Estatua de Osiris dedicada por Nespakashuti
Por Aymée Chucuri Lastra
29 julio, 2020
Figurilla de Osiris en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana
Modificación: 30 julio, 2020
Visitas: 3.460

El Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana posee cuatro esculturas del Dios  Osiris, tres en bronce y una de mediano tamaño en piedra. Esta última es una estatua de Osiris dedicada por un hombre llamado Nespakashuti, la cual tiene gran importancia dentro de nuestra colección no solo por su tamaño y factura, sino por el alto nivel de conservación de la pieza y belleza de su acabado.

Uno de los aspectos más importantes de la religión egipcia fue el Mito de Osiris, del cual posteriormente derivarán todas las formas del culto funerario, columna vertebral del pensamiento religioso que cree firmemente en la vida más allá de la muerte. Según el Mito, Osiris era el hijo primogénito de Geb, la Tierra y de Nut el Cielo. Geb delegó su poder en Osiris el cual pasa a reinar, y su gobierno, que duró 28 años, fue tan justo y acertado que los hombres eran enteramente felices. Él los enseñó a cosechar, a criar animales, la técnica de los metales y a hacer esculturas, cerámicas y demás artes. Durante este tiempo reinó el orden en la tierra, se hizo cíclico el régimen de crecida del río y las cosechas fueron abundantes irradiadas por el sol. Él fue el maestro, el mentor, el «Dios Bien Amado».

Pero en las regiones desérticas reinaba su hermano Seth, quien era provocador del caos, de los fuertes vientos que lo arrasaban todo, y el cual sentía envidia del esplendor de Osiris. Planeó su asesinato, escondió el cuerpo de Osiris en un cofre y lo echó a la mar, llegando su cadáver hasta la ciudad de Biblos, en la costa de Asia Menor..

Reinaba con él su esposa y hermana Isis, la cual era prueba de gran fidelidad y además hechicera. Al notar la desaparición de Osiris lo buscó desesperada a lo largo de todo el reino. Encontró el cadáver flotando en el mar cerca de las costas de Biblos y lo rescató, transportándolo hasta Buto. Seth lo descubrió y entonces mutiló su cuerpo en doce fragmentos entregando cada una de las partes a sus cómplices. Una vez más Isis peregrinó en busca de su amado esposo, y ayudada por los dioses Anubis, Thot y Neftis, reunió las partes dispersas. Con su magia las unió nuevamente y ayudado por intermedio del dios Anubis le realizó un proceso de momificación. Osiris volvió a la vida, pero en el lado Occidental del río Nilo, reinando desde entonces en el reino de los difuntos.

Esta es una de las versiones de la historia a grandes rasgos, pero el significado del mito de Osiris tiene un mensaje mucho más profundo. Osiris era el dios de la transmutación, asociado al ciclo de las cosechas, encarnó el bien en contraposición a las fuerzas del mal representadas por su hermano Seth. Así mismo encarnó el orden, la vida eterna y la fe en el renacimiento. Su esposa Isis es ejemplo de fidelidad, amor y astucia para vencer las fuerzas del mal. Horus el hijo de ambos deviene en justiciero y ocupa posteriormente el lugar de su padre en la tierra. Por tanto Osiris encarna las fuerzas que hacen germinar el grano y lograr las cosechas, se le representaba en los festivales como un gran falo generador de la vida.

Osiris en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana. Inv.96-53

La escultura de Osiris del Museo de la Habana, fue realizada en esquisto verde, el Dios reproduce una iconografía muy común del Período Saíta, donde se trata de volver a los valores perdidos del Imperio Antiguo y las obras reproducen los esquemas tradicionales del pasado.[1] Esta tipología escultórica del dios Osiris, se repite a lo largo de la Dinastía XXVI, no solo en la iconografía sino en el material, dimensiones y acabado, lo cual expresa que es una versión oficialista que obliga a un mismo código representativo. Según criterio de algunos autores, esas imágenes representan a faraones, en la forma del dios Osiris, rememorando la iconografía de la IV Dinastía, y que asume la Dinastía Saíta tratando de marcar los valores del pasado, cómo es el caso de uno procedente del complejo Guiza y que actualmente está expuesto en el Museo de El Cairo. Inv. CG-38367 . Las similitudes de esta estatua con la nuestra son evidentes, tanto icónicamente, como por el material y las dimensiones. Lo cual demuestra que eran realizadas en serie y posteriormente dedicadas en la parte posterior por los ofrendantes.

En esta escultura el dios aparece sentado sobre un trono de forma cúbica. Y como es propio de la iconografía Osiríaca, el dios está momificado, lleva sus brazos doblados al frente, las manos quedan una encima de la otra. La  mano derecha lleva el cetro en forma de cayado, en  la izquierda el Mayal. Este cayado pasa luego como símbolo de la iconografía Cristiana en la figura de Jesús, como conductor del rebaño. Porta el tocado Atef consistente en la alta corona blanca del alto Egipto con dos plumas adosadas y Ureus central. El rostro tiene las características de la iconografía del período Saíta, ojos oblicuos, boca sonriente y barba trenzada que cubre el mentón[2]. La parte inferior de la escultura esta mutilada en una parte del trono y las piernas del Dios. En la cara posterior la escultura tiene un pilar dorsal, con inscripciones que especifican el nombre de la persona que ofrenda la escultura, en el caso de la nuestra , el propietario se nombra Nespakashuti, aparecen sus títulos  y los de su padre.

