Apéndice: reconstrucción del embalsamamiento de Tutankhamon
A partir de las evidencias del examen de la momia y lo que sabemos sobre embalsamamientos regios, trataremos de reconstruir el proceso de embalsamamiento del faraón hace tres mil trescientos años.
Imaginemos, tras la típica e inicial ablución ritual de purificación ¿en el sx-nTr?, el cadáver de Tutankhamon acostado de espaldas sobre una mesa, donde los embalsamadores van a proceder primeramente a la operación quirúrgica de evisceración toraco-abdominal y descerebración:
- Se le practicó una incisión ventral de 8,6 cm. de longitud que iba paralela a una recta que fuese desde el ombligo hasta la cresta ilíaca anterior superior, unos 2,5 cm. por encima de esta línea[153], por donde se extraerían los órganos internos – es de suponer – en su totalidad (no se dice nada sobre si se respetó el corazón in situ; seguramente las recientes TAC’s lo verificaran); éstos serían tratados con natrón aparte y envueltos con lino en cuatro paquetes para ser introducidos en el cofre canope. Al igual que la momia del rey, habían sufrido la acción de los ungüentos que se habían solidificado, pegándolas (las miniaturas de féretro como canopes en lugar de los tradicionales vasos) al fondo de los huecos. No encontramos datos suficientes para averiguar si esta unción tuvo lugar en la tumba o en otro lugar. El único detalle que puede sugerir que ocurrió fuera de la tumba es el hecho de que las tapas con cabeza antropomorfa estaban ligeramente separadas, lo cual podía haber ocurrido con el traqueteo del transporte a la tumba. Sin embargo, había pruebas suficientes para demostrar que la unción empezó con el féretro del sudeste, siguiendo luego con el del sudoeste, el del noroeste y, finalmente, el del nordeste, cuando sólo quedaba un poco de ungüento[154]. Si estas libaciones se llevaban a cabo durante el funeral, como vimos con la momia, nada impediría a priori pensar que las libaciones sobre los mini-cofres canopes se realizara también en ese momento; mi opinión personal sobre este tema del momento en que tuvieron lugar, es – si bien teniendo en cuenta sus consideraciones – no hacer excesivo caso de las aserciones de Carter, quien no parece mostrar especial interés en concretar este punto, dándose en ocasiones algunas aparentes contradicciones.
Un inciso: los paquetes viscerales fueron también libados con – al parecer – los mismos ungüentos, pero estos no fueron expuestos al sol; si éstos son inocuos, las vísceras momificadas deberían estar a priori en buen estado de preservación; de ser esto cierto, sería otro factor importante que refutaría la teoría del deterioro por aquéllos.
Sin embargo, aun tratándose de un embalsamamiento regio, no faltaron los descuidos: Sin embargo, a pesar de todo el cuidado y los muchos gastos hechos para preservar y proteger los restos mortales del joven rey, así como el suntuoso ajuar y lo que debió de ser un complicado ritual funerario en el momento del enterramiento, nos encontramos con una burda actuación por parte de los que llevaron a cabo las exequias. Debían de saber, mejor que nosotros, que la diosa Neftis debería estar en el lado sur del cofre y que su protegido era el genio Hepy, y que Selki debería ir en el lado este, encargándose del genio Qebehsnewef. Sin embargo, al colocar el equipo canope, situaron a Selkit en el lado sur, en lugar de Neftis, y a Neftis en el lado este, donde le hubiera correspondido ir a Selkit, a pesar de que el equipo lleva señales claras, así como inscripciones correctas en cada lado. Además, los carpinteros que ensamblaron las piezas del palio y encajaron la cubierta de madera sobre el cofre de alabastro, dejaron sus desechos (virutas de madera) en un montón sobre el suelo de la cámara[155].
- Posteriormente, se le practicaría la usual craneotomía: Se le inserta por la nariz un gancho que rompe el etmoides, por detrás de las cavidades nasales. El gancho entra en el cráneo y se le hace rotar para romper el cerebro y dejarlo en estado semilíquido. Luego se gira a Tutankamon sobre el estomago, con la cabeza colgando sobre la mesa, de manera que el cerebro, impulsado por la gravedad, salga por la nariz[156].
Con respecto a su interior, N. Reeves dice: Dos niveles diferentes de resinas opacas a los rayos X, visibles en las radiografías de 1968 del cráneo de Tutankamón, indican que los embalsamadores trataron la cabeza en dos ocasiones separadas: una vez con la parte superior del cráneo hacia abajo, y otra vez con la parte inferior del cráneo en posición invertida[157].
