Influencia de la fotografía en la descripción del Egipto romántico
Por Santiago Entrena Gil
11 abril, 2009
Modificación: 23 mayo, 2020
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La introducción de la técnica fotográfica supuso un cambio radical de planteamiento a la hora de representar las imágenes que, los “turistas”, artistas y “egiptólogos” pioneros, observaban en su periplo por el “país de los faraones”. Poco a poco, se fue introduciendo esta nueva técnica que reflejó con mayor exactitud y objetividad lo que apreciaban realmente, en detrimento de las manifestaciones artísticas desarrolladas hasta ese momento por medio del dibujo, la pintura y el grabado, que no eran más que representaciones más o menos afortunadas de la realidad. La fotografía permite viajar a través del tiempo y volver a observar, a través de las imágenes fotográficas contenidas en “viejos” libros y antiguos grabados, la realidad de aquella época romántica de mediados del siglo XIX y principios del XX. No se trataba de recuperar un tiempo pasado, sino de comprender la personalidad de estos investigadores que vivieron una época que ha quedado atrapada en los vestigios de las placas fotográficas.

Fotografía utilizando la técnica de la albúmina, en torno a 1890, que representa una vista de dos turistas, montados en camello frente a la Esfinge de Gizeh y la Pirámide de Keops. Se aprecian varios personajes autóctonos. Autor: desconocido. Colección particular del autor.

Fotografía utilizando la técnica de la albúmina, en torno a 1890, que representa una vista de dos turistas, montados en camello frente a la Esfinge de Gizeh y la Pirámide de Keops. Se aprecian varios personajes autóctonos. Autor: desconocido. Colección particular del autor.

En la segunda mitad del siglo XIX, se posibilita la invención de esta técnica al encontrarnos en un marco social conocido como la Revolución Industrial. Existía la mentalidad de que la humanidad avanzaba en un progreso constante y uniforme, siendo las máquinas la expresión física de ese progreso, del triunfo del hombre que era capaz de dominar la técnica. La fotografía se erigía como la técnica de registro que venía a complementar el viaje, que hasta ese momento había recurrido al grabado.

A nivel nacional se constata una ausencia de tradición en cuanto a los estudios arqueológicos y técnica fotográfica que, por tanto, influyen de manera decisiva en la existencia de una pobre representación de investigadores, viajeros y artistas españoles en el país del Nilo. No fue el caso de Francia, país de dilatada y reconocida tradición de estudios en torno a la imagen fotográfica. Lo mismo ocurría principalmente con investigadores provenientes de Inglaterra y Estados Unidos.

Postal editada por una de las escasas empresas ubicadas en España. Se trata de la fototipia Hauser y Menet, de Madrid. Activa entre 1895 y 1956. Representa imágenes de bronces, depositados en el Museo Arqueológico Nacional. Colección particular del autor.

Postal editada por una de las escasas empresas ubicadas en España. Se trata de la fototipia Hauser y Menet, de Madrid. Activa entre 1895 y 1956. Representa imágenes de bronces, depositados en el Museo Arqueológico Nacional. Colección particular del autor.

Desde el Renacimiento, numerosos artistas, dibujantes y escultores ya habían utilizado la cámara oscura como ayuda en la preparación de algún dibujo. La ilustración de los monumentos arqueológicos, tradicionalmente, se había basado en el dibujo; de hecho las misiones arqueológicas internacionales llevaban en sus equipos dibujantes cuando no eran los propios arqueólogos quienes simultaneaban esa función con la suya propia. De esta manera llegan al mundo occidental vistas de civilizaciones exóticas, misteriosas y desconocidas.

El problema de la representación del dibujo y posteriormente del grabado, era asumir un riesgo por la interpretación que cada artista hacía de la obra que tenía que “capturar”. Por ejemplo en la obra “La Description de l’Égypte…”, los artistas y dibujantes de Napoleón uniformizaron los relieves e inscripciones de épocas y dinastías diferentes, plasmando las mismas características y estilo general. Era una forma de idealización.

Grabado, tamaño 115x75, original, que corresponden a la excepcional publicación Description de l’Egypte. Vista panorámica extraída del volumen III, concretamente la plancha está numerada como PL. 2. Fue publicado entre 1809 y 1828. Colección particular del autor.

Grabado, tamaño 115×75, original, que corresponden a la excepcional publicación Description de l’Egypte. Vista panorámica extraída del volumen III, concretamente la plancha está numerada como PL. 2. Fue publicado entre 1809 y 1828. Colección particular del autor.

No obstante, desde sus inicios, la fotografía, el dibujo y el grabado convivieron en armonía. De hecho, la fotografía copiaba los métodos del dibujo y el grabado, influenciada por el hecho de que cualquier persona que tuviera relación con la formación científica y artística debía previamente haber obtenido conocimientos del arte del dibujo. Las primeras fotografías, daguerrotipos, muestran composiciones artísticas a la hora de retratar piezas arqueológicas que transmiten inmovilidad y sensación de volumen.

El invento de la fotografía iba a solventar la mayoría de los problemas que la ciencia tenía. Era reproducible, objetiva e imparcial, siendo por tanto fuente de documentación fidedigna y además ofrecía a la investigación arqueológica eficacia, exactitud y rentabilidad.

En cuanto a su utilidad, reproducimos una cita de Ernest Lacan y Eugène Disdéri de 1855: “Responde a las necesidades figurativas del arte, ciencia e industria, educa e instruye a la mayoría de la gente. Lo que era monopolio de unos pocos pasa a ser democrático, y posee una utilidad moral y material”.

Su aparición iba a cambiar la difusión de las obras de arte y de los descubrimientos. La imagen podía abandonar ya el espacio cerrado del gabinete de curiosidades por las revistas, las exposiciones y los libros ilustrados.

Los inicios no estuvieron exentos de polémica, que enfrentó a dibujantes y grabadores contra los fotógrafos, sobre todo en relación al valor artístico de cada uno de los soportes, entrando en competencia en los circuitos comerciales. La polémica se zanjó coincidiendo con la celebración de la Exposición Universal de Londres en 1862, al concederse premios a varios fotógrafos, entre ellos al francés Henry Cammas, que había obtenido unas preciosas imágenes de Egipto.

Postal de Braun y Cie, de principios de 1900, que representa una imagen de la Esfinge de Gizeh y las pirámides de Keops y Kefren. Colección particular del autor.

Postal de Braun y Cie, de principios de 1900, que representa una imagen de la Esfinge de Gizeh y las pirámides de Keops y Kefren. Colección particular del autor.

En el siglo XX se siguieron valorando las ventajas que suponía la fotografía respecto del grabado o del dibujo, saliendo a relucir los falseamientos que el dibujo había extendido. Esa afirmación queda reflejada en una cita del eminente egiptólogo Gaston Maspero, realizada en 1912: “Hoy gracias a los procedimientos de reproducción mecánica, reconocemos matices individuales, temporales, que prueban que este arte evolucionó como cualquier otro. Fueron las imágenes que no eran fieles las que permitieron que la tesis de la inmovilidad del arte egipcio continuara durante mucho tiempo”.

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