Cuando la figura de esta mujer aparece en la época de Ajenatón, rivalizando con la célebre y bella Nefertiti, historiadores y expertos se sintieron algo confundidos, llenos de asombro e inquietudes. Aún hoy, se sabe poco acerca de Kiya y las conjeturas y supuestos son muchos.
En un principio, su imagen se confundió con la de la mismísima Nefertiti, pues los orígenes de ambas constituían siendo un misterio. Kiya parece haber tenido un papel importante en la corte, como segunda esposa del faraón, “favorita del rey”, “amada de Ajenatón” y sacerdotisa de Atón.
Para esta reconstrucción me he valido de los escasos restos documentales en los que aparece y se identifica a Kiya. Aparece siempre muy bella, tocada con una peluca de finos rizos, acicalados en forma de capas o en escalera. Los controvertidos vasos canopos que le pertenecieran y fueran utilizados para otra momia nos muestran una gran hermosura y nos sorprende el notable parecido a las representaciones de Tutankamón.
En esta imagen frontal de Kiya, se pueden apreciar sus rasgos delicados. La muestro maquillada con una fina y luminosa pátina blanquecina que aclara su piel. Sus ojos oblicuos y almendrados están enmarcados por un oscuro delineado negro y sus cejas pintadas llevan las líneas hacia las sienes. Una bella mujer, sin duda…