Por su parte, Leek dice: Lo que no se dieron cuenta es que dentro del cráneo (como revelado en las investigaciones de 1968) hay dos áreas de resina en ambos ángulos derechos, de los cuales uno debe haber sido derramado a través de la nariz mientras el cuerpo estaba en posición supina, y el otro mientras era sujetado verticalmente y boca abajo.1[158].1 Cf. Lámina XXI. Es más probable que la cabeza sola fuese sujetada verticalmente e invertida, forzándola hacia tras en esta posición mientras se mantenía el cuerpo supino.
Si la interpretación siguiente de Brier es correcta, y como sugiere al final Leek, con las manipulaciones y movimientos de cuello y cabeza, supondría que la introducción de resina en el cráneo se daría antes de la deshidratación con natrón, pues tales manipulaciones serían imposibles con la rigidez de un cadáver deshidratado y habría supuesto en ese caso colocar éste aparatosamente en posición vertical e invertida: El cráneo ya esta listo para la resina, dice Brier, para cauterizar su interior, en caso de que hubiera quedado un resto de cerebro[159]. Se vuelve a colocar el cadáver boca arriba y se llena con resina caliente un cuenco de cerámica con dos pequeños picos tubulares. Se colocan las pipetas en las fosas nasales y se inclina el cuenco para que la resina caiga en la nariz y luego dentro del cráneo. La gravedad controla adonde va. Puesto que Tutankamon esta acostado sobre la espalda, la resina forma un charco en la parte posterior del cráneo. Cuando fluye produce el primero de los dos niveles. Esta resina quema cualquier trocito de tejido cerebral que hubiese quedado en la parte posterior del cráneo. A continuación se coloca el cadáver de Tutankamon sobre la mesa de manera tal que la cabeza cuelgue en un extremo, con la barbilla apuntando al cielo. Otra vez se vierte resina para que forme un charco en el punto más bajo, que esta vez es la parte superior de la cabeza. Esto quema los fragmentos de cerebro desde el frente del cráneo y crea el segundo nivel de fluido que se ve en la radiografía[160]. El cerebro sabido es que se desechaba.
A continuación se procedería a la exposición en natrón para la deshidratación; es muy posible que se intentase deshidratar el cuerpo también desde dentro, introduciendo atillos de natrón en el interior de la cavidad corporal, lo que se conoce como “material de relleno temporal”, exactamente como hizo Bob Brier en su “Experimental Human Mummification Project” en 1994, ya que existen evidencias que lo sustentan. Entre el material usado en el embalsamamiento de Tutankhamon y religiosamente guardado en unas grandes ollas que Davis descubrió en 1907 en la tumba-pozo nº 54 y que más tarde Winlock estudió, se hallaron unos saquetillos de lino con natrón o paja: Hoy quedan unas dos docenas de bolsas (pequeñas) llenas con natrón… Los que las hicieron simplemente tomaron un pañuelo/cuadrado de lino y lo llenaron de natrón, luego recogieron juntas las cuatro puntas, las hicieron girar fuertemente, y las envolvieron alrededor y las ataron con una estrecha tira de lino[161]. Y otras contienen principalmente paja picada, la cual tiene un sabor salado tal que inducía a creer que la mezcla fue intencionada, y de vez en cuando se encuentra que la cantidad de sal es tan grande que es difícil separa esta clase de bolsas de las primeras[162]. Una forma de saber si esos atillos se usaron como “material de relleno temporal”, sería evaluando el volumen del total de los mismos y comparándolo con el de la cavidad corporal de la momia; de todas formas, esto no sería muy viable de realizar pues no parece que se conserven hoy todos los atillos de natrón ni siquiera todas las ollas integrantes (de las doce, o incluso quince, sólo se conservan seis en el Museo Metropolitano[163]).
Una forma macroscópica de averiguar si fueron o no usados, sería comprobando si el natrón se halla teñido, por los fluidos hísticos sanguinolentos, o si se hallaba compactado: el natrón al secarse, una vez ha sido humedecido, tiende a compactarse a veces con una dureza pétrea[164]. También comprobando si el lino de los mismos se hallaba tupido debido al extracto seco coagulado de los fluidos corporales. Por otra parte, unos análisis químicos de muestras de ese natrón podrían verificar, entre otras cosas por ejemplo, la presencia o no de jabones – químicamente hablando, es decir, el producto resultante de la combinación de ácidos grasos, procedentes de los lípidos del cadáver, con el álcali del natrón.