 

A1

jsjrt wn-nfr ḥkȝ ḏt dj ʿnḫ n rpʿ(t) ḥȝ(t)j-ʿ jfdnw ḥm nṯr jmn m (j)p(t)-sw(t) jmj-r šmʿ(w)

 ¡Que Osiris Onofris, Gobernante por la Eternidad, pueda dar vida al noble príncipe y cuarto sacerdote del Templo de Amón en Karnak, el que dirige el Alto Egipto,

A2

n ns-p(ȝ)-ḳ(ȝ)-šwtj zȝ rpʿ(t) ḥȝ(t)j-ʿ jfdnw ḥm nṯr  jm[n m (j)p(t)-sw(t)]

 y a Nespakashuti, hijo del noble príncipe y cuarto sacerdote del [Templo de] Amó[n en Karnak]![3]

Osiris en el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana. Inv.96-53 (dorsal)

Como reza en la inscripción, la estatua no fue ofrendada solo a nombre de Nespakashuti, sacerdote del templo de Karnak, sino también de su padre, que era un noble de gran rango del Alto Egipto o sea un gobernador o príncipe llamado Nespamedu. Indudablemente la escultura, aunque es Saíta, proviene de Tebas, dada la titulatura que se observa en la inscripción, donde especifica que tanto él como su padre eran altos sacerdotes del templo de Karnak, que es el mayor templo dedicado al dios Amón en la antigua ciudad de Tebas, además de que su padre era un visir del Alto Egipto, cargo que hereda su hijo.

Existen otras esculturas ofrendadas a nombre de Nespakashuti en otros museos como es el caso de la que se exhibe en el Museo Británico. En la misma Nespakashuti esta arrodillado, ofrendando una Nao con la figura de Hathor (1). En las inscripciones de la misma, se corresponden las titulaturas del padre y de él, con la escultura de la Habana[4]. Por lo cual  ambas esculturas pertenecieran a un mismo propietario, por el estilo y datación de las mismas, por los nombres y cargos que aparecen en las inscripciones. Según datos aportados en el catálogo del Museo Británico, Nespakashuti vivió en el período de Psamético l y ocupó el importante cargo de Visir del alto Egipto,[5] y su tumba fue la TT312.[6]

Otras dos esculturas representando a Nespakashuti son parte del tesauro del Museo del Cairo. La primera de ella inv.JE.36665, es una estatua sedente en la postura del escriba tallada en esquisto donde aparece Nespakashuti  con un papiro desenrollado encima de sus piernas cruzadas (2). Esta escultura es uno de los más bellos exponentes  del período debido al nivel depurado de su factura. Los rasgos del funcionario son suaves e idealizados y muestra la típica sonrisa del  periodo Saíta volviendo a los cánones de serenidad propia del Imperio Antiguo. La otra  escultura inv.JE.37000, es una representación de este funcionario en piedra caliza, representando a un escriba, pero con la peculiaridad de que está  en posición asimétrica, la misma aparece mutilada en la parte donde estaba su brazo derechoa (3).

Igualmente, durante nuestra investigación, conocimos que la tumba TT312 es una tumba muy fastuosa e importante por sus decoraciones. Esta tumba fue explorada por los especialistas del Museo Metropolitano de Nueva York y  parte de sus relieves se exhiben en el Museo del Instituto Oriental de Chicago y en el Walter Art Museum de Baltimore.

A partir del conocimiento del nombre y titulaturas de la persona que hizo la ofrenda de este Osiris, así como de la localización de las otras esculturas ofrendadas por este visir, y de la tumba de este funcionario que vivió en la dinastía XXVI del Egipto Antiguo, podemos asegurar  sin lugar a dudas que la procedencia de este Osiris es Tebas, como las otras dedicadas por él y ya citadas en este trabajo. Igualmente podemos afirmar su gran valor desde el punto de vista histórico-cultural por la relevancia del cargo que ostentaba su propietario, más allá de su importancia  artística Sui Generis propia de la producción escultórica de la Dinastía XXVI.

 

Notas: 

[1]Russmann, Edna R. Egypte Éternelle: Grandes Obras de arte Antiguo del Museo Británico. Federación Americana de Arte. Año 2004. Pág 236.

[2] Lipinska, Jawilga. Op.Cit. Pieza 61.

[3]Transliteración J. Lipinska y traducción aportada por  Ing. Iván Rodríguez.

[4] Russmann, Edna R. Op.Cit. Pág 236.

[5] En ese reinado existian dos visires uno del Alto y otro del Bajo Egipto.

[6] Esta tumba fue encontrada en Tebas,  por el Museo Metropolitano de New York en el año 1920 y sus objetos repartidos en diferentes museos norteamericanos.

 

Bibliografía

-Bianchi, Robert S. Splendors of Ancient Egypt from de Egyptian Museum Cairo. Editorial Booth- Clibbon. Londres 1996.

– Bongionanni, A. y Sole Crose, M. Los Tesoros del Antiguo Egipto. Editorial Libsa. Madrid 2007.

-Lipinska, Jawilga: Monuments del Egipte Ancienne au Palacio de Bellas Artes á La Havane et du Museo Bacardí a Santiago de Cuba. Año 1982.

-Pischikova, Elena. Reliefs from de tomb of the vizir Nespakashuti: reconstruction ,iconography and style. Journal 33, Metropolitan Museum of Arts. Año1998.

-Porter, Berta y Rosalind L.B.Moss, B.Sc. (Oxon.), F.S.A.: Topografhical Bibliography of Ancient Egyptian Hieroglyphic texts, reliefs, and paintings.V.Upper Egypt: Sites Griffith Institute Ashmolean Museum Oxford. 1970.

-Russmann, Edna R. Egypte Éternelle: Grandes Obras de arte Antiguo del Museo Británico. Federación Americana de Arte. Año 2004.

 

Autora Aymée Chucuri Lastra

Whatsapp
Telegram