La bella que no quiere llegar a Egipto
Por Coordinadores de AE
3 agosto, 2007
Modificación: 10 diciembre, 2017
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La mañana del 6 de diciembre de 1912 el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt desenterró una imagen espléndida. «No se puede describir, hay que verla» anotó furtivamente en su diario. Había encontrado una de las esculturas más bellas de la antigüedad: el busto de la reina Nefertiti.

En ese tiempo, el gobierno egipcio había acordado con los arqueólogos extranjeros que les permitiría quedarse con la mitad de los hallazgos, previa inspección y selección de los funcionarios egipcios.

Poco se sabe de la historia que siguió.

Los detractores de Borchardt aseguran que el arqueólogo pintarrajeó el rostro de Nefertiti el día de la inspección; otros aseguran que dividió en dos lotes los hallazgos y puso en uno a Nefertiti y en el otro piezas particularmente llamativas.

Otros citan altas sumas de dinero que el alemán habría distribuido secretamente.

Se fue para no volver

Resulta difícil de creer ahora que una escultura de una belleza semejante se haya escapado de la mirada de expertos en arte egipcio, pero el resultado final fue que Borchardt recibió un documento oficial del gobierno de Egipto donde se le otorgaba, entre muchas otras piezas, el busto de Nefertiti.

Desde su primera exhibición en 1913 Nefertiti comenzó a expandir su fama. En 1924 el gobierno egipcio comenzó una serie de largos e infructuosos intentos por recuperarla.

Los egipcios parecen ahora resignados a no poseerla, pero buscan por lo menos conseguirla en préstamo durante tres meses para la inauguración del nuevo Museo Egipcio, programada para el año 2012.

Las autoridades alemanas se han opuesto con infinidad de argumentos, que van desde razones de su conservación y la mención del acuerdo de 1912 hasta argumentar que los egipcios no aprecian su propia cultura antigua.

Los alemanes también dicen que Nefertiti representaría un caso ejemplar de integración de lo extranjero en Europa, que en Berlín es una estrella y que en El Cairo sería una más, que ya tienen bastante con el sarcófago dorado de Tutankamón.

Argumentos

Todos estos argumentos han sido usados por arqueólogos, historiadores , columnistas y políticos alemanes para buscar que Nefertiti se quede en ese país.

Los egipcios, como el encargado del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto Zahi Hawass (que alguna prensa alemana ha llamado «el showmaster de las pirámides»), han respondido que infinidad de veces han enviado no menos frágiles antigüedades de gira por museos alemanes, incluídos los recientes «tesoros sumergidos», exhibidos por primera vez en Berlín

«Si los alemanes no nos prestan a Nefertiti, demostraremos que fue llevada de manera ilegal a Alemania» declaró Hawass.

Por lo menos un grupo de alemanes aboga por el préstamo, la asociación «Culture Cooperation», que ha lanzado el slogan «Nefertiti va de viaje».

«La bella ha llegado» es la hermosa traducción del nombre Nefertiti, una palabra que a los egipcios les gustaría pronunciar en los próximos años, pero que difícilmente se formará en sus labios.

Fuente: BBC
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_6928000/6928123.stm

Reseña: Manuel Crenes

 

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