Una vez concluidos los usuales 35 o 40 días, se retiraría el natrón y, para eliminar el natrón húmedo adherido a la piel, se lavaría el cuerpo o se restregaría con trapos, pero es probable que esta tarea no se realizase adecuadamente: También examinó (Lucas) algunos puntos blancos que había en al piel que cubría la parte superior de la espalda y los hombros y resultaron estar compuestos de «sal común con una pequeña proporción de sulfato sódico», con toda probabilidad procedente del natrón empleado en el proceso de embalsamamiento[165], y N. Reeves dice: la cara apareció… con la superficie manchada de natrón (carbonato de sodio hidratado residual del proceso de embalsamamiento), aunque no se podría descartar la posibilidad de que se tratase de eflorescencias salinas: cuando una momia reseca es desnudada y expuesta al exterior, puede absorber humedad ambiental (quizás por capilaridad ¿u osmosis retroactiva?), provocando la migración de sales de momificación presentes en el interior de los tejidos momificados hacia la superficie dérmica[166].
Como resultado, el cadáver deshidratado experimentó un típico exagerado encogimiento[167], donde, por ejemplo en una de las piernas, en conjunto la piel y los tejidos no medía más de dos o tres milímetros. Los bordes de las resquebrajaduras parecían de goma. No hay duda de que se debía a la combustión a que nos hemos referido[168]. Es más fácil que esa cantidad tan escasa de tejidos musculares momificados se debiese a la muy posible complexión delgada del rey, y al encogimiento típico de la deshidratación, así como las áreas tisulares concretas donde el proceso enzimático de digestión y licuefacción se consumaría al completo mientras durase la deshidratación, y no debido a la combustión como afirma Carter.
La cavidad corporal fue rellenada con lino impregnado de resina, como “material de relleno permanente”, después de la salazón, si hubo – como parece – relleno con atillos de natrón para una deshidratación interna: La pared del abdomen mostraba una acusada protuberancia en el lado derecho. Esta protuberancia resultó haber sido producida al colocar material en la cavidad abdominal desde el lado izquierdo, donde estaba situada la incisión de los embalsamadores. … del compacto relleno del abdomen, compuesto de una masa de lino y resina, hoy día de dureza pétrea[169].
La incisión ventral no se cubrió con la placa de oro tradicional para un rey, sino con una masa de lo que parecía ser resina, aunque es probable que sí la hubiese, pero se hubiese desplazado por las manipulaciones del vendaje: Sólo pudimos verla (la incisión) después de sacar una masa carbonizada, de lo que parecía ser resina, y por ello la longitud de la incisión podría ser mayor de lo que parecía, ya que la dureza de la masa pegajosa hacia difícil delimitar la herida. Sus bordes estaban curvados hacia adentro a causa del compacto relleno del abdomen, … No encontramos la placa de oro o de cera que a menudo aparece cubriendo la incisión del embalsamador, pero al sacar los vendajes apareció una chapa oval de oro en el lado izquierdo, entre varias capas de vendas, cerca de la abertura en la pared del abdomen[170].
Se sellaron los orificios nasales, los ojos y los labios, muy seguramente acompañado por el pronunciamiento ritual de fórmulas mágicas: Cuando finalmente descubrimos el rostro vimos que tenía una substancia resinosa rellenando los agujeros de la nariz; también se había colocado una capa del mismo material por encima de los ojos y entre los labios[171] y Mr. Lucas averiguó que el material que llenaba los agujeros de la nariz, así como el que cubría los ojos consistía de cierto tipo de tejido impregnado con resina[172].
