La alimentación de los Egipcios
Por Rosa Pujol
2 noviembre, 2003
Modificación: 10 junio, 2020
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Bebidas. La cerveza y el vino

El segundo producto a partir de cereales más importante en Egipto fue sin duda la cerveza. Ocupa el segundo lugar en las fórmulas de ofrendas, y se han encontrado vasijas que contuvieron cerveza a lo largo de todos los periodos dinásticos. El explorador y viajero suizo John Burckhardt recogió el modo de fabricación de la bouza en el siglo XIX. Esta sería una forma muy primitiva de cerveza, bastante similar a la del antiguo Egipto.

Según sus informes, se recogía el trigo y se molía rudimentariamente, colocándose las tres cuartas partes de la harina resultante en una vasija grande, donde se amasaba con agua. Entonces se le añadiría algún tipo de levadura y se cocería apenas, de manera que la levadura siguiera viva.

El cuarto restante de la harina se mojaba y se dejaba expuesto al aire formando una pasta a la que llamaban wadjit (la fresca); tras un rato se aplastaba mientras estaba aún húmeda (forma primitiva del malteado) y se añadía al resto de la masa para dejarla fermentar. Después de la fermentación, se incorporaba a la mezcla un líquido azucarado a base de dátiles y se filtraba a mano.. El líquido filtrado se vertía en vasijas de terracota que luego se sellaban. Es posible que se añadieran sabores a algunas cervezas egipcias, especialmente frutas y dátiles. Este proceso está representado en muchas estatuillas de sirvientes del Reino Antiguo, en las maquetas del Reino Medio y en pinturas y relieves del Reino Nuevo

En las ofrendas al rey difunto se le prometían panes que no se desmigajaran y cerveza que no se agriara, lo cual da cuenta de que esta cerveza se agriaba con facilidad.

Conocían al menos tres tipos de cerveza: la negra, la de Asia Menor y la «que olía a vino»

Tanto el pan como la cerveza se hacía en las casas y los excedentes los utilizaban para el intercambio con otros productos. Las maquetas del Reino Medio muestran estas actividades juntas, quizás porque su preparación era interdependiente.

Los dátiles no solo se utilizaban para dar sabor a la cerveza, sino que los antiguos egipcios también hacían vino con ellos. Aunque no era una bebida tan común como la cerveza, también este vino aparece en las listas de ofrendas representadas en numerosas tumbas.

El vino de dátiles probablemente se hacía remojando los frutos en agua, y luego prensándolo todo. El líquido recogido se ponía en vasijas y se dejaba fermentar naturalmente. Hoy en día aún se produce un vino de dátil en Egipto, aunque no se consume hasta que se destila en un licor llamado aragi. Los antiguos egipcios desconocieron la técnica de la destilación.

En el mundo antiguo, los vinos egipcios eran famosos. Distinguían seis clases de vino, el blanco, el negro, el rojo y el del norte. El vino del norte podía ser Mareótico, Sebenítico y Teniótico Los viñedos estaban en el Delta y en los oasis, especialmente en El Fayyum, aunque Dakhla y Bahariya eran también famosos por su producción de vinos. En casi todos los huertos privados también había al menos unas pocas cepas alineadas y que daban hermosos racimos de uvas. Hubo un viñedo especialmente famoso en los dominios del Templo de Amón en Tebas llamado Ka-em-Kemet (el espíritu de Egipto) que producía vino dulce.

El jeroglífico del lagar, así como las ofrendas de vino están presentes en las tumbas egipcias desde la primera dinastía en adelante. El vino también tuvo un papel importante en la literatura, ya que era un tema común en la poesía amorosa -donde el amado actuaba como el vino, dejando al amante ebrio e insensible. También en los textos sapienciales se hace alusión al vino. Estos textos eran como manuales de conducta para los antiguos egipcios, y en ellos se condenaba la autoindulgencia y se advertía de los peligros de la embriaguez. De hecho, en una tumba tebana del Reino Nuevo se describen claramente los desgraciados resultados del exceso de consumo de vino en algunos invitados a banquetes.

La fabricación del vino está representada en las paredes de muchas tumbas, principalmente del Reino Nuevo, y podemos reconstruirla del siguiente modo: Las uvas se cultivaban en viñedos, así como en los huertos de las casas. Una vez vendimiada se ponía en unas grandes tinajas de madera o piedra que se cubrían con una especie de andamiaje del que colgaban cuerdas. Los trabajadores entonces las pisaban agarrándose a las cuerdas para mantener el equilibrio. EL líquido que salía de las uvas pisadas se recogía.

El residuo de pieles (hollejo) se metía dentro de una tela que se retorcía hasta extraer la última gota del jugo restante. Este método de escurrir todo el zumo de las uvas se practicaba aún en Egipto en el siglo XIX, y fue recogido por algunos de los estudiosos que acompañaron a Napoleón en su expedición.

El mosto se colocaba en vasijas destapadas y se dejaba fermentar naturalmente por medio de las levaduras presentes en las pieles de la uva. Después de esta fermentación preliminar, el líquido se trasegaba a otras vasijas, o bien se sellaban las anteriores, por medio de un tapón en el que se dejaba un agujero para dejar escapar los gases de la segunda fermentación. Una vez que ésta se había completado, los agujeros se tapaban y el tapón se recubría de arcilla. Algunas ánforas de vino se etiquetaban con el nombre del dueño del viñedo, el viñedo de origen y la fecha de producción. A veces, las «etiquetas» indicaban que el vino allí contenido era bueno, muy bueno o muy, muy bueno. Presumiblemente estas designaciones dependían del tipo de uvas y el viñedo de donde procedían. La fecha de producción era muy importante, ya que los vinos egipcios no duraban mucho tiempo, y debían consumirse en el plazo de un año, si no querían que se convirtieran en vinagre.

En la época grecorromana y copta, la fecha no era ya tan importante, ya que las vasijas estaban impermeabilizadas por dentro con una capa de resina o pez. Esta práctica era desconocida en tiempos faraónicos.

También producían vino de palma, a partir de la savia de las palmeras datileras. La savia se obtenía haciendo una incisión en lo alto del tronco de la palmera, por debajo de las ramas. Luego se recolectaba la savia que salía por los cortes. Este mismo vino aún se produce en el oasis de Siwa, donde lo llaman lagbi. El vino de palma era uno de los líquidos utilizados para lavar los cadáveres en el proceso de momificación.

Otros vinos que se producían en época dinástica eran el de higos y el de granada, aunque hay controversia acerca de si la palabra egipcia (antigua) shedeh significaba vino de granada o jugo de granada. Ciertamente era posible fabricar tanto zumo como vino de granada y de higo, ya que ambas frutas eran muy comunes en época faraónica.

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