La Reina del Nilo regresa a Berlín
Por Coordinadores de AE
5 septiembre, 2005
Modificación: 3 febrero, 2018
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La Reina del Nilo regresa a Berlín

El busto de la bella Nefertiti cubrió el pasado mes otra etapa en su viaje de 3.300 años para ser exhibida en la Isla de los Museos, en vecindad con la retrospectiva de Goya, mientras siguen las obras en su definitivo hogar, el Neues Museum.

Las pancartas con el perfil de la Reina del Nilo saludan al visitante del Altes Museum -Museo Antiguo-, a unos 200 metros de la bandera con el nombre Goya que ondea sobre la Antigua Galería Nacional y a otros 200 de la que será su residencia fija, en el 2009.

El mes pasado, la Mona Lisa egipcia de enigmática sonrisa recorrió los cuatro kilómetros distantes entre su penúltima dirección provisional, el futurista Kulturforum, hasta el prusiano edificio de Karl Friedrich Schinkel, de 1830.

Fue un paseo nocturno entre extraordinarias medidas de seguridad y propio de una faraona, con el que «se cierra por fin la larga postguerra museística», en opinión del director del Museo Egipcio y la Colección de Papiros, Dietrich Wildung.

Nefertiti regresó así a la Isla de los Museos, de la que partió en 1939 mientras caían los bombardeos aliados sobre la ciudad y a lo que siguió una etapa de confinamiento y sucesivas mudanzas.

La Reina del Nilo , probablemente el busto más hermoso del mundo, no ha tenido una existencia fácil desde que, el 7 de diciembre de 1912, dio con ella el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt en unas excavaciones al valle de Amarna, entre Luxor y El Cairo.

Primero recaló en el Neues Museum, donde se estrenó ante el gran público. En los años 30 se negoció su restitución a Egipto, pero Hitler se opuso, puesto que la quería para su proyecto Germania. Durante la Segunda Guerra Mundial se le refugió en una mina de Turingia (este de Alemania), donde la encontraron las tropas estadounidenses.

Volvió a luz pública en los años 50 para ser exhibida en las afueras del sector americano y en 1967 se le buscó un domicilio teóricamente estable, también en el barrio occidental.

Allí, en una pequeña estancia sin luz natural del barrio de Charlottemburg pareció recuperar cierta estabilidad y permaneció durante cuatro décadas, es decir, una etapa fugaz, para alguien con tres milenios encima.

El pasado marzo empezó su nueva ronda de mudanzas, en la que recaló en el Kulturforum, en medio de una instalación entre neones.

Hermosa, vagabunda y sola en una gran vitrina de recio cristal blindado, Nefertiti se exhibió de nuevo en su Isla, sin perder la sonrisa y ante el alud de cámaras de televisión y fotógrafos.

Acompañan a la Reina del Nilo , en los 1.300 metros cuadrados de espacios del museo, otros 1.200 objetos entre sarcófagos, joyas, papiros y relieves, integrantes de colección del Museo Egipcio.

No es la única Nefertiti, hay otras esculturas que representan a la que fue madrastra de Tutankamon, datadas asimismo entre los años 1300 y 1340 antes de Cristo. Pero ninguna le hace sombra.

«Por fin la tenemos de nuevo en la Isla», dijo Wildung, quien afirmó tener la conciencia «cien por cien limpia» en cuanto a que la «Reina» debe estar en Berlín y no en otra parte del mundo.

No hay reclamación oficial por parte de Egipto «y el hecho de que su embajador esté hoy en la inauguración prueba que ambos países entendemos que ésta es también una manera de contribuir al necesario diálogo entre las culturas», apuntó Wildung.

Hasta el 2009 no estará lista la última pieza a remodelar del conjunto de cinco museos de la Isla, el Neues Museum. El concepto, diseñado por el británico David Chipperfield, está calculado que costará 300 millones de euros, un lujo para una ciudad cuya frase definitoria es «Berlin ist Pleite » («Berlín está en bancarrota»), pero que considera razonables los 3 millones de euros -financiados por empresas privadas- que costó esta penúltima mudanza.

Nefertiti esta desde el mes de agosto a merced del visitante, a plena luz, lo que, según Bild , dañará la epidermis de la Reina , y con el pintor español como ilustre vecino, una alternativa para los turistas que guardan hasta tres horas de cola, para visitar a Goya, profeta de la modernidad .

A partir del 3 de octubre, cuando se cierre esa muestra monográfica, auténtica sensación de la temporada en Berlín, Nefertiti sonreirá de nuevo en solitario, mientras vigila desde su vitrina las obras de su futuro -y es de suponer- domicilio fijo.

Fuente: Noticias de Alava
http://www.noticiasdealava.com/ediciones/2005/09/05/verano
/d05ver30.200335.php

Reseña: Roberto Cerracin

 

(Mejora de SEO/Readability/Presentación… 3 de febrero de 2018. No hay cambios en contenidos o ilustración)

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