Se le afeitó la cabeza y probablemente se le impregnó con alguna unción de grasa: La cabeza estaba afeitada al rape y la piel del cráneo había sido recubierta con una substancia blancuzca, probablemente un ácido graso[173]. Este ácido graso bien podría ser la consecuencia del enranciamiento de esa misma grasa. Esto recuerda la instrucción IX del Ritual de Embalsamamiento escrito en dos papiros del periodo romano: Instrucciones para más unción en la cabeza con aceite de olíbano y grasa, y para cubrir con ciertas especias. (pap. Boulaq, 7, 1-2)[174]. También se le rasuró el vello púbico: No había pelo en el pubis, (y el pene recibió un tratamiento específico:) ni podía apreciarse si se había practicado la circuncisión, pero habían levantado el falo, envolviéndolo por separado y manteniéndolo en posición itifálica por medio de los vendajes perineales[175]. No es extraño en embalsamamiento, incluso en los privados, este tipo de tratamiento, que – cuando no es posible – se sustituye por un pene protésico; el itifalo es un símbolo de revirilificación y en consecuencia de resurrección, recordatorio de la momia erecta de Osiris, ya sea por ser un atributo típicamente osiríaco o más bien un atributo particular de los dioses agrarios que al ser absorbidos por Osiris, lo acaparó sincretizándolo iconográficamente con su momia.
Sin embargo, curiosa y sorprendentemente no parece que se ungiese el cuerpo entero con alguna resina o aceite perfumado (y menos betún), a pesar de que la cara inferior de la momia, sobre la que reposaba, se saturó de las libaciones graso-resinosas de los funerales, al penetrar éstos los vendajes de debajo y alcanzarla, desde el nivel en los costados de la momia envuelta una vez se hubiesen sedimentado tras su derrame, que al consolidarse con una dureza pétrea la atraparon en el fondo: Resultó que la tela que estaba debajo de la momia y el cuerpo mismo estaban tan saturados de ungüentos que formaban una masa bituminosa en el fondo del féretro, manteniéndolo tan pegado que era imposible levantarlo sin riesgo de grandes destrozos. Incluso después de haber sacado la mayor parte de los vendajes, hubo que extraer a escoplo el material de debajo del tronco, brazos y piernas antes de poder levantar los restos del rey[176]. De hecho, las evidencias parecerían indicar que la cara anterior del cuerpo no fue alcanzada por los ungüentos debido a:
- un vendaje voluminoso[177]
- lleno de objetos funerarios entre las capas que también habría supuesto obstáculos a la penetración.
- Carter – esto es muy importante – menciona el posible uso de adhesivo en el vendaje: Estas vendas (las tres vendas longitudinales y las cuatro transversales) estaban, al parecer, pegadas a la envoltura de lino por medio de un adhesivo como el mencionado por Heródoto[178]. Este adhesivo solía ser alguna resina pegajosa. Resultaría extraño que aplicasen resina adhesiva a estas vendas específicas y no al resto, al menos la capa más externa, para mantener las vendas en posición, pero esto debió ser difícil de especificar a causa del mal estado de los vendajes o los mismos ungüentos libatorios. Para ello, me gustaría traer a colación la escena pictórica de la tumba de Thay (TT 23), donde se ve a los embalsamadores “pintando” de resina con brochas la capa más externa – puesto que se observa que ya han terminado de vendar – de la envoltura de la momia; por cuestiones pragmáticas se puede observar como se los aplican sólo a la parte superior de la misma, por más que algo pudiera escurrirse hacia la parte inferior. Si ocurrió así también durante el embalsamamiento de Tutankhamon, cuando la resina polimerizase, formaría con su pátina una capa aislante que la habría impermeabilizado en gran medida por el tiempo del funeral contra los ungüentos de las libaciones.
- Resulta muy extraño que Carter, en su “Reconocimiento de la momia del rey” (p. 198-223) que se centra casi exclusivamente en los diferentes objetos que adornaban la momia, su posición y su descripción, no cite con frecuencia – que hubiese sido lo normal ante las afirmaciones que se mantienen – el problema de que los objetos, al menos de las capas más externas, estuviesen impregnados de los ungüentos solidificados con el subsiguiente problema para limpiarlos después.
Sólo los objetos de debajo del cadáver, que debieron ser los menos, resultaron ser afectados por la solidificación de los ungüentos: Por desgracia, al ser los objetos que estaban más abajo en el féretro, estas interesantes colas rituales sufrieron grandes daños al quedar empotradas, como un fósil en su matriz, en la gruesa capa de ungüentos endurecidos que se derramó sobre la momia. Hubo que sacarlas con martillo y cincel y como estaban hechas de cuentas – una de ellas era de una prieta malla de diminutas cuentas de fayenza, tejida sobre un forro de fibras – su restauración será una difícil tarea[179]. Estos comentarios para los objetos de debajo del cadáver no se observan con los objetos de encima, que son la inmensa mayoría, precisamente porque no debió de haber penetración de los ungüentos libatorios por la sección de la mitad superior de la momia envuelta; no así con la sección inferior que desde el fugaz momento del vertido hasta su polimerización, los ungüentos tuvieron más tiempo para infiltrarse, además, por estar esa zona sumergida, desde el nivel de sedimentación alcanzado en los costados de la momia.
