Eugène Jean-Baptiste Louis-Joseph Lefébure
Por José Antonio A. Sancho y Gerardo Jofre
1 agosto, 2006
Modificación: 4 junio, 2020
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Eugène Jean-Baptiste Louis-Joseph Lefébure

Prunoy (Francia) 11-11-1838/Argel (Argelia) 9-4-1908

Hijo de Jean-Baptiste Lefébure y Louise Elisabeth Honorine Mouchon

Nacido en el seno de una acomodada familia con tierras en Prunoy, en el Departamento de Yonne, en la Borgoña francesa, se dice que su interés por el mundo antiguo despertó al ver una antigua moneda que el hijo de uno de los colonos de su padre había descubierto cuando laboraba en el campo, y que posteriormente, ya en colegios de Auxerre y Sens, unas localidades cercanas a su pueblo natal, Lefébure tendría ocasión de manifestar su especial aptitud para el estudio de las gramáticas antiguas, y modernas.

Su ingreso en el servicio postal de correos francés, en dónde estaría muchos años, no le impidió dedicarse a profundizar en el estudio de otros aspectos del mundo antiguo como sus costumbres y religión de la mano de su maestro François Joseph Chabas, en gran medida motivado por la necesidad de escapar al recuerdo de la muerte de su joven esposa, así como también su especial atención hacia el mundo de la poética lo que le hizo aproximarse al gran poeta francés Stéphane Mallarmé de quien se hizo muy amigo.

Fue un 5 de mayo de 1867 cuando, estando en Cannes, Lefébure escribió a Chabas para hablarle de su interés por la egiptología a través de precisamente obras suyas como “Voyage d’un Égyptien”, o el “Papyrus Harris”, o entre otras, “L’Histoire” de Heinrich Karl Brugsch, a la vez que le hacía saber de sus primeros pasos en la escritura hierática.

El camino hacia la egiptología ya parece estaba decidido cuando unos meses más tarde camino de Chalon-sur-Saône, lugar de residencia de Chabas, hizo parada en Besançon para estudiar el sarcófago del escriba real Seramón, y con motivo de la inclusión de un artículo de Chabas en la revista “Zeitschrift” sobre cierta inscripción del rey Takelot (II), Lefébure comprendió que su futuro definitivamente pasaba por dedicarse a la escritura jeroglífica no pudiendo ser de mejor forma que disertando de algunas de las apreciaciones que su maestro hacía en la publicación…

A pesar de la incomprensión de su familia, su interés por las gramática antigua se amplió con estudios sobre el hebreo y copto, y aunque no falto de dificultad por encontrar un editor no tardó en publicar su “Traduction comparée des Hymnes au Soleil composant le XVe chapitre du Rituel Funeraire Égyptien”, labor que le sería reconocida por personajes como Lepsius, Birch, Leemans, Rougé, Prisse d’Avennes, quiénes le abrieron las puertas de “L’Académie des Inscriptions et Belles-Letres” de París, y lo que resultaría aún más trascendente, de Auguste Mariette, a quien debería en gran medida su designación como director de la misión arqueológica francesa en Egipto.

Lefébure llegaba un 9 de marzo de 1881 a El Cairo siendo presentado a diversos sectores de la colonia francesa así como del gobierno egipcio dónde parece que su carácter tímido y retraído no jugó a su favor en aquéllos sus primeros días en El Cairo. Pero por su seriedad en el trabajo pronto acabaron reconociéndole su preparación para ocupar el cargo hasta que la necesidad de presentar su tesis, “L’ancienne Égypte chez les grecs” en la “Faculté des Lettres” de París le obligó a regresar a Francia.

A su regreso a Egipto estudió diversas tumbas del Valle de los Reyes, y muy especialmente las de Sethy (I) y Ramsés (IV), hasta que con motivo de su nombramiento como director del “Collége de France” en París en noviembre de 1884 le hicieron regresar de nuevo a Francia para dedicarse ya por completo a labores pedagógicas en su país. Pero como quiera que no contó con el favor de algunos de sus superiores para con sus planes de estudio, no en vano aún se le reprochaba su preparación no académica, solicitó el traslado a Argel para ocupar el puesto de director de su “École Supérieure des Lettres” que por entonces se fundaba en la capital norteafricana.

Alejado del París que tanto daño le había hecho, y contando con la debida distancia, Lefébure ya en Argel publicó el grueso de su obra. “Le Cham et l’Adam égyptiens”, “Les hypogées royaux de Thébes”, “Rites égyptiens”, así como un buen número de artículos en diversas publicaciones fueron su contribución a la egiptología de le época. Pero la muerte de uno de los hijos que su segunda esposa le había dado, la debilidad manifiesta que provocó en su persona el paso de los años, y aún el olvido al que incomprensiblemente fue sometido por parte de algunos sectores de la jerarquía arqueológica francesa provocaron el abatimiento que acabó con su vida en Argel siendo enterrado el 9 de abril de 1908 a la edad de 70 años con la sola presencia de sus colegas y alumnos de la “École Supérieure des Lettres” quiénes nunca escatimaron elogios hacia quién consideraron su magnífico compañero y profesor: el laborioso e infatigable Lefébure.

Bibliografía

  • Traduction comparée des hymnes au soleil composant le XVe chapitre du rituel funéraire égyptien, A. Franck, Paris, 1868.
  • Le Mythe Osirien (Études Égyptologiques 3-4), 1874-1875
  • Les Hypogées royaux de Thèbes, 1, Le Tombeau de Séti Ier, n°2, MIFAO, E. Leroux, Paris, 1887.
  • Le Cham et l’Adam Égyptien, 1887
  • Les Hypogées royaux de Thèbes, 3, Tombeau de Ramsès IV, n°3, MIFAO, E. Leroux, Paris, 1889.
  • Rites égyptiens, construction et protection des édifices, n°4, Bulletin de correspondance africaine, Publications de l’ecole des lettres d’Alger, E. Leroux, Paris, 1890.

 

Autores José Antonio A. Sancho y Gerardo Jofre

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