedo de la escritura y de aquellos que la entendían.

Bibliografía

Egyptian Magic de Wallis Budge.

 

Autor Amador V. Amores

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