De hecho, el color blanco grisáceo original con el que se describe la piel corporal[180], parece ser más bien su color natural recién destapada y no se corresponde precisamente con la tonalidad que adquiere la dermis con las unciones resinosas, bituminosas u oleicas, y menos el ennegrecimiento con el que se hubiese teñido en caso de ser alcanzada por los ungüentos libatorios. Esto plantea finalmente una cuestión interesante y algo espeluznante. B. Brier dice: La radiografía del torso (primeras Rx por Harrison en 1968) brindó la primera sorpresa. ¡A Tutankamón le faltaba el esternón y parte de las costillas! Derry no se había dado cuenta a causa de la resina negra que cubría la caja torácica. Tal vez se manipulara torpemente a Tutankamón en el taller del embalsamador y se disimulara el daño con una capa de resina. Otros sugirieron que la ausencia de esas partes se debía a un accidente o a violencia intencionada, causa a su vez de la muerte de Tutankamon.7[181] Y Bucaille, sobre los primeros rayos-X realizados en el examen de 1968, dice: Se hicieron algunas radiografías in situ. La del tronco, como me comunicó Harrison, mostró que numerosas piezas óseas habían desaparecido, muchas de ellas de los costados[182].
Si había resina negra en el pecho, ésta debería haber contrastado en color suficientemente con la piel blanca grisácea[183], como para no haber pasado tan desapercibida, no ya esas partes anatómicas que faltaban si es que las ocultaba totalmente, sino la propia capa de resina negra que Derry no menciona en absoluto en su informe[184]. Esto, finalmente, hace pensar muy sospechosamente que esa capa resinosa no fue aplicada por los antiguos embalsamadores, sino por el equipo que examinó la momia en 1925 durante la recomposición de la misma, y, por consiguiente, la ausencia del esternón y parte de las costillas[185], se debería no a la torpe manipulación de los antiguos embalsamadores, como prevé B. Brier, sino a la de Derry y Carter[186].
Si tenemos en cuenta lo que dice Bucaille con respecto al reconocimiento de 1925: Todas estas maniobras se acompañaron de desprendimientos múltiples de tejidos momificados, naturalmente frágiles y quebradizos[187] y con respecto a la recomposición: Siete días después del comienzo de la masacre, como las piezas de un puzzle, los múltiples trozos de la momia fueron, de aquellas maneras, reensamblados y amalgamados entre ellos con cola y resina para ser depositado sobre una litera de arena: numerosos trozos faltaban; los huecos fueron rellenados con esta amalgama[188]. Resultaría, en consecuencia, que tendríamos unciones resinosas profanas y ajenas al embalsamamiento original, llevadas a cabo por estos “restauradores piadosos” modernos. Las TAC’s de la autopsia de este año deberían verificar la presencia de estas aplicaciones intrusas y, de hecho, esta polémica ha dividido a los científicos:
Costillas perdidas y esternón: …, La opinión entre los miembros del equipo está dividida, entre si las costillas y el esternón fueron extraídas por los embalsamadores o el equipo de Carter. El equipo de Carter no mencionó que las costillas y el esternón se hubieran perdido, y un collar y cordón ambos de cuentas pueden verse cubriendo la cavidad del pecho en fotos tomadas en aquel tiempo, pero antes de que su examen del cuerpo hubiese terminado. Por lo tanto, es quizás más probable que esta parte del cuerpo, ahora completamente perdida, fuera retirada por el equipo de Carter, con el fin de recoger los objetos presentes (aunque él no menciona que hiciesen eso). La investigación arqueológica continuará en un esfuerzo por resolver este caso[189].
