Los misterios que encierra el Valle de las Momias en Egipto
Por Coordinadores de AE
Creación: 3 julio, 1999
Modificación: 3 abril, 2017
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Al sudoeste de El Cairo se encontraron hasta ahora 105 momias. Pero creen que habría en total unas 10.000. El cementerio tiene 6 kilómetros cuadrados y los expertos dicen que es el más grande de Egipto

A casi 300 kilómetros al sudoeste de El Cairo, en Egipto, había un sitio desértico sin pirámides. Hace tres años, un burro que caminaba por el lugar se quedó atascado en el terreno. Un hueco quedó abierto. Y permitió que ahora el mayor cementerio de Egipto, de la época grecorromana, fuera descubierto.

El cementerio estaba escondido en un sitio ubicado a 6 kilómetros de la ciudad de El Bawiti, en Egipto. Dos mil años atrás, los egipcios decidieron que la zona era ideal para conservar el cuerpo humano después de la muerte. Un logro imprescindible si se pretendía que el alma de la persona muerta se reencarnase en otro ser humano.

Hasta el momento se hallaron 105 momias. Pero el jefe de la excavación y director de antigüedades del Sahara y de las Pirámides de Giza, Zahi Hawass, de 52 años, apuesta por más: «Esperamos encontrar al menos 10.000 momias en este cementerio».

Hawass emprendió la excavación del terreno en marzo. Antes, el azar había jugado una buena pasada. Después de que el burro dejó un hueco abierto, los arqueólogos excavaron y encontraron los primeros indicios del cementerio, que ahora llaman «valle de las momias».

En marzo, Hawass reunió un equipo de arqueólogos, arquitectos, restauradores, conservadores e ingenieros. Todos pusieron manos a la obra y descubrieron que el cementerio tiene una extensión de 6 kilómetros cuadrados. Primero excavaron en cuatro tumbas, que tienen una entrada, un pasillo de distribución y dos cámaras. Dentro de ellas, se hallaron 105 momias. «Se trata de momias que están en buenas condiciones -dijo Hawass-, y que demuestra la riqueza de la gente de esa época».

Las momias fueron, en realidad, gente que vivió en Egipto entre los años 330 antes de Cristo y 400 después de Cristo. Esto ocurrió en el período grecorromano, luego que de Alejandro Magno conquistó el país surcado por el río Nilo.

Hawass y su equipo de especialistas encontraron cuatro tipos diferentes de momias. Unas están recubiertas con una capa muy fina de oro. Otras tienen por encima cartón con ilustraciones de dioses y diosas, como por ejemplo Osiris, Isis, Toth, entre otros. Además hay momias dentro de ataúdes que están hechos de cerámica y tienen por fuera la imagen de la cara de la persona muerta. Y, por último, hay momias envueltas sólo con bandas de lino.

Las momias no sólo conservaron cuerpos, también «sentimientos». Una momia de mujer se encontró con su cara entornada hacia su marido, trasmitiéndole amor y afecto. En otro espacio, otras momias forman parte de un grupo familiar, con sus chicos cubiertos por oro.

Junto a las momias, también se hallaron objetos, como estatuas de mujeres en duelo, brazaletes, aros y monedas. Incluso, algunas coronas y cerámicas con la imagen de Bes, una divinidad con aspecto de enano grotesco y casi monstruoso, que era el protector de los hombres y niños durante el sueño y el nacimiento.

Las escenas decorativas que recubren a algunas de las momias dan cuenta del Juicio Final, el momento en que el alma del muerto debía comparecer con elocuencia ante el dios Osiris. Además, informó Hawass, «el dios Uraeus aparece en la cabeza de algunas momias de personas no pertenecientes a la nobleza, una característica que indica el deseo del muerto de transfigurarse en rey».

En diálogo con Clarín, Amalia Frontini, museóloga del Museo Houssay de Ciencia y Técnica, de la Facultad de Medicina de la UBA, estimó que «el valle de las momias es el único cementerio que puede dar información sobre los cambios que se dieron en el estilo de vida egipcio a partir de la llegada de griegos y romanos».

Hawass anticipó que los cuerpos encontrados serán mantenidos en el lugar y analizados en detalle. Frontini señaló que «será importante el análisis químico de las momias porque determinará si estaban conservadas en natrón (una sal de la zona egipcia), con betún de judea o con alguna otra sustancia». Es que el uso de estos conservantes implica desenredar parte de la historia: los egipcios nativos usaban el natrón para conservar los cuerpos. Los griegos y los romanos quisieron imitarlos, usando el betún de judea. Pero nunca se enteraron que la perfección de la técnica egipcia estaba en el uso del natrón.

Fuente: Clarín

Reseña: Gloria Raquel

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