Desgraciadamente, debido al mal estado general de la momia y su tendencia a desintegrarse al primer toque fue imposible desenvolverla – como hubieran deseado Carter y Derry – con riguroso orden para estudiar y hacer un seguimiento del sistema de vendaje que se empleó en ella[190]. Sin embargo, se pudieron sacar algunas conclusiones aproximadas bastante fiables: El sistema general de vendaje, por lo que pudimos ver, era de tipo normal[191]. Por lo que pudimos ver, en el caso de Tutankhamón se emplearon los principios generales de vendaje con que estamos familiarizados en las momias y que han sido descritos con todo detalle por el profesor Elliot Smith en su Catálogo de las Momias Reales del Museo de Antigüedades de El Cairo[192]. Es decir, dedos de pies y manos vendados por separado, luego las extremidades, cabeza y tronco igualmente por separado, y finalmente todo junto: Todas las extremidades habían sido envueltas por separado antes de incluirlas en los vendajes que rodeaban todo el cuerpo. …. Todos los dedos de manos y pies estaban envueltos por separado y cada uno había sido recubierto con una funda de oro antes de aplicar el vendaje sobre toda la mano o pie[193].
Sobre el vendaje, Carter comienza diciendo: La envoltura exterior consistía en una gran sábana de lino, sostenida por tres vendas longitudinales (una en el centro y una a cada lado) y cuatro vendas transversales del mismo material, cuya posición correspondía a la de los aderezos de oro flexible, ya mencionados[194]. Y Derry dice: La momia iba envuelta en una sábana, sostenida por vendas que pasaban alrededor de los hombros, caderas, rodillas y tobillos (las vendas transversales)[195]. Estas vendas… Iban en doble y su anchura variaba entre 7 y 9 cm. La venda central longitudinal, que empezaba en medio del abdomen (en realidad era el tórax), pasaba por la tira inferior de cada una de las vendas transversales, por encima de los pies y por debajo de las suelas y volvía a pasar por debajo de la segunda tira de dichas vendas[196]. Se consideró que las vendas longitudinales y transversales iban pegadas con alguna cola resinosa: Estas vendas estaban, al parecer, pegadas a la envoltura de lino por medio de un adhesivo como el mencionado por Heródoto[197], y, verosímilmente, nada impediría a priori asegurar que también las capas más externas, como típicamente se hacía para mantenerlas en posición; dependiendo de la extensión y cantidad que se usase, al polimerizar esa resina pegajosa bien pudo representar una barrera aislante contra los venideros ungüentos libatorios del funeral, como ya vimos.
Algunas de las telas usadas como vendajes para el rey eran de la más fina batista, en particular las que encontramos al empezar el reconocimiento y las que aparecieron en estrecho contacto con el cuerpo. Las vendas intermedias no eran tan finas y en un momento dado encontramos sábanas de lino dobladas colocadas en la parte frontal del cuerpo hasta las rodillas y sostenidas por vendas transversales. La práctica de usar enormes cantidades de lino en forma de sábanas parece haber sido común…[198]. Si la cobertura más externa del envoltorio de lino se hallaba carbonizada: Las envolturas interiores, muy voluminosas, resultaron estar en un estado de carbonización y descomposición aún mayor[199].
En la parte del tórax se hacían pasar las vendas cruzadas por encima de un hombro, luego alrededor del cuerpo y volviendo sobre el hombro contrario. En la entrepierna podían verse claramente los cruces de las vendas, aunque el método empleado para ello no podía averiguarse tanto por la fragilidad de los vendajes como por el hecho de que en este estadio todavía no se podía sacar el cuerpo del féretro… Las (extremidades) superiores estaban colocadas de tal modo que el rey tenía los antebrazos cruzados sobre el cuerpo, con el derecho sobre la parte superior del abdomen y la mano sobre la protuberancia del hueso de la cadera izquierda. El antebrazo izquierdo estaba más arriba, sobre las costillas inferiores, con la mano sobre la parte derecha del tórax, entre éste y el antebrazo derecho[200].
La entrepierna, entre los demacrados miembros inferiores, se llenaba con abundante lino de relleno: …. lo que había sobre sus piernas. El primer objeto que apareció mientras sacábamos pieza por pieza la gran cantidad de guata y vendas que los embalsamadores creyeron necesarias para cubrir y proteger los muslos y dar la momia una forma ortodoxa, …[201]
Numerosos objetos se dispusieron sobre la momia[202], colocados en capas alternativas de la voluminosa envoltura, cubriendo literalmente al rey desde la cabeza hasta los pies. Algunos de los objetos más grandes estaban atados con varias capas de diversos vendajes, arrollados transversalmente y en forma de aspa[203]. En el caso de los pies se habían colocado sandalias al mismo tiempo que las fundas de oro y se habían aplicado las primeras capas de vendajes a fin de permitir ajustar la tira de las sandalias entre el dedo pulgar y el índice, envolviéndose el conjunto en otro vendaje[204]. Ni que decir tiene que toda esta operación de vendaje y colocación de joyas y amuletos funerarios irían acompañados por el recitado de largas fórmulas mágicas y ensalmos religiosos, por lo que esta fase tuvo que ser especialmente muy larga y pesada: También sabemos por el Libro de los Muertos que al colocar estos emblemas místicos sobre el muerto había que pronunciar <<convoz solemne>> las fórmulas mágicas asociados a ellos. En el caso de los amuletos y símbolos hallados sobre el rey, había restos de un pequeño papiro con el ritual, escrito en jeroglífico lineal con trazos en blanco, pero demasiado estropeado y desintegrado para permitir su conservación, aunque de vez en cuando se podían distinguir con dificultad nombres de dioses, como el de Osiris y el de Isis. Por ello, me inclino a creer que este diminuto documento, desintegrado por completo, posiblemente contenía dichas fórmulas[205].
Se colocaban numerosas almohadillas de lino para rellenar los desniveles producidos por los objetos que se envolvían en los vendajes, a fin de permitir al embalsamador aplicar las vendas bien lisas alrededor del cuerpo y las extremidades[206]. Se componía de una serie de vendas, sabanas y almohadillas de lino, las últimas destinadas a completar la silueta antropomorfa, mostrando todo el con junto un cuidado extraordinario[207].
Cuando descubrimos la parte superior de la cabeza vimos que estaba rodeada por una venda doble colocada sobre la envolturaque la cubría. Esta venda, que se parecía un tanto al turbante de los beduinos, pero de un diámetro mucho menor, estaba hecha de una especie de fibra vegetal alrededor de la cual se había atado un cordel. A su vez este vendaje circular sostenía una sábana que pasaba por encima de la cabeza y la cara. Bajo esta sábana los vendajes iban cruzados y pasados alrededor de la cabeza y la cara en sentido transversal, alternativamente[208].
Como resultado de tal proceso se obtuvo una momia – a pesar de toda la opinión egiptológica tradicional contraria – en perfecto estado de conservación: Por consiguiente, existen todas las razones para creer que el cuerpo momificado debajo de las envolturas estaba en excelentes condiciones antes de que se causase daño – primero por exposición a un calor intenso, y segundo por la manipulación humana[209].
Transcurridos los 70 días de embalsamamiento, como manda el ritual, se procedería al funeral de sus exequias. Todos los materiales sobrantes y de deshecho del embalsamamiento regio, rituales pero impuros, fueron piadosamente recogidos e introducidos en unas enormes ollas de almacenamiento – más o menos una docena – para ser también enterrados, concretamente en el pozo nº 54, antiguo comienzo de una tumba cuya continuación constructiva fue cancelada por alguna razón y que se aprovechó y adaptó para este propósito[210]; sin embargo, Carter halló en el suelo del pasillo de la tumba de Tutankhamon, debajo de todo el amasijo de cascotes con el que se rellenó, para bloquear la tumba contra más ladrones, evidencias que apuntaban a que tales ollas, en las que también se introdujo todos los restos del “banquete funerario” en honor de los funerales, habían sido originalmente ubicadas en el mismo pasillo[211], fuera de la parte nuclear de la tumba, pero – al mismo tiempo – dentro de la misma, bloqueado por las puertas de entrada y pasillo-antecámara, ambas obviamente selladas. Cuando se cometieron los primeros robos, poco después del entierro, y las autoridades y guardas de la necrópolis real decidieron llenar de escombros, hasta el techo, el pasillo para bloquear la tumba contra más robos, estas ollas iban a quedar sepultadas y se decidió sacarlas y enterrarlas fuera, eligiendo un pozo ya excavado de un proyecto de tumba abandonado, el nº 54, para tal propósito, descubierto por Davis en 1907.
[153] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 328.
[154] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 239.
[155] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 239.
[156] “El Asesinato de Tutankhamon. La verdadera historia” Bob Brier, p. 201.
[157] “Todo Tutankamón” Nicholas Reeves, p. 117-118
[158] “The Anatomical Report on the Royal Mummy” in “The Human Remains from the Tomb of Tutankhamun” Filce Leek, p. 17.
[159] “El Asesinato de Tutankhamon. La verdadera historia” Bob Brier, p. 201.
[160] “El Asesinato de Tutankhamon. La verdadera historia” Bob Brier, p. 201-202.
[161] “Materials used at the Embalming of King Tut-ankh-Amun (Memoirs of Herbert E. Winlock)” Herbert E. Winlock, Metropolitan Museum of Art Papers, No. 10, p. 11.
[162] “Materials used at the Embalming of King Tut-ankh-Amun (Memoirs of Herbert E. Winlock)” Herbert E. Winlock, Metropolitan Museum of Art Papers, No. 10, p. 11.
[163] “Materials used at the Embalming of King Tut-ankh-Amun (Memoirs of Herbert E. Winlock)” Herbert E. Winlock, Metropolitan Museum of Art Papers, No. 10, p. 6.
[164] “The Use of Natron in Human Mummification: A modern Experiment” Bob Brier and Ronald S. Wade in ZÄS 124, pp. 94-95.
[165] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 326.
[166] “History of Egyptian Mummies” Thomas Joseph Pettigrew, p. 70-71. “Mummies, mith and magic” Christine El-Mahdy, p. 98-99.
[167] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 329.
[168] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 328.
[169] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 327-328.
[170] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 328.
[171] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 326.
[172] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 326.
[173] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 326.
[174] “Egyptian Mummies” G. Elliot Smith & Warren R. Dawson, p. 49.“Ritual de l’embaumement: Pap. Boulaq III, Pap Louvre 5158” Serge Sauneron, 1952, Impremerie Nat., El Cairo.
[175] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 328.
[176] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 199.
[177] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 200 y 325.
[178] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 199.
[179] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 218.
[180] De la mitad superior, ya que la inspección macroscópica se realiza desde arriba; la mitad inferior, como hemos visto, estaba saturada y atrapada por los ungüentos solidificados.
[181] “El Asesinato de Tutankhamon. La verdadera historia” Bob Brier, p. 199.
[182] «A propos de la momie de Toutankhamon» Maurice Bucaille en La Revue administrative 44, num. 243, 1988, p. 252.
[183] “Todo Tutankamón” Nicholas Reeves, p. 117.
[184] Apéndice I “Informe sobre el reconocimiento de la momia de Tutankhamon” en “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 320-331 ¿The Burial Chamber, Vol. II?
[185] A pesar de que B. Brier dice que al cadáver de la KV 55 (que él identifica con Semenjara) le faltaba también el esternón, para cuya curiosa semejanza no encuentra explicación, a no ser – dice – que los embalsamadores emplearan alguna técnica especial en estas momias; pero a continuación él mismo da contra-argumentos de su propia hipótesis: Un argumento contra mi punto de vista es que Semenjara murió en Amarna y probablemente fuese embalsamado allí. En cambio, resulta prácticamente seguro que Tutankhamón fue embalsamado en el taller de otro embalsamador, en Tebas o Menfis. Harrison no propuso ninguna hipótesis al respecto. “El Asesinato de Tutankhamon. La verdadera historia” Bob Brier, p. 199-200.
[186] A no ser que entre el reconocimiento de 1925 y la autopsia de Harrison en 1968, hubiese otros episodios fatídicos que desconocemos.
[187] «A propos de la momie de Toutankhamon» Maurice Bucaille en La Revue administrative 44, num. 243, 1988, p. 251-252.
[188] «A propos de la momie de Toutankhamon» Maurice Bucaille en La Revue administrative 44, num. 243, 1988, p. 252.
[189] http://www.guardians.net/hawass/press_release_tutankhamun_ct_scan_results.htm
[190] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 323-324.
[191] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 199.
[192] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 324.
[193] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 325.
[194] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 199.
[195] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 323.
[196] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 324.
[197] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 199.
[198] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 324-325.
[199] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 199.
[200] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 325.
[201] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 218.
[202] Para los numerosos objetos de la momia ver“El reconocimiento de la momia del rey” en “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 198-223.
[203] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 200.
[204] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 325.
[205] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 207-208.
[206] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 324.
[207] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 199.
[208] “La tumba de Tutankhamon” Howard Carter, p. 325-326.
[209] “5. The Camouflage of the Dismemberment of Tutankhamun’s Mummy and the Problem of the Curse of Tutankhamun” en “Mummies of the Pharaohs. Modern Medical Investigations” Dr. Maurice Bucaille, p. 37-38.
[210] “Todo Tutankamón” Nicholas Reeves, p. 39.
[211] “Todo Tutankamón” Nicholas Reeves, p. 95.
Autor Francisco Javier Gómez